¿Por qué una sonrisa sincera puede hacer feliz a tú cerebro?
Podríamos estar horas y horas debatiendo lo que es la felicidad y nunca llegaríamos a un acuerdo. Pero recientemente uno de sus significados más aceptado es de ser un estado de satisfacción más o menos prolongado en el tiempo que experimenta un individuo, atendiendo a que la felicidad es exclusiva a cada persona, se encuentra en su interior y no se determina por la cantidad de bienes que tenga.
Martin Seligman, precursor de la psicología positiva, entiende que para una vida feliz la persona tiene que dotar de significado su vida interior, para ello propone unas directrices, como son la capacidad de evocar emociones positivas, aprender, agradecer y perdonar el pasado, desarrollar una atención plena a las emociones y tener una vista de futuro optimista y esperanzadora.
A partir de aquí trataríamos de construir una buena vida, basándonos en desarrollar al máximo nuestro potencial, consiguiendo de esta manera sentirnos plenos y felices.
Es fácil decir esto, pero ¿Cómo damos el primer paso?
El primer paso para tratar de conseguir una vida más feliz es esencialmente simple, pero esto no quiere decir que sea fácil, de hecho, es relativamente complicado, como el golf que solo es darle con un palo a una bola y que se meta en un hoyo, pero es complicado hacerlo.
Este primer paso se trata de despejar tu mente de pensamientos negativos y dedicarle una sonrisa a eso que te produce los pensamientos negativos. Es de lógica entender que no todos los momentos de una vida son acordes de sonreír, pero existen muchos momentos en los que esta pueden hacer que lo pases mejor.
“Si no puedes cambiar lo que no te gusta, sonríele” – Raúl Cobo.
Pero, vamos a profundizar un poco más, ¿Qué es lo que pasa en nuestro cerebro cuando sonreímos?
La felicidad es un estado emocional activado por una agrupación de estructuras cerebrales llamado sistema límbico, este responde a estímulos ambientales y es el encargado de producir las emociones como el miedo, la alegría, el enfado o la tristeza. En este caso la felicidad es un estado prolongado de alegría.
Pero ¿Cómo sonreír me puede hacer feliz?
Existen determinados grupos neuronales denominados generadores de patrones centrales, que se encuentran en determinadas áreas del cerebro y permiten las respuestas motoras generadas por las emociones (mover los músculos faciales).
Estos grupos neuronales están situados en el mesencéfalo, puente y medula espinal, áreas que se localizan también en los animales, de ahí que puedan generar conductas empáticas hacia nosotros y hacia otros animales, siendo aquí donde encontramos la primera clave de porqué sonreír te puede hacer sentir mejor, ya que cuando sonreímos de manera sincera producimos una respuesta empática en los demás, que nos devolverán la sonrisa y nos harán sentir mejor.
La segunda clave se encuentra en la involucración del hipocampo y la corteza frontal, lugares donde, además de su implicación en otros procesos cognitivos, se aloja la memoria a corto y a largo plazo.
Al estar implicadas estas áreas cerebrales en los procesos emocionales, estaremos generando una huella en nuestro cerebro, indicando que esa situación es agradable, y que cuando se produzca en futuras ocasiones es emocionalmente asi como tiene que reaccionar, ya que nosotros, dentro de unos márgenes razonables, somos los que determinamos que situaciones son agradables o cuáles no.
La tercera clave está en -siempre y cuando la sonrisa sea sincera- esas fibras nerviosas que hacen que movamos la musculatura facial para expresar dicha sonrisa, y que conectan con el sistema límbico, corteza motora, corteza frontal e hipocampo. En una situación agradable hace que se exciten esas áreas cerebrales y estas hacen que sonrías. Además tú puedes decirles, con la expresión de una sonrisa sincera, a dichas áreas cerebrales que esta situación es agradable.
Para concluir hay que hacer mención a que una sonrisa sincera no solo hace referencia a la expresión bucal, pues esta también se ve reflejada en la expresión ocular, ya que están involucrados el músculo mayor zigomático y el ocular orbicular, y en una sonrisa forzada solo participa el músculo mayor zigomático.
Además, cada una de las sonrisas va por una vía diferente, pues la sonrisa sincera va por el sistema nervioso piramidal y la sonrisa forzada va por el sistema nervioso no piramidal.
Como se ha dicho anteriormente para una sonrisa sincera primero tendrás que eliminar los pensamientos negativos que te producen esa situación cotidiana. En conclusión… sonríe y serás más feliz 🙂