Nota: Esta información es de suma importancia, y a causa de esto, hoy haremos una excepción y subiremos un artículo extra.
Hace unas semanas, todo el mundo tembló ante una posible tercera guerra mundial, cuando Corea del Norte amenazaba con pruebas nucleares a Estados Unidos, pues bien, este temor ha vuelto a surgir.
Desde el viernes 13 de abril se ha hablado mucho sobre una posible tercera guerra mundial, ¿el motivo? EE.UU en conjunto a Francia y Reino unido bombardeó Siria.
La justificación que utilizaron estos países para realizar semejante acto, fue acusar a Siria de utilizar armas químicas (cosa que está prohibida a nivel mundial). Y sí, Siria no es competencia para estos países, pero si sus aliados, en especial uno que salió a defenderlo: Rusia.
Expliquemos mejor la situación.
La guerra de Siria comenzó en marzo de 2011 con la represión de manifestaciones pro democracia pero evolucionó en un conflicto complejo, con la implicación de grupos Yihadistas y de potencias regionales e internacionales.
El 30 de septiembre de 2015, Rusia inició su primera intervención militar sobre el terreno con el comienzo de una campaña de bombardeos en apoyo del ejército sirio. Esta intervención supuso un vuelco en el balance de poder en Siria.
Este viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una operación militar en conjunto con Francia y Reino Unido contra diferentes blancos en Siria, destinada a castigar al régimen de Bashar Al Asad (presidente de Siria, considerado dictador), al que acusa de un ataque con armas químicas contra civiles el 7 de abril en la localidad de Duma, cerca de Damasco.
Pero no es la primera vez que esto ocurre.
Hace un año, Trump ordenó un ataque militar que involucró 58 misiles de crucero en respuesta a otro supuesto ataque con gas sarín contra civiles.
Si bien el mandatario recibió aplausos por su disposición a emplear la fuerza militar, se esperaba que esa demostración de fuerza disuadiera de un nuevo uso de estas armas prohibidas en Siria.
Pero según el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, a pesar del ataque de 2017, Siria continuó empleando armas químicas.
Así que Trump, junto con la primera ministra británica Theresa May y el presidente francés Emmanuel Macron, lanzaron nuevos ataques militares coordinados contra supuestas infraestructuras de armas químicas de Siria, que incluyeron un centro de investigación, instalaciones de almacenamiento y puestos de comando.
Pero ¿qué puede pasar ahora?
Según los discursos de estos tres mandatarios, no puede haber más uso de armas químicas en la guerra civil en ese país del Medio Oriente, incluidas las bombas de barril de cloro que Siria ha usado habitualmente durante siete años.
Si bien los últimos bombardeos fueron descritos como un «ataques de una noche», Trump amenazó con tomar más medidas militares si el gobierno sirio usa armas químicas en el futuro.
«Estamos preparados para mantener esta respuesta hasta que el régimen sirio deje de usar agentes químicos prohibidos», aseveró Trump.
Y como Rusia e Irán son aliados de Siria, anuncio que no solo Siria, sino también ambos países aliados de este «pagarían un precio» por violar nuevamente las normas internacionales.
Tanto Rusia como Irán consideran a Siria, y al menos por ahora la supervivencia de Al Assad, como un interés vital.
La acción militar del viernes por la noche fue diseñada para enhebrar una aguja bastante estrecha: poner ciertos límites en la guerra que Siria, Rusia e Irán están librando.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió el domingo que nuevos ataques de las potencias occidentales contra Siria provocarían «caos» en las relaciones internacionales.
Putin subrayó en una conversación con su homólogo iraní, Hasan Rohani, que «si tales acciones, en violación de la Carta de Naciones Unidas, vuelven a producirse, provocarán inevitablemente caos en las relaciones internacionales», según un comunicado del Kremlin.
A su vez, Washington anunciará este lunes nuevas sanciones contra Rusia por su apoyo al Gobierno de Asad.
El problema de todo esto es que este movimiento por parte de EE.UU supone una escalada de violencia en la región.
Trump está demostrando una fuerte competencia a Putin ante sus recientes alardes de poder armamentístico.
El pasado mes de marzo, Putin presentaba al mundo el nuevo arsenal estratégico ruso: desde misiles intercontinentales a cohetes hipersónicos y armas con rayos láser. En palabras de Putin, todo empezó en Siria, donde, según el presidente ruso, el país demostró a todos el potencial del Ejército ruso, que no solo salvó el régimen de Bachar al AsadRusia ha vuelto como superpotencia militar.
«Insisto, ningún país en el mundo tiene, a día de hoy, las armas que tenemos nosotros. ¡Fin de la cita!», zanjó.
Por ahora, Trump ha contado este ataque como una victoria —«¡Misión cumplida!», ha declarado—, y advierte: «Si el régimen sirio usa este gas venenoso otra vez, Estados Unidos está listo para disparar».
Aunque no queramos, esta historia aún no termina, esperemos que el desenlace no sea fatal.
Si quieres profundizar y ver las dos caras de la moneda, te recomendamos investigar un poco más a fondo ya que el contexto y la problemática que enfrenta esta situación es mucho más complicada de lo que parece. No catalogues de forma negativa o positiva todas las acciones de los países sin estar informado/a.
Temática sugerida por: Laura Carrillo