El ser humano ama la música por distintos motivos, como por ejemplo: nos sentimos identificados, nos hace experimentar sensaciones distintas, nos provoca nostalgia, hace que grupos de gustos similares estén en “una misma onda”, y un largo etcétera. Son muchas las razones por las cuales nos gusta la música y gracias a esto es que hay una gran variedad de estilos.
Pero, ¿qué hay de las otras especies?, ¿son capaces se percibir lo mismo que nosotros cuando escuchamos música? ¿O solo es un ruido más?
Pues bien, las respuestas a esas preguntas no son fáciles ya que como es sabido, no les podemos preguntar directamente qué es lo que piensan.
Josh MacDermott, un neurocientífico cognitivo, quiso responder a tales preguntas situando a unos primates en un laberinto con forma de V equipado con un altavoz en cada uno de sus extremos y que reproducían diferentes tipos de música.
En función de que los animales escogieran uno u otro brazo de la V, podríamos estar ante una predilección. La selección musical incluía a Mozart, nanas, tecno y silencio.
Descubrió (para su profunda decepción) que los monos siempre optaban por el silencio. Es verdad que preferían la música lenta a la agitada y bailable, pero, de manera invariable, su pieza favorita era el silencio.
Al parecer, las combinaciones sónicas del Homo sapiens molestaban a los pequeños primates.
No obstante, un estudio publicado en la revista Physiology and Behavior, un equipo de investigadores de la Universidad de Glasgow en Escocia creó cinco listas de reproducción diferentes para los perros: con variedad de géneros como música clásica, pop, Motown, reggae y rock suave.
Investigadores consideraron los factores físicos cómo el ritmo cardíaco, niveles de la hormona del estrés cortisol y los conductuales como los ladridos.
La reacción varió de perro a perro: «Diferentes perros respondían de manera distinta. Posiblemente hay una preferencia personal de algunos perros por los diferentes tipos de música, al igual que en los seres humanos», explicó Neil Evans, un investigador de salud animal.
Pero había algunos patrones consistentes: la música en general tiende a tener un efecto calmante, y de los cinco géneros, el rock suave y el reggae fueron los más eficaces.
Por otra parte, un estudio realizado en la Universidad de Wisconsin-Madison, los gatos se interesan más por un estilo de música compuesta especialmente para ellos.
Gracias a varias investigaciones han encontrado un tono y un tempo que llama su atención. Por eso, ha empezado a surgir una gran cantidad de música creada especialmente para gatos. Funciona muy bien, especialmente en casos de estrés y ansiedad.
Aunque si quieres averiguar qué tipo de música prefiere tu gato ponle diferentes melodías y observa a cuáles muestra más interés. Cuando una melodía les gusta suelen acercarse a los altavoces y quedarse junto a ellos, ronroneando.
Esta prueba también aplica para los perros, en la mayoría de los casos quizás tu perro te mire indiferente y no reaccione a las canciones. No obstante, deberás fijarte mucho en los detalles, ya que si frente a un sonido se siente relajado y continúa durmiendo seguramente es que le guste y que no le importe que suene de fondo. Pero si el sonido que suena hace que se despierte, se rasque o de golpe se ponga muy nervioso será que no es la música adecuada para dejarle cuando esté solo en casa.
Por lo demás, se necesita mucha más investigación para ver si a las distintas faunas les gusta la música creada por el homo sapiens.