La Pena de Muerte
Cada día, algún Estado ejecuta o condena a muerte a alguien como castigo por algún delito, y a veces por actos que no deben estar castigados. En algunos países, puede imponerse esta pena por delitos relacionados con las drogas, mientras que en otros se reserva para los actos de terrorismo y los asesinatos. Pero ¿Qué es la pena de muerte? La pena de muerte, pena capital o ejecución consiste en provocar la muerte a una persona condenada por parte del Estado, como castigo por cometer un delito establecido en la legislación. Amnistía Internacional sostiene que la pena de muerte constituye una violación de derechos humanos y, en particular, del derecho a la vida y del derecho a no sufrir tortura ni tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes. Estos dos derechos están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en 1948 por las Naciones Unidas.

Métodos de ejecución
- Decapitación
- Ahorcamiento
- Inyección letal
- Armas de fuego


Si matas a una persona, ¿mereces morir tú también?
No. Ejecutar a una persona porque le ha quitado la vida a otra es venganza, no justicia.
Una ejecución, o la amenaza de una ejecución, inflige un terrible maltrato físico y psicológico. Una sociedad que ejecuta a delincuentes está cometiendo la misma violencia que genera.
¿No tienen las víctimas de delitos violentos y sus familias derecho a justicia?
Sí lo tienen. Las personas que han perdido a seres queridos en crímenes terribles tienen derecho a ver a la persona responsable rendir cuentas en un juicio justo sin recurso a la pena de muerte. Al oponernos a la pena de muerte, no estamos intentando minimizar o aceptar la delincuencia, pero, como han dicho muchas familias que han perdido a seres queridos, la pena de muerte no puede verdaderamente aliviar su sufrimiento. Simplemente extiende ese sufrimiento a la familia de la persona condenada.


¿Existe una forma humana e indolora de ejecutar a una persona?
Todas las formas de ejecución son inhumanas. A menudo, se defiende que la inyección letal es un método más humano porque, al menos superficialmente, parece menos cruel y salvaje que otras formas de ejecución como la decapitación, la electrocución, la cámara de gas o el ahorcamiento. Pero la búsqueda de una forma “humana” de matar a una persona debería verse como realmente es: un intento de hacer que las ejecuciones sean más aceptables para el público

¿Qué ocurre si la opinión pública está a favor de la pena de muerte?
Un apoyo firme del público a la pena de muerte generalmente va acompañado de una falta de información fiable: con frecuencia, se cree erróneamente que reducirá la delincuencia. Muchos gobiernos se apresuran a promover esta creencia errónea, incluso si no existen pruebas que la respalden. Generalmente no se comprenden los factores fundamentales que sustentan la forma como se aplica la pena de muerte, entre ellos, el riesgo de ejecutar a una persona inocente, la ausencia de garantías procesales en los juicios y la naturaleza discriminatoria de la pena de muerte, todo lo cual contribuye a tener una opinión realmente informada de la pena capital. Creemos que los gobiernos deben ser claros en lo que concierne a esta información, y que deben promover el respeto por los derechos humanos a través de programas de educación pública. Solo entonces, podrá haber un debate significativo sobre la pena de muerte. Aun así, la decisión de ejecutar a una persona no la puede tomar la opinión pública; los gobiernos deben trazar el camino.

¿Se está ganando la batalla para abolir la pena de muerte?
Sí. Actualmente, dos tercios de los países en el mundo han abolido la pena de muerte por completo, o la han dejado de usar en la práctica. Aunque ha habido algunos pasos en retroceso, éstos se deben contrastar con la clara tendencia mundial hacia la abolición. Solo en 2015, Fiyi, Madagascar y Surinam dieron la espalda a la pena de muerte de una vez por todas. Burkina Faso, Mongolia y Corea del Sur están en camino de hacerlo. Europa está casi libre de la pena de muerte. Y Estados Unidos, históricamente una de las naciones más reacia a abandonar la pena de muerte, se está volviendo cada vez más contraria a la pena capital. Cada cabeza es un mundo y cada uno tiene la libertad de opinar sobre dicho tema y el abordarlo requiere cierto respeto y una postura adecuada.“La venganza no es la respuesta. La respuesta se basa en reducir la violencia, no en ocasionar más muertes”.– Marie Deans, cuya suegra fue ejecutada en 1972
¿Tú que opinas sobre la pena de muerte?
Fuentes
