“Bohemian Rhapsody” no es sólamente la canción más importante en el álbum A Night at the Opera, sino que es el tema que llevó a Queen a consagrarse como uno de los actos musicales más grandiosos de nuestros tiempos.
La producción de A Night at the Opera fue la más costosa de la banda, con un presupuesto de £500,000, lo cual provoco que desplazara a Sgt. Pepper’s Lonely Hearths Club Band de The Beatles como el disco más caro de la Historia. Para su grabación se utilizaron seis diferentes estudios (Roundhouse, Sarm East, Rockfield, Scorpio, Lansdowne y Olympic); con esta estrategia, Freddie Mercury (vocales), Brian May (guitarras), Roger Taylor (percusiones) y John Deacon (bajo) podían trabajar en distintos detalles sin atrasar el trabajo de los demás. Fue un álbum decisivo para la banda, debido a la cantidad de dinero invertido su fracaso podía significar el final de la trayectoria de Queen, a pesar de sus éxitos anteriores.
Los de Queen tenían una regla: cada quien escribía por su cuenta. Fue así, por su cuenta, que Freddie Mercury llegó con Bohemian Rhapsody. El tema le había rondado en la mente por años, pero solo había conseguido una tonada que llamó The Cowboy Song que iniciaba con la línea: “mama, just killed a man”.
La canción se compone de seis secciones. Inicia con balada para escuchar un solo de guitarra, luego la ópera, el rock y el final, algo inusual para en el mundo de la música o todavía más extraño al tratarse de una banda de rock.
Pero más allá de la extraña música, hubo otro asunto que todavía resulta incomprensible: la letra.
Freddie Mercury dijo en su momento que cada oyente debería escuchar y formar su propia opinión sobre la canción. Y así lo han hecho los fanáticos. Brian May y Roger Taylor aseguran que se trata de un tema que expone completamente a Mercury, con algunas partes sin sentido.
Hay quienes dicen que la letra narra los demonios con los que lidia un asesino, otros, aseguran que es una exposición del estado emocional de Mercury, quien quería terminar su relación con Mary Austin para entregarse a los brazos de un chico. También hay quienes aseguran que la letra es una alusión a la frustración del autor por ser sacado de su nativa Zanzibar cuando tenía 18 años.
El estilo novedoso de la canción representaba una cosa para Roger Taylor: trabajo y mucho. El 24 de agosto de 1975 inició la grabación en un estudio de Gales y no terminó hasta tres semanas después. La ópera tomó toda una semana para que estuviera lista.
Los de la banda realmente no tenían idea de cómo sonaría la canción entera. Solo Freddie conocía el resultado. Lo había “tocado” una y otra vez en su mente.
Las sesiones de grabación fueron de diez y doce horas diarias. Ahora no parece gran cosa, considerando que todo se hace digitalmente, pero en aquella época fueron necesarias 180 grabaciones separadas. Cuando el trabajo estuvo listo, tocaba otra gran labor: editar.
Roy Thomas no estuvo seguro de la canción, sino hasta ese proceso: “realmente nadie sabía cómo iba a sonar cuando se juntaran los seis minutos. Estaba de pie en los controles y supe que estaba escuchando por primera vez una gran página en la historia”.
Los ejecutivos se negaron que Bohemian Rhapsody fuera un sencillo del nuevo disco. Dijeron que solo sería posible, si se hacía una edición. Los de la banda habían trabajado mucho para que su obra maestra fuera cortada, así que intentaron algo: se pusieron en contacto con DJ Kenny Everett, un muy influyente locutor quien puso la canción catorce veces durante un fin de semana.
La gente se preguntaba qué demonios era lo que escuchaban, aunque les encantaba. Abarrotaron las tiendas de discos para comprar el sencillo y pedían la canción sin parar en las estaciones radiales.
Otro reto era tocarla en vivo, así que se intentaron algunas variantes. Finalmente se optó por tocar la balada, dejar que May hiciera su solo y apagar las luces para reproducir la ópera grabada. Explotarían fuegos artificiales, aparecería el grupo y tocarían la parte final.
Para promocionar el sencillo en las televisoras, los de la banda concibieron la idea de un videoclip, pues detestaban pensar que tuvieran que doblar la canción. Hay quienes aseguran que el de Bohemian Rhapsody fue el primer clip musical de la historia considerando que se concibió un concepto más allá de presentar a la banda tocando.
Bohemian Rhapsody también pasó a la historia como una de las pocas canciones en regresar a las carteleras veinte años después de su estreno. Fue gracias a Wayne’s World, la película de Mike Myers que iniciaba con una divertida interpretación del tema de Queen.
Temática sugerida por: Adrian Alvarez Carrillo
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