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Las abejas y su importancia en el mundo

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Tiempo de lectura: 5 minutos

Los antófilos (Anthophila, “que aman las flores”), conocidos comúnmente como abejas, son insectos himenópteros, y son sociales y colaboradores. Viven en las colmenas, donde existen tres castas.

Las únicas abejas que normalmente vemos son las obreras. Son hembras que no están desarrolladas sexualmente. Estas abejas buscan alimento (polen y néctar de las flores), construyen la colmena y la protegen, limpian, hacen correr el aire batiendo sus alas y realizan otras muchas tareas para la comunidad.

Pero antes conozcamos la diferencia entre las abejas y las avispas.

Las avispas, son negras o marrón oscuro y amarillas, y dependiendo de la variedad pueden ser casi oscuras por completo, como en el caso de la avispa asiática. Las abejas en cambio son de color pardo más o menos oscuro y dorado, no amarillo brillante.

Las avispas poseen su característica “cintura”, una zona muy estrecha que separa el tórax del abdomen, mientras que en el caso de las abejas el estrechamiento no es tan notable. Además, la abeja tiene apariencia peluda, pues presenta pelillos de queratina en tórax, cara, abdomen y patas, mientras que la avispa no.

Las abejas son durante toda su vida herbívoras muy especializadas. En cambio, las avispas son carnívoras y generalmente parásitas durante su fase de larva, para pasar a alimentarse también de materia vegetal en la etapa adulta. Existen avispas que solo viven de néctar durante su etapa de insectos adultos, aunque la mayoría de las avispas son omnívoras que consumen tanto materia vegetal como carroña. Incluso hay avispas que atacan colmenas para robar el néctar y la miel y alimentarse de las larvas de las abejas.

Ahora sí, vamos al tema.

El trabajo de la abeja reina es sencillo: pone los huevos que constituirán la nueva generación de abejas. Normalmente no hay más que una abeja reina en una colmena. Si muere, las obreras crean una nueva abeja reina alimentando a una de las obreras con una dieta especial, la jalea real.

La jalea real es una sustancia secretada por las glándulas hipofaríngeas de las abejas obreras nodrizas, de 5 a 15 días de edad. Sirve como alimento de todas las larvas (hembras o machos) durante los tres primeros días de desarrollo y durante toda la vida de una reina. Es muy rica en proteínas y en la reina causa un precoz desarrollo en su metamorfosis. Se compone de polen, néctar, agua y enzimas hasta crear una sustancia cremosa, de color blanco, altamente nitrogenada y con gusto amargo-ácido. Es muy sensible a la luz solar y a la temperatura.

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Las reinas también ponen orden en el trabajo de la colmena desarrollando productos químicos que guían el comportamiento de las demás abejas.

Los zánganos son la tercera casta de las colmenas, y son machos. En cada colmena viven cientos de zánganos durante la primavera y el verano, pero son expulsados en invierno, cuando la colmena adopta una forma de vida más austera.

Estos pequeños insectos son cruciales para el ser humano. Los problemas que afectan a las abejas y otros insectos polinizadores suponen una importante amenaza para la alimentación mundial, especialmente en las zonas del planeta con dificultades para abastecer de nutrientes a los grupos sociales más desfavorecidos.

La población de abejas está disminuyendo en todo el mundo, apunta Pau Bars, secretario de la Asociación de Apicultores de Catalunya. Según su punto de vista, esta crisis se debe al cambio climático, “que desorienta a las abejas. Estos animales tienen los ciclos climáticos muy marcados, y si varían como ahora, eso las trastoca”.

Si las abejas desaparecen, con ellas se irían multitudes de plantas que dependen de ellas y detrás, asolados por el hambre, probablemente muchos animales también.

El 75% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras que comemos procede de la polinización.

Los motivos no están claros aún, pero los expertos apuntan al aumento del uso de los pesticidas, el incremento de avispas asiáticas y de dos parásitos enemigos naturales de las abejas: uno interno (Acarapis Woodi) y otro externo (Varroa Destructor).

En resumen, sin ellas tendrías que olvidarte del jugo de naranja en tu desayuno o del dulce de arándanos, o de fresas para las tostadas, de las almendras, las manzanas, los mangos, los calabacines, los tomates, los kiwis, las sandías… y otro sinfín de alimentos que forman parte de la mesa cotidiana. Por lo que debemos cuidar nuestro medio ambiente.

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Como ayudarlas:

  • Planta distintas flores en tus macetas o en el jardín (si florecen en distintos momentos del año mejor) para ofrecerles a las abejas una dieta variada y rica. Si aumenta la diversidad de abejas en las zonas urbanas, cuando las poblaciones crecen pueden empezar a migrar hacia zonas agrícolas y, en 30 o 50 años, tendríamos un aumento en la diversidad y abundancia de abejas en el campo».
  • No uses químicos e insecticidas, ya que esto puede dañar a las abejas: esto es particularmente dañino si lo haces cuando las plantas ya han dado flores, ya que los químicos entran en contacto con el polen y el néctar y las abejas pueden llevarlo hasta las colmenas.
  • Deja en el jardín flores silvestres y yuyos: son un buen alimento para las abejas.
  • Construye un «hotel para abejas»: puedes comprar o crear con madera una estructura con agujeros. Esto servirá de nido para las abejas solitarias, que son la gran mayoría.
  • Conviértete en apicultor: no hace falta vivir en el campo para criar abejas. En muchas ciudades se practica la apicultura urbana. Búscate una asociación local, aprende lo necesario y transforma la apicultura en tu hobby.
  • Piérdeles el miedo: las abejas no te quieren atacar, porque si te clavan el aguijón se mueren. Solo lo hacen si se sienten amenazadas. Si se te posa una sobre tu cuerpo mantente en calma y espera que se vayan. No te pares cerca de la entrada de una colmena o en camino entre las flores y la colmena. Y aprende a diferenciarlas de las avispas, que sí te pueden picar.
  • Deja un plato con agua en el jardín o el patio: puede que no lo sepas, pero las abejas también tienen sed.

Fuentes: lavanguardia.comnationalgeographic.esmuyinteresante.est13.cl y expertoanimal.com

Temática sugerida por: Alejandra Vidal, Elizabeth Maslow, Ashly y Miguel Rubio

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