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¿Quién fue: Hitler?

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Tiempo de lectura: 8 minutos

Adolf Hitler. Militar y político alemán de origen austriaco, líder, ideólogo y miembro original del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores. Estableció un régimen nacionalsocialista en Alemania entre 1933 y 1945 conocido como Tercer Reich. Elevó el Nazismo, el Fascismo y el Racismo que predicaba Benito Mussolini a planos globales y los estableció como la base ideológica de su política.

Biografia

Adolf Hitler vivió su infancia en Linz. Nacido en una familia de clase media, su padre, Alois Hitler, fue un agente de aduanas. Su madre, Klara Pölzl, fue la tercera esposa de Alois.

Hitler fue el tercer hijo de la pareja. Los padres de Hitler eran primos.

Hitler dijo que, de niño, era azotado a menudo por su padre. Años más tarde le dijo a su secretaria:

Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más cuando mi padre me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad de poner a prueba mi voluntad. Mi madre, asustada, se escondió en frente de la puerta. En cuanto a mí, conté silenciosamente los golpes del palo que azotaba mi trasero.

Su padre quería que su hijo siguiera una carrera como agente de aduanas; en cambio, Hitler quería convertirse en pintor.

En septiembre de 1905 decidió abandonar la escuela, luego de convencido a sí mismo que su futuro estaba en la pintura.

En 1907 viaja por segunda ocasión a Viena y se presentó a la prueba de admisión en la Academia de Bellas Artes; sin embargo, no logró ser admitido al no poseer talento. Al año siguiente lo intentó de nuevo, con peores resultados.

Hitler estando en Viena en 1908, empieza a ganarse la vida gracias a diversos trabajos como barrer la nieve, cargar maletas en la estación de trenes y ser un obrero de construcción. Un año después malvivió como vagabundo. Para 1910 su situación económica era más estable, y se mantenía exclusivamente pintando cuadros.

Su estadía en Viena fue muy importante. De acuerdo a Hitler, su antisemitismo se formó en esta ciudad, sus ideas políticas y raciales fueron formadas, o por lo menos moldeadas, aquí.

En 1913 se trasladó a Múnich, probablemente para eludir el servicio militar en su país, ya que aparentemente no deseaba servir junto con eslavos y judíos.

Una semana después de la Primera Guerra Mundial, Hitler se presentó como voluntario en el ejército alemán. Hitler fue enviado al frente occidental. Sirvió en Francia y Bélgica, como mensajero, siendo expuesto al fuego enemigo.

En octubre de 1916, en el norte de Francia, Hitler fue herido en la pierna, regresando al frente en marzo de 1917, ascendido al rango de cabo.

Cuando regresó al frente luego de recuperarse de su herida, empezó a pronosticar repetidamente que Alemania perdería la guerra por causa de los judíos y los marxistas, a quienes acusó de robar a la nación y no prestar servicio militar.

Luego de la derrota en 1918 el Tratado de Versalles impuso reparaciones de guerra y otras sanciones económicamente muy perjudiciales para el país, declarando a Alemania culpable de los horrores de la Primera Guerra Mundial. El fue un importante factor en el auge de las reivindicaciones políticas y territoriales demandadas por Hitler y su Partido Nacionalsocialista al llegar al poder.

Inicios en el Nazismo

El nacionalsocialismo (o nazismo) tenía muchos puntos en común con el fascismo. No obstante, sus raíces eran típicamente alemanas: el autoritarismo y la expansión militar propios de la herencia prusiana; la tradición romántica alemana que se oponía al racionalismo, el liberalismo y la democracia; diversas doctrinas racistas según las cuales los pueblos nórdicos —los llamados arios puros— no sólo eran físicamente superiores a otras razas, sino que también lo eran su cultura y moral.

El 12 de septiembre de 1919 Hitler fue comisionado a asistir a una asamblea del incipiente Partido Obrero Alemán (DAP). Poco después ingresó a este.

En marzo del año siguiente abandonó la milicia para dedicarse por entero a su actividad política; fue entonces cuando el partido añadió a su denominación Nacionalsocialista, convirtiéndose en el Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo, y Hitler se convirtió en su jefe de propaganda.

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En la primavera de 1920, Hitler toma como emblemas la Hakenkreuz —esvástica o la cruz gamada— y el saludo del fascismo italiano del brazo en alto.

Hitler intentó un golpe de estado en 1923, resultando en un fracaso. Fue arrestado dos días después, acusado de alta traición.

En 1924, Hitler fue sentenciado a 5 años de prisión. Fue absuelto y liberado el mismo año. En total, solo cumplió nueve meses de su condena.

Financiamiento

El fenómeno nazi no fue un capricho filosófico llevado a la práctica por un sólo hombre. Tuvo sus seguidores, muchos con grandes fortunas.

De acuerdo con las investigaciones realizadas en los últimos años, banqueros de Wall Street (entre otros) financiaron la ascensión al poder de Hitler extrayendo cuantiosas ganancias.

Según el economista norteamericano Victor Thorn, aunque un gran número de otras sociedades ayudaron a los nazis (como la Standard Oil y el Chase Bank de Rockefeller, así como grandes constructores de automóviles norteamericanos), los intereses de Prescott Bush fueron mucho más profundos y siniestros.

Ascenso al poder

Cuando el 30 de enero de 1933, Herman Göring sale de la Cancillería del Reich para anunciar que «Adolf Hitler se ha convertido en el nuevo canciller de Alemania»; la mayoría del pueblo alemán sintió júbilo. Cerca del 90 % de los protestantes alemanes, teólogos y sacerdotes, se felicitaron y agradecieron a Dios por la «buena nueva».

Una semana antes de las nuevas elecciones parlamentarias del mismo año, el edificio del Reichstag fue incendiado y se sospechó que este acto había sido provocado. Los nazis culparon a los comunistas y utilizaron este incidente como un pretexto para reprimir a los miembros del KPD con una brutal violencia; la misma suerte corrió posteriormente el SPD. Finalmente, todas las demás agrupaciones políticas fueron ilegalizadas, se consideró un delito la formación de nuevos partidos, y los nacionalsocialistas pasaron a ser la única organización política legal.

El 1 diciembre de 1933 se aprobó una ley por la cual el partido nazi quedaba indisolublemente ligado al Estado.

En poco tiempo, logró afianzarse en el poder, ocupando los cargos de canciller y presidente de la República a la muerte de Hindenburg (2 de agosto de 1934), nombrándose a sí mismo Führer. Eliminó a los oponentes, iniciando el proceso de eliminación de diversos grupos raciales, políticos, sociales y religiosos que consideraba «enemigos de Alemania» y «razas impuras», lo que le llevó a reasignar las directrices a los campos de concentración para la liquidación sistemática de comunistas, judíos, Testigos de Jehová, gitanos, enfermos mentales y homosexuales, principalmente, así como a un intenso rearme.

Tercer Reich

Con el apoyo de la oligarquía alemana obtuvo el poder político que necesitaba, Hitler llegó a obtener el apoyo y convencer a la mayoría de los alemanes de que él era su salvador de la economía ante de la depresión, del comunismo, el «judeo-bolchevismo», y el Tratado de Versalles, junto con otras minorías «indeseables».

Segunda Guerra Mundial

Cuando el conflicto en torno a la ciudad libre de Danzig le llevó a invadir Polonia, Francia y Gran Bretaña reaccionaron y estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Adolf Hitler ya estaba preparado, que según él habría de permitir la expansión de Alemania hasta lograr la hegemonía mundial (Protocolo Hossbach, 1937); en previsión del estallido bélico había reforzado su alianza con Italia (Pacto de Acero, 1939) y, sobre todo, había concluido un Pacto de no agresión con la Unión Soviética (1939), acordando con Stalin el reparto de Polonia.

El moderno ejército que había preparado obtuvo brillantes victorias en todos los frentes durante los dos primeros años de la guerra, haciendo a Hitler dueño de casi toda Europa mediante una «guerra relámpago»: ocupó Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia y Grecia (mientras que Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia eran sus aliadas, y países como Suecia y Suiza declaraban una neutralidad benévola).

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Sólo la Gran Bretaña de Churchill resistió el intento de invasión (batalla aérea de Inglaterra, 1940); pero la suerte de Hitler empezó a cambiar cuando lanzó la invasión de Rusia (1941), respondiendo tanto a un ideal anticomunista básico en el nazismo como al proyecto de arrebatar a la «inferior» raza eslava del este el «espacio vital» que soñaba para engrandecer a Alemania. A partir de la batalla de Stalingrado (1943), el curso de la guerra se invirtió, y las fuerzas soviéticas comenzaron una contraofensiva que no se detendría hasta tomar Berlín en 1945.

Últimos días de Hitler

En abril de 1945 Adolfo Hitler, totalmente aislado, salvo un ya reducido grupo de seguidores, Magda Goebbels y su amante Eva Braun, contempló cómo sus otros fieles servidores intentaban abandonarlo. Mientras tanto las tropas rusas proseguían su inexorable avance hacia Berlín.

En la madrugada del 29 de abril contrajo enlace con Eva Braun, que había conocido cuando era empleada de la tienda de Hoffmann, su fotógrafo, en 1932, pocos meses después de que su primer amor, Geli Raubal, la hija de su hermanastro, se suicidara. Hitler y Eva Braun ya tenían previsto quitarse la vida cuando decidieron su unión. Ordenó que envenenasen a Blondie, su perra pastor alemán. Al día siguiente, encontraron el cuerpo de Hitler cubierto de sangre en el sofá, producto del disparo de su escopeta, mientras que Eva Braun yacía muerta por envenenamiento. Ese mismo día el Ejército Rojo, dirigido por el mariscal Georgi Zhúkov, tomaba Berlín.

Procurando que sus cuerpos no fueran exhibidos como «trofeos de guerra» ordenó que luego de su muerte, ambos cadáveres fueran incinerados.

El 7 de mayo de 1945 se firmó la capitulación en Reims y el día 9 se repitió la firma en Berlín. Ese mismo día se suspendieron todas las hostilidades en los frentes europeos.

Existen varias teorías sobre si esto sucedió en verdad o fue un invento de los Aliados. Se rumora que Hitler en realidad huyó vía España hacia Sudamérica, como lo habrían hecho muchos nazis luego de la derrota. También existen testimonios del personal el búnker que confirman esa teoría, pero también hay quienes cuestionan sus historias. Por otro lado, los rusos confirmaron inicialmente en 1955 la muerte de Hitler, pero no se mostraron evidencias muy sustanciales, salvo algunos detalles odontológicos, lo que confirmaba a pesar de todo que los rusos tenían los cuerpos.

Estos restos permanecieron secretamente enterrados bajo un jardín de dicho cuartel en la ciudad de Magdeburgo y sólo algunas autoridades de la NKVD sabían dónde estaban, hasta que en 1970 fueron exhumados, se extrajo el cráneo a Hitler y el resto de los cadáveres fue incinerado para evitar que su tumba fuera objeto de veneración, y las cenizas fueron lanzadas al río.

Vida privada

El Führer no parecía ser un hombre de carne y hueso; se le desconocía toda relación privada, nada se sabía de sus diversiones, sus amistades o sus debilidades íntimas; tan sólo sus colaboradores Hess, Goebbels, Göring y otros que más tarde ocuparán los cargos importantes del Reich tenían acceso a su persona y lo acompañaban como sombras.

Su principal afición era tomar el té con su gran amor, Eva Braun, a la que había conocido en Berchtesgaden en 1929, cuando ella contaba diecisiete años.

Fuentes:

Temática sugerida por: Fredy Peña, Angela María Weed Everyday, sergio García, Aldo Sanchez y kevin canche

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