Cómo decía el filósofo griego Aristóteles, “todos estamos de acuerdo con que queremos ser felices”. Sin embargo, en muchas ocasiones, el camino para alcanzar esa máxima se nubla o se vuelve impracticable. Más aún cuando uno no se permite ser feliz en su cuerpo, con sus propias circunstancias, contexto y realidades personales… Dicho esto, comencemos.
7.- Recuerda algo y sonríe
¿Alguna vez te reíste solo por recordar algo gracioso?
Esto pasa porque nuestros pensamientos definen nuestro estado de ánimo del momento. De tal forma que, una imagen o un recuerdo agradable, desencadena una sensación positiva.
Una vez que los músculos sonrientes se contraen, comienza un circuito de retroalimentación positiva que refuerza nuestro sentimiento de alegría.
Por eso, es importante sonreír todos los días. Incluso durante esas situaciones en las que no podemos hacer nada (pero nos afectan).
Pensaras que es difícil e incluso inútil, pero te equivocas. Sonreír sí puede hacernos sentir mejor, pero este efecto es más eficaz cuando lo respaldamos con pensamientos positivos.
Un nuevo estudio sugiere que una falsa sonrisa puede empeorar tu estado de ánimo. Se examinaron los efectos de una sonrisa falsa y una sonrisa como resultado de recuerdos agradables o de una mejor percepción de la situación actual.
Los participantes, que sonrieron como resultado de cultivar pensamientos positivos profundos (como unas vacaciones tropicales o el festival de tu hijo) tendieron a mejorar su estado de ánimo de forma impactante.
En pocas palabras: nuestro cerebro se siente bien y nos dice que hay que sonreír, sonreímos y decimos a nuestro cerebro que se siente bien y así sucesivamente.
8.- Aprende o prueba algo nuevo
¿Cuándo fue la última vez que aprendiste algo nuevo? …
Si recuerdas tu infancia, sabes que de niño aprendes cada día, puede no ser algo significativo e importante. Pero siempre hay algo por descubrir.
Tristemente esto se va perdiendo con el tiempo (y no debe de ser así).
El aprendizaje afecta a nuestro bienestar en muchas maneras positivas. Nos expone a nuevas ideas y nos ayuda a mantener nuestra mente curiosa. Además, nos da un sentido de logro y ayuda a aumentar nuestra confianza.
La mejor parte es que aprender algo nuevo y ser felices es un camino de dos vías: aprender algo mejora tu percepción de bienestar, y esta percepción te ayuda a aprender más cosas.
Aprender una nueva habilidad, aunque sea pequeña como: una técnica de primeros auxilios o una palabra en otro idioma, mejora tu capacidad intelectual y tu motivación diaria.
Aprender, también significa descubrir o probar cosas nuevas. No tienen por qué ser cosas muy grandes y ambiciosas (aunque podrían serlo), el objetivo es reinventar tu rutina haciendo espacio para cosas nuevas.
9.- Vive el ahora
“La verdadera felicidad es disfrutar el presente, sin la ansiedad dependiente del futuro” – Lucius Annaeus Seneca
Un estudio publicado en Sciencemag, indica que las personas pasan divagando un 47% de su tiempo, lo cual implica una constante ausencia del presente, de las decisiones que tomamos, de los momentos memorables… y luego nos preguntamos ¿cómo fue que llegó navidad tan rápido? ¿Cómo fue que todo esto sucedió este año?
Uno de los factores más relevantes para la felicidad, es estar enfocado en el hoy, abrazar el momento presente, tener conciencia de lo que nos rodea, y de cada sensación que vamos atravesando ahora, ya, en este instante.
El pasado no está, ya no cuentas con el ayer, menos aún con el futuro. Lo que tenemos es el presente, y es lo que debemos aprender a vivir.
Si uno piensa esto dos o tres veces, suena hasta de poco sentido común, querer experimentar o vivir algo que ya no está, o inclusive fantasear o preocuparse por cosas que ni siquiera aún han ocurrido, pero es así como, aparentemente, se nos pasa la vida. Por eso la nostalgia pesa tanto, por eso tantos arrepentimientos, tantos miedos sin sentido…
¿Por qué seremos tan insensatos y nos privamos del hoy? Hoy tienes salud, ahora estas tomando un café caliente, riquísimo, ahora estas abrigado, ahora el sol da en tu cara y puedes respirar, ahora tienes una pareja que te acompaña, una amiga que te llama, un jefe que te alienta, hoy es hoy.
¿Mañana tendremos esas cosas aún? Y… No sabemos, pero con certeza, vivir pensando en el pasado, o preocupados por el futuro, nos sacan de la vida que tenemos hoy, que es quizás la vida que nos puede hacer feliz, pero con tanto ruido, no podemos darnos cuenta.
10.- Cambia el paradigma: el éxito no te hace ser más feliz
Esto nos afecta a todos, porque es un paradigma que aún sigue instalado en la sociedad.
La presión cultural y social al respecto, nos ha llevado a creer que un título, un rol, una posición en una empresa, un cheque gigante a fin de mes, un proyecto que funciona, es lo que nos da la felicidad.
Pero: ¿qué seríamos nosotros entonces, si todo eso desaparece? En realidad, no está mal ni el cheque, ni la posición, ni el proyecto, lo que está errado es condicionar nuestra vida, y nuestra “felicidad” a eso, porque son cuestiones demasiado efímeras para que funcionen como único sostén de nuestra vida.
Por eso, el camino hacia el éxito, es completamente el inverso al que creemos, e inclusive, se puede obtener mucho, pero mucho más de lo que imaginamos, si lo recorremos de esta manera.
“El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si amas lo que estás haciendo, entonces serás exitoso” – Albert Schweitzer
Quién hace cosas para todos los días poder estar en paz, en plenitud y vivir momentos de felicidad, puede triunfar en el resto de los desafíos de la vida: en las relaciones, en el trabajo, en la familia, etc.
Según un estudio realizado por Sonja Lyubomirsky, Ph.D., de la Universidad de California, indica que cuando las personas se sienten felices, tienden a ser optimistas, energéticos y a tener confianza en uno mismo, lo cual conlleva a que el resto encuentre a estas personas más agradables, sociables y confiables.
Estos aspectos amplían las oportunidades para: concretar un negocio, para cumplir objetivos exitosamente, crear o desarrollar nuevas cosas, inclusive para conocer a una pareja, hacer más amigos, etc.
Entonces para ser más feliz, intenta dejar esa ciega ambición, ya que el cheque llegará, el auto, y el status, también llegará, si primero encuentras la pasión, la plenitud en lo que eres y haces.
11.- Duerme mejor
Sabemos que el sueño ayuda al cuerpo a recuperarse del día y a repararse. Además, nos ayuda a comer mejor y a ser más productivos.
Pero, resulta que también es importante para nuestra felicidad.
Cuando estamos cansados, reaccionamos peor ante cualquier situación y, nos volvemos mucho más sensibles a las emociones negativas.
Lo vemos todo de forma más pesimista y, en nuestra mente sólo aparecen recuerdos grises.
Esto pasa porque los estímulos negativos se procesan en una parte del cerebro que se llama amígdala. Mientras que los recuerdos positivos o neutrales son procesados por otra zona que se llama hipocampo.
La falta de sueño impacta el hipocampo de forma más dura que a la amígdala. El resultado es que las personas con falta de sueño no logran recordar gratos recuerdos, pero si recuerdan los negativos.
En un experimento, los participantes privados de sueño trataron de memorizar una lista de palabras. Ellos podían recordar el 80% de las palabras con una connotación negativa, como “cáncer” o “enfermedad”. Pero solo podían recordar menos del 30% de las palabras con una connotación positiva o neutral, como “sol” “sonrisa” o “árbol” 12
Además, cuando no duermes lo suficiente aumentan los niveles de una hormona llamada cortisol. Conocida por su relación con el estrés.
El tiempo y lo profundo que duermas afectará tu estado de ánimo cuando despiertes, lo que puede hacer una gran diferencia en tu día.
12.- Practica la gratitud
No sólo dar gracias a personas, sino a la vida, al universo, o al Dios en el que crees. Es como que mientras más agradecido uno es, la vida te retribuye con más de eso por lo que agradeces.
El acto de agradecer, es también una correlación de estar focalizado, de vivir el ahora, es un acto del presente, de estar viviendo tu vida hoy, porque está tu conciencia en cada una de las cosas que te están sucediendo, y en lo que tienes.
Parece tonto, pero para mí es fundamental agradecer tener todas mis extremidades: dos piernas, dos brazos, y cuando lo hago, automáticamente siento un alivio y felicidad de que cada cosa está en su lugar y que si quiero puedo salir a correr y ser libre por una hora. Puedo ver, puedo oler, puedo escuchar, puedo degustar los sabores del mundo, puedo sentir la textura de las cosas. Y eso realmente no tiene precio. ¿O no les ha sucedido de golpearse una pierna o quemarse un dedo, y que toda la rutina del día se vuelva un “infierno”?
Pero dejando de lado mi humilde experiencia, hay estudios que confirman el gran impacto que tiene la gratitud en nuestro bienestar emocional.
Por parte de Journal of Happiness Studies, se examinaron los efectos de escribir cartas de agradecimiento en un estudio que involucró 219 personas, el cual consistía en que los participantes debían escribir una carta de agradecimiento por semana (3 semanas). Los resultados sugieren que la focalización consciente de todo aquello que se tiene para agradecer, genera un impacto beneficioso a nivel emocional e interpersonal, incrementando los niveles de satisfacción y disminuyendo los síntomas depresivos.
Por eso, no dejes de agradecer.
Todo esto te llevará a tener más consciencia de la suerte que tienes, y te ayudará a empezar el siguiente día con más energía, y con mejor predisposición para enfrentar las obligaciones diarias de la vida.
Fuentes: postcron.com, habitualmente.com y fucsia.co