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TeorĂ­a de Cuerdas

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Tiempo de lectura: 7 minutos

La teorĂ­a de cuerdas es, probablemente, uno de las hipĂ³tesis mĂ¡s intrigantes del mundo de la ciencia. Es un intento por explicar todo lo que podemos observar en el universo.

Para poder explicar la teorĂ­a de cuerdas hay que remontar hasta 1919 cuando el fĂ­sico alemĂ¡n: Theodor Kaluza tuvo la idea de que el universo podrĂ­a tener mĂ¡s de 3 dimensiones.

¿CĂ³mo se le ocurriĂ³ esta posibilidad? Llego a esa teorĂ­a gracias a que se inspirĂ³ del mismĂ­simo Albert Einstein en 1907. A principios del siglo pasado el fĂ­sico ya habĂ­a planteado su famosa teorĂ­a de la relatividad.

Sin embargo, Einstein buscaba un enfoque diferente. QuerĂ­a entender cĂ³mo funcionaba la gravedad. ¿CĂ³mo podĂ­a ser que el Sol, a 150 millones de kilĂ³metros de distancia de la Tierra, fuese capaz de ejercer su gravedad? ¿CĂ³mo la transmitĂ­a a travĂ©s de un espacio vacĂ­o e inerte? En cierto modo, podemos decir que Einstein descubriĂ³ que el espacio, en ausencia de materia, es como una superficie completamente lisa.

El espacio-tiempo y su curvatura

Si hay algo que tenga masa, el espacio se curva. Esa curvatura comunica la gravedad. Lo mismo se aplica a la Tierra. La imagen que acompaña este pĂ¡rrafo sirve para ilustrarlo. Imagina que la esfera del centro es el Sol o la Tierra y, la esfera que gira es respectivamente, la Tierra o la Luna. Es la curvatura del espacio la que hace que el objeto se mueva a su alrededor. Como si siguiese el camino a travĂ©s de un valle.

La idea de Einstein era elegante y funciona. Hizo que se convirtiese, seguramente, en uno de los grandes científicos de nuestra historia. El hallazgo del genial físico hizo que Kaluza comenzase a pensar. Ambos buscaban una teoría unificada (también llamada teoría del todo). Es decir, una teoría que fuese capaz de describir todas las fuerzas fundamentales del universo.

Theodor Kaluza entendiĂ³ que Einstein habĂ­a sido capaz de describir la gravedad como un conjunto de curvas y deformaciones en el espacio-tiempo. AsĂ­ que intento hacer lo mismo con la otra fuerza que se conocĂ­a en aquella Ă©poca: la electromagnĂ©tica. En la actualidad conocemos mĂ¡s, pero la fuerza electromagnĂ©tica es, bĂ¡sicamente, la responsable de cosas como la electricidad o la atracciĂ³n magnĂ©tica. Kaluza pensĂ³ que podrĂ­a hacer lo mismo. Explicar la fuerza electromagnĂ©tica como curvas y deformaciones.

TeorĂ­a de Cuerdas - 1

La fuerza electromagnética como una curva

Pero… ¿en quĂ©? Einstein ya habĂ­a usado el espacio-tiempo para explicar la gravedad. ¿QuĂ© otra cosa podĂ­a ser la responsable de transmitir la fuerza electromagnĂ©tica? No parecĂ­a haber nada mĂ¡s. Kaluza propuso que podĂ­a haber dimensiones extra. Es decir, para poder describir una fuerza mĂ¡s, quizĂ¡ fuese necesario añadir una dimensiĂ³n mĂ¡s al universo. AsĂ­, tendrĂ­a cuatro dimensiones fĂ­sicas y el tiempo (que siempre tratamos como una dimensiĂ³n mĂ¡s).

Lo mĂ¡s curioso es que, cuando se puso a escribir las ecuaciones que explicaban esas curvas y deformaciones de un universo de 4 dimensiones (en vez de 3) se encontrĂ³ con las mismas ecuaciones de Einstein para la gravedad. Hasta aquĂ­, todo normal. Pero habĂ­a una mĂ¡s. Una ecuaciĂ³n que era, exactamente, la misma que los cientĂ­ficos ya conocĂ­an para describir la fuerza electromagnĂ©tica. Eso sĂ­, que todo pareciese cuadrar, no querĂ­a decir que Kaluza hubiese dado con la clave.

Porque, cabe preguntarse otras cosas. Si el universo tiene mĂ¡s dimensiones… ¿dĂ³nde estĂ¡n? No las podemos ver a nuestro alrededor. Del mismo modo, ¿esta teorĂ­a funciona si la aplicamos con detalle a todo lo que nos rodea? La respuesta a la primera pregunta se le ocurriĂ³ a un fĂ­sico sueco: Oskar Klein en 1926. SugiriĂ³ que quizĂ¡ haya dos tipos de dimensiones. Unas grandes y fĂ¡ciles de ver, y otras mucho mĂ¡s pequeñas, rizadas y enrolladas sobre sĂ­ mismas.

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Pequeñas dimensiones imperceptibles

SerĂ­an tan pequeñas que, a pesar de estar alrededor nuestro en todas partes, no podemos verlas. El razonamiento puede parecer difĂ­cil de entender, pero tiene su sentido. Imaginemos que tenemos un cable, visto desde la distancia. PodrĂ­amos decir, sin dificultad, que, desde nuestra perspectiva, el cable es un objeto unidimensional. Pero no es asĂ­. Sabemos que tiene algo de grosor y altura. Es mĂ¡s. Para las hormigas, ese grosor y altura son perfectamente accesibles.

Para ellas, el cable es un objeto completamente tridimensional. AsĂ­ que la idea de Klein viene a ser algo parecido, solo que en una escala muchĂ­simo mĂ¡s pequeña que lo que podemos imaginar. De tal manera que, si fueses una hormiga increĂ­blemente pequeña, podrĂ­as moverte por la escala mĂ¡s pequeña del espacio-tiempo y ver esas dimensiones extra, enrolladas sobre sĂ­ mismas, como el grosor de ese cable. De esta manera, la primera pregunta podrĂ­a tener una respuesta que parece bastante plausible.

Pero, ¿y la otra pregunta? ¿Funciona la idea de Kaluza si la aplicamos al mundo real? La respuesta es que no. Con los conocimientos de aquella Ă©poca, los cientĂ­ficos descubrieron que no eran capaces de obtener cosas como la masa de un electrĂ³n, lo que provocĂ³ que la idea de explicar el universo con una teorĂ­a unificada fuese cayendo en el olvido a mediados del siglo XX (hacia los años 40).

El renacer de la teorĂ­a de cuerdas

Pero no llegĂ³ a caer en el olvido absoluto. En las Ăºltimas dĂ©cadas del siglo XX, volviĂ³ a resurgir de una forma diferente: la teorĂ­a de supercuerdas. La teorĂ­a de supercuerdas va un paso mĂ¡s allĂ¡ de lo que pensaba Kaluza. Los cientĂ­ficos de nuestra Ă©poca se hicieron una pregunta relativamente simple… ¿cuĂ¡l es el elemento mĂ¡s pequeño e indivisible, que componen el mundo que nos rodea?

Imaginemos que tenemos una pelota de fĂºtbol. La observamos en su tamaño mĂ¡s pequeño posible. Es decir, vamos descendiendo y llegamos a los Ă¡tomos. Probablemente sepas que los Ă¡tomos no son la unidad mĂ¡s pequeña que podemos observar. EstĂ¡n formados por partĂ­culas aĂºn mĂ¡s pequeñas. En su nivel mĂ¡s esencial, tenemos fermiones y bosones. No voy a hablar de quĂ© son. Pero sĂ­ dirĂ© que un protĂ³n, por ejemplo, estĂ¡ compuesto de quarks (un tipo de fermiĂ³n).

Concretamente, dos quarks arriba y un quark abajo. El neutrĂ³n estĂ¡ formado por un quark arriba y dos quarks abajo. La cosa es que no hemos sido capaces de observar mĂ¡s allĂ¡ del quark. Es decir, ahĂ­ termina lo que sĂ­ conocemos. Pero aquĂ­, la teorĂ­a de cuerdas nos lleva un pasito mĂ¡s allĂ¡. En ella, se plantea que en el interior de los quarks hay algo asĂ­ como un filamento de energĂ­a que vibra. En esencia: una cuerda.

Las cuerdas de la realidad

Esas cuerdas, de una forma parecida a las cuerdas de un instrumento musical, pueden vibrar de diferentes maneras. Del mismo modo que la cuerda de un instrumento musical produce diferentes notas musicales, las diferentes vibraciones de estas cuerdas producen las diferentes partĂ­culas que vemos en el universo. En ese nivel microscĂ³pico, esta serĂ­a la pieza bĂ¡sica del universo. Sus vibraciones (en diferentes frecuencias) producen diferentes partĂ­culas, y esas partĂ­culas son lo que vemos en todas partes.

Si funciona, quiere decir que tanto las partĂ­culas de la materia como las de las fuerzas fundamentales tienen un mismo origen. Todas tendrĂ­an en comĂºn esas cuerdas vibratorias.

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En cualquier caso, para ver si esta idea tiene sentido hay que probarla. Las matemĂ¡ticas de esta teorĂ­a de supercuerdas no funcionan en un universo con tres dimensiones. Tampoco con cuatro (como el que planteaba Kaluza). Ni con cinco, ni seis, ni siete… Hay que subir hasta las diez dimensiones fĂ­sicas (y una temporal). Es el Ăºnico universo en el que funciona.

El mundo de las dimensiones extra

¿QuĂ© propĂ³sito podrĂ­an tener esas dimensiones extra? CientĂ­ficos creen que esas dimensiones extra podrĂ­an ser una respuesta. Podemos decir que nuestro universo se rige por varios nĂºmeros. Cosas como la masa de una partĂ­cula, la fuerza de la gravedad, la velocidad de la luz… Hemos medido todos esos nĂºmeros con gran precisiĂ³n.

Pero… ¿por quĂ© tienen esos valores exactamente? ¿Por quĂ© la luz viaja a casi 300.000 km/s? ¿y por quĂ© la gravedad tiene esa intensidad? Esas dimensiones extra, y la forma que tuviesen, si es que existen podrĂ­an determinar cĂ³mo vibran las cuerdas de esta teorĂ­a. Si fuese asĂ­, la forma del universo, sumando todas esas dimensiones, es la que nos dirĂ­a por quĂ© es como es.

Es una pregunta muy importante. Imagina que tuviĂ©semos una mĂ¡quina en la que ajustar todos esos parĂ¡metros. Cambiar cualquiera de esos valores por poco que sea, nos lleva a un universo en el que, probablemente, no existirĂ­a la vida. Es sorprendentemente fĂ¡cil, con tocar un poco esos valores, producir un universo absolutamente incompatible con la vida. QuizĂ¡, incluso incompatible con su propio funcionamiento (un universo que nunca llegase a tener un Big Bang, por ejemplo).

La llave a lo que no podemos explicar

La teorĂ­a de cuerdas nos dejarĂ­a explicar cosas como quĂ© pasa en la singularidad de un agujero negro, tambiĂ©n nos dejarĂ­a explicar quĂ© sucediĂ³ antes del Big Bang (la teorĂ­a de cuerdas plantea que pudo ser el resultado de una colisiĂ³n o fusiĂ³n de universos). Eso abre la puerta a la existencia del multiverso. La teorĂ­a de cuerdas podrĂ­a permitirnos cosas como usar un agujero de gusano para viajar a otros universos. ¿CĂ³mo sabemos si la teorĂ­a funciona? El Gran Colisionador de Hadrones (en Suiza) podrĂ­a darnos la respuesta. La esperanza de los fĂ­sicos es que, allĂ­, donde se hace colisionar dos haces de protones con una energĂ­a altĂ­sima, se pueda observar quĂ© sucede cuando se libera. Si hacemos chocar dos haces con gran energĂ­a (moviĂ©ndose casi a la velocidad de la luz) y la medimos, podemos comparar la energĂ­a antes y despuĂ©s de la colisiĂ³n.

En busca de la señal de la teoría de cuerdas

Si despuĂ©s de la colisiĂ³n resulta que tenemos menos energĂ­a de la que habĂ­a antes de la colisiĂ³n la conclusiĂ³n es que parte de esa energĂ­a habrĂ­a escapado a esas dimensiones extra. De momento, no se ha observado ese resultado. No quiere decir que la teorĂ­a de cuerdas estĂ© descartada, ni mucho menos. QuizĂ¡ no hayamos usado toda la energĂ­a necesaria para provocar ese fenĂ³meno. QuizĂ¡ suceda solo en colisiones con mĂ¡s energĂ­a. Si te intereso la teorĂ­a que acabas de leer, te invito a abrir el siguiente enlace Teoria de cuerdas , en el cual se puede comprender mĂ¡s sencillamente la TeorĂ­a de cuerdas ademĂ¡s con videos representativos y narrada por un fĂ­sico (Brian Greene) TemĂ¡tica sugerida por: Fernando S, Ashly, Luis Alcudia, Sergio Hurtado y Angela Weed Fuentes:
TeorĂ­a de Cuerdas - 6

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