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La leyenda del coco: La pesadilla de todos los niƱos

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Tiempo de lectura: 5 minutos

No importa en quĆ© parte del mundo se encuentren, hay algo que los niƱos de todas las culturas tienen en comĆŗn: las travesuras. Desde que Ć©ramos pequeƱos, la fascinaciĆ³n con lo prohibido nos ha llevado a portarnos mal, ya sea robando un caramelo o rehusĆ”ndonos a ir a dormir a cierta hora. La disciplina es algo que se aprende y para lograr este objetivo, los padres de todo el mundo recurren a varias tĆ”cticas para controlar los desenfrenados caprichos de sus hijos. Una de estas tĆ”cticas, y quizĆ”s la mĆ”s efectiva, consiste en mencionar a un personaje que se encarga de aquellos niƱos que no escuchan a sus padres. Simplemente oĆ­r su nombre es suficiente para apaciguar incluso al mĆ”s rebelde de los niƱos. Me refiero al inconfundible espectro de la noche, visitante no deseado en las pesadillas de miles de niƱos latinos: El cuco.

La tradiciĆ³n afirmaba que el cuco comĆ­a a los niƱos o se los llevaba a su escondite ubicado en un lugar impreciso y muy lejano.

La leyenda del coco: La pesadilla de todos los niƱos - 1

Para referirnos al Cuco hace falta una revisiĆ³n de cĆ³mo llegĆ³ a surgir este personaje tan ligado a los miedos infantiles, al menos hasta hace un tiempo. En primer lugar, tengamos en cuenta la tradiciĆ³n celta de las cabezas cortadas: se decapitaba a los enemigos vencidos en batalla, pues se consideraba a la cabeza como asiento del alma, y de esta manera el vencedor se veĆ­a engrandecido por efecto de poseer tal talismĆ”n. De allĆ­ deriva la costumbre, habitual en muchas regiones europeas, de vaciar calabazas y nabos, y calar en ellas rostros ceƱudos como elementos de protecciĆ³n.

En Portugal, Galicia y otros lugares, ademĆ”s de esta tradiciĆ³n celta, debemos considerar la palabra coco, de uso mĆ”s bien infantil, que refiere a ciertos frutos y vegetales esferoides. Se configura asĆ­ una primera relaciĆ³n entre coco y cabeza, de donde va a derivar el concepto del Coco como fantasma con una calabaza hueca con tres agujeros, imitando los ojos y la boca en lugar de una cabeza. La funciĆ³n de tal construcciĆ³n se mantiene hasta la actualidad: asustar a los niƱos que no quieren dormirse amenazĆ”ndolos con que tal criatura los va a comer si no obedecen.

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La leyenda del coco: La pesadilla de todos los niƱos - 2

SegĆŗn el etimĆ³logo Corominas, los miembros de la tripulaciĆ³n del almirante portuguĆ©s Vasco da Gama denominaron coco al fruto que todos conocemos, haciendo referencia a los tres agujeros que presenta, a la manera de una boca y dos ojos configurando el rostro de una cabeza peluda; influenciados evidentemente por la imagen del fantasma infantil. TodavĆ­a hoy se llama coloquialmente coco a la cabeza, en expresiones como Ā«comer el cocoĀ», Ā«tener mucho cocoĀ», Ā«estar mal del cocoĀ» o Ā«patinarle a uno el cocoĀ». Posteriormente el concepto habrĆ­a sido introducido en AmĆ©rica a travĆ©s de los territorios conquistados por Portugal y EspaƱa, y de allĆ­ llegĆ³ hasta nuestros dĆ­as. Existen muchas otras hipĆ³tesis sobre el origen de este monstruo, que tienen en cuenta las mĆŗltiples variantes etimolĆ³gicas en distintas regiones, aunque generalmente relacionadas a la palabra cabeza. En Argentina y gran parte de LatinoamĆ©rica se lo denomina Cuco, aunque en otros paĆ­ses se lo conoce como Coco (EspaƱa, MĆ©xico), Cuca (Brasil), etc.

La leyenda del coco: La pesadilla de todos los niƱos - 3

La forma cuco, mayoritaria en el Cono Sur y ciertas Ć”reas de Centro AmĆ©rica, puede deberse a un cruce entre el coco europeo y alguna deidad de origen africano (el diablo bantĆŗ Kuku) o maya (el dios Kukulcan).

TambiĆ©n se postula que es una deformaciĆ³n de la palabra cucurucho, que es el nombre del capirote que usaban los condenados por la inquisiciĆ³n en sus manifestaciones callejeras y asustaban a los niƱos fĆ­sicamente por la forma grotesca que tiene y psicolĆ³gicamente por ser personas Ā«malasĀ» frente a la Iglesia CatĆ³lica.

La particularidad del Cuco es que, mĆ”s allĆ” de la imagen portuguesa del fantasma con cabeza de calabaza, no tiene una descripciĆ³n fĆ­sica determinada, al menos en AmĆ©rica Latina. Es por esto que el lugar desde donde el Cuco acecha o aparece, siempre es un lugar oscuro: debajo de la cama, dentro del clĆ³set o armario… El miedo al Cuco se utiliza principalmente para obligar a los niƱos a irse a dormir a la hora apropiada, y a comer lo que se les sirve, aunque no les guste. TambiĆ©n se lo puede invocar de forma general para que los niƱos realicen las tareas que no les agradan. Lo que asusta del Cuco no es una imagen o caracterĆ­stica fĆ­sica, sino el castigo que imparte: se come a los niƱos desobedientes, o los secuestra de sus casas para llevarlos a un lugar desconocido, del que nunca vuelven.

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La leyenda del coco: La pesadilla de todos los niƱos - 4

La forma en que suele operarse la amenaza del Cuco (que es en realidad una amenaza de los padres, extraƱamente amalgamada con la tranquilidad que pueden brindar al niƱo sus voces) es a travƩs de las canciones de cuna o nanas. La mƔs antigua que se conoce es del siglo XVII, y se encuentra en una obra dramƔtica, el Auto de los desposorios de la Virgen de Juan CaxƩs.

Ea, niƱa de mis ojos,
duerma y sosiegue,
que a la fe venga el coco
si no se duerme.

La forma mƔs conocida de esta nana es:

DuƩrmete niƱo,
duƩrmete ya,
que viene el cuco
y te comerĆ”.

A veces al final se utiliza Ā«te llevarĆ”Ā» en lugar de Ā«te comerĆ”Ā», y dependiendo del lugar, quien vendrĆ” es el Cuco, el Coco, etc. MĆ”s allĆ” de las nanas que se han conservado, el monstruo parece ser conocido desde mucho tiempo antes.

La leyenda del coco: La pesadilla de todos los niƱos - 5
Francisco Goya realizĆ³ un grabado titulado ā€œQue viene el Cocoā€ (1799), donde los niƱos se ven aterrorizados, mientras que la madre parece tranquila mirĆ”ndolo con curiosidad.

En algunas regiones se establecen ciertas relaciones de comparaciĆ³n y hasta de identificaciĆ³n entre el Cuco y el diablo, asĆ­ como tambiĆ©n una oposiciĆ³n respecto del Ć”ngel de la guarda, que protege a los niƱos del mal. Pero bĆ”sicamente se trata del monstruo que encarna un miedo infantil universal, al igual que el Hombre de la Bolsa o Viejo del Saco, y que no excede ese Ć”mbito de influencia.

Si te gustan las leyendas entonces revisa estas 5 leyendas urbanas (haz clic aquĆ­)

Fuentes:

leyenda-del-cuco

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