De acuerdo con numerosos estudios, esta atracción se explica por la estrecha relación entre el tamaño del trasero con la salud, fertilidad e inteligencia además de ser un vestigio de cuando fuimos primitivos.
Ancestros
Ingelore Ebberfeld, sexóloga y antropóloga de la Universidad de Bremen, afirma que esta atracción tiene sus orígenes desde los ancestros, cuando las hembras atraían a los machos moviendo su trasero, lo que simbolizaba fertilidad, pues ella es estaba lista para ser fecundada por detrás.
La antropóloga agrega que el instinto de los hombres por mirar los glúteos de las mujeres es incontrolable. Este procede de tiempos ancestrales cuando eran cuadrúpedos y su mirada se encontraba justamente a la misma altura que el trasero de las hembras.
A esta explicación, David Buss, profesor de psicología en la Universidad de Texas en Austin, agrega que este gusto por glúteos prominentes no es nada nuevo. El hombre lo desarrolló en etapas bastante primitivas para buscar a las mujeres que podrían procrear.
Si una mujer tiene glúteos grandes le envía señal inconsciente al hombre que ella guarda suficiente grasa corporal para quedar embarazada. Y la forma redonda significa que ella es lo suficientemente joven para seguir reproduciéndose.
Niños inteligentes
Esto según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, quienes concluyeron que la grasa que reside en el trasero y las caderas de las mujeres contiene componentes altamente valiosos esenciales en el desarrollo del sistema nervioso del niño.
45 grados
Otro estudio de la universidad de Bilkent en Turquía revela que a los hombres les gustan de informa inconsciente las espaldas que terminan curvadas en 45 grados, con un aumento en la curvatura en la zona de los glúteos.
Es decir, aquellas que vistas de perfil tienen un trasero grande y, por ende, una curvatura en la espalda baja.
La atracción, de acuerdo al estudio, proviene en un gran porcentaje a un tema ancestral. Se debe a que este tipo de anatomía permite que mujeres con esa curvatura mantengan su movilidad normal a lo largo de su embarazo sin correr el riesgo de lastimarse y en los principios de la historia podían buscar su comida y arreglarse por sí solas.
Los investigadores afirman que las mujeres que tienen la espina dorsal demasiado recta tienen una desventaja reproductiva, porque al embarazarse, su centro de masa se hace hacia adelante, poniendo extrema presión en los músculos y en la espalda baja, incrementando dolor y riesgo de fractura.
En otras palabras, las mujeres ancestrales que tenían una curvatura lumbar menor o no la tenían, no eran capaces de alimentarse en el embarazo, ni de tener embarazos múltiples dadas las complicaciones que esto representaba.
Por otra parte, aquellas que tienen una curvatura en las últimas vértebras pueden mantener un centro de masa en sus caderas, lo cual ayuda a su estabilidad y reduce las probabilidades de herida.
Esos beneficios de las mujeres con curva habrían creado condiciones selectivas para la evolución, ya que morían menos en partos y se adaptaban mejor a ellos.
Los investigadores señalan que aquellos hombres que tienen preferencia por los traseros amplios en realidad sienten atracción por las columnas de las mujeres, sin embargo, comentan que se requieren más investigaciones sobre el tema para tener certeza sobre las preferencias anatómicas femeninas de los hombres.
Cultura
Sin embargo, eso no explicaría por qué a las mujeres también les atrae esa parte específica de la anatomía humana.
El científico social Jeremy E Sherman explica que los hombres se ven influidos por productos culturales como el porno. La cultura también nos educa para saber qué es atractivo y qué no.
«Lo que se considera deseable para cada sexo puede determinarse por los roles de género especificados por una sociedad. Y, en las sociedades occidentales, los medios de comunicación pueden reforzar posteriormente el valor de la estas características», explica la doctora Kerri L. Johnson en un estudio sobre la atracción.
En ese sentido, a las mujeres también les gustan los traseros masculinos, aunque no tengan relación con la fertilidad porque son parte de lo atractivo dentro de nuestra cultura y porque, biológicamente, un cuerpo atlético también representa fortaleza.
La mayoría de la información fue recopilada de: gq.com.mx, bioguia.com, vix.com y publimetro.pe