Los mitos, relatos tradicionales que se refieren a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, los cuales buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno.
Forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Al conjunto de los mitos de una cultura se le denomina mitología. Cuanto mayor número de mitos y mayor complejidad tiene una mitología, mayor es el desarrollo de las creencias de una comunidad.
Por eso, esta noche, te contaremos algunos mitos que dicen ser verdaderos y que, además, no son para nada bonitos. Serán más largos de lo habitual, para que te diviertas esta noche.
• Al borde de la supervivencia
En Berlín, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el dinero escaseaba, los suministros se agotaban, y parecía que todo el mundo moría de hambre. Durante este período, las personas contaron la historia de una joven que decidió ayudar a un hombre que caminaba a ciegas entre una multitud.
La leyenda cuenta que ambos comenzaron a conversar y el hombre le preguntó si podía hacerle un favor:
“¿Podrías entregar esta carta en la dirección escrita en el sobre?”
Como el lugar le quedaba de camino a su casa, ella acepto sin más.
La chica comenzó su camino para entregar el mensaje, cuando notó algo en la dirección, un número que no podía distinguir, no sabía si se trataba de un “4″ o “9″. Se devolvió hacia el hombre ciego y se dio cuenta que había emprendido una huida entre la gente sin sus gafas oscuras ni su bastón, como si estuviera huyendo.
Ella, por supuesto, encontró aquella actitud sospechosa, y en lugar de ir a la dirección fue a la policía. La policía, que tenía sospechas de que algo estaba pasando en la región por los incidentes registrados, visitó la dirección para comprobar si existía alguna conexión con sus sospechas.
Una vez allí, hicieron un descubrimiento aterrador, tres carniceros cortaban carne humana y la vendían a la gente hambrienta por un precio amigable.
¿Sabes lo que había en la carta que el hombre le dio a la joven?
Una nota, apenas se limitaba a decir:
“Esta es la última que mando para ustedes hoy.”
• El puente del diablo
Hace muchos años un campesino se encontraba en una zona bastante solitaria donde cultivaba su maíz. Un día, decidió sembrar maíz del otro lado del río, pero tenía que cruzar el profundo río para llegar a él ya que no había otra forma.
Un día, muy cansado de constantemente cruzar el profundo río, dijo al aire:
«Le vendería mi alma al Diablo con tal de que haya un puente para cruzar éste río.»
A los pocos segundos, apareció el Diablo bien presentable con saco y corbata que le dijo:
«Con mucho gusto cumpliré tu deseo. Si termino el puente antes de que cante el primer Gallo, tu alma será mía. Si no lo logro, me iré sin llevar nada.»
El campesino aceptó y así, cerrando el trato con el Diablo, éste empezó a construir el Puente.
El campesino estaba muy nervioso, no quería perder su alma y el Diablo construía el puente muy rápido. Conforme pasaban las horas, su preocupación aumentaba y su esposa empezó a notarlo. Él no decía nada para no preocuparla, pero la presión del avance de la construcción del puente lo llevó a tal desesperación, que decidió contarle.
Una vez enterada, su esposa le dijo:
«Ya no te preocupes. Acuéstate y deja todo en mis manos. El Diablo no se llevará nada.»
La mujer vigiló la construcción del puente, y cuando estaba a punto de ser terminado, empezó a pisotear con sus piernas y cantar como un gallo. Las Gallinas al oír esto se despertaron y comenzaron a cacarear. El Diablo al notar el canto de las gallinas, se retiró y dejó el puente sin terminar. Por lo que el campesino no perdió su alma.
Mucho tiempo después, varias personas han intentado terminar el puente, pero cada vez que ponen algún ladrillo o intentaban construir parte del mismo, algo se caía. Algunos comentan que sólo el Diablo puede terminarlo, pero a cambio del alma de alguna persona.
• Mal de Ojo
Según cuentan en muchas de las generaciones de variados pueblos, el Mal de Ojo es una enfermedad que ataca a un niño debido a los malos deseos de una bruja.
La enfermedad en si no es ocasionado por un virus, o bacteria, u organismo o cualquier otro tipo de enfermedad común, sino proviene de una «magia maligna» que provoca síntomas perjudiciales en el Niño.
Antiguamente se decía que, si no se controlaba a tiempo el Mal de Ojo, el niño podía perecer. Para curarlo, se necesitaba de una persona que haya nacido un viernes santo o que hayan aprendido el método de antiguos maestros para liberar de dicho mal a los niños. Para proteger a un niño del Mal de Ojo, se colocaba un lazo de color rojo en él, o una Cruz de Caravaca o Escapularios en su ropa.
Hoy en día, aún se cree que existen personas que pueden ocasionar el Mal de Ojo con solo mirar a un niño. Algunos dicen que es causado intencionalmente por parte de la envidia y el odio de dicha persona hacia su «víctima», o también sin querer.
Normalmente en niños el Mal de Ojo produce susto y llanto incontrolable sin causa. A veces diarreas, pesadillas o brotes en la piel. También causa perdida del hambre o vómitos tras comer. En jóvenes y adultos, los síntomas son parecidos al de los niños, pero vienen con otros detalles nada agradables como sensaciones de opresión en el pecho, o pérdida de apetito, fiebre, insomnio, escalofríos o incapacidad para concentrarse en sus labores diarias.
• La chica de la carretera
Según se cuenta, una Joven muy hermosa (al parecer universitaria, de buen carácter y muy amable) anda a pie por las noches en las carreteras donde sólo chóferes o camioneros transitan.
Cuando ellos la ven deambulando, deciden ayudarla y la hacen subir a sus vehículos. Ella señala una vecindad muy humilde y luego su hogar con su dedo, aunque esta desaparece antes de llegar al destino que apuntó.
Una historia similar vivió un joven que llevó a esta chica y contó en su experiencia cuando la encontró y ofreció a llevarla. Ella parecía tener frío y como acto de caballerosidad, le prestó su abrigo. Cuando ella dijo estar cerca de su hogar, estaba por devolverle el abrigo. El joven le dijo que no se preocupe y que se quede con él, luego regresaría por este. Al día siguiente, volvió a aquella casa y fue recibido por una dama Joven. Él le explicó lo sucedido con la chica, pero la mujer dijo que no había ninguna joven en su casa.
El chico confundido, persistió nuevamente y aseguró no equivocarse. Mientras seguían conversando, él se percató de una foto de la joven en la pared, luego dijo que era ella. La mujer sorprendida, respondió que era su hija, pero había fallecido hace más de 10 años.
El Joven muy sorprendido, creyó que le estaba bromeando. La mujer, dijo que no bromeaba y para que se convenza, le dijo que la acompañe hasta el cementerio de la vecindad. Cuando llegaron, se detuvieron ante una lápida y en ella, estaba el abrigo del Joven.
Esta historia tiene distintos contextos y escenarios, es un mito muy popular que se ha tergiversado con el tiempo, pero el resultado es el mismo.
• Ya soy grande
Una niña de 15 años, conocida en la historia simplemente como “girl“, decidió que ya era lo suficientemente mayor como para quedarse sola en casa, desestimando un viaje con sus padres durante un fin de semana. Además, si algo pasaba ella tendría a su fiel perro para protegerla.
Al llegar la noche, cerró todas las puertas y trató de cerrar las ventanas, pero una se negó a cerrarse. Después de mucha insistencia, la chica se rindió y dejó la ventana abierta. Se dio un baño y se fue a dormir. Su perro tomó su sitio de costumbre bajo la cama.
En el medio de la noche se despertó debido al sonido de un goteo constante proveniente del cuarto de baño. Estaba demasiado asustada para ir a ver de qué se trataba. Metió la mano debajo de la cama y sintió una lamida. Eso la calmó y volvió a dormir. Más tarde, se despertó nuevamente con el sonido de las gotas. Temerosa, una vez más extendió su mano debajo de la cama, sintió una lamida y se volvió a dormir. Despertó más tarde nuevamente, extendió otra vez su mano y sintió la lamida.
Preocupada por el sonido del goteo, ella se levantó y caminó lentamente hacia el baño. El sonido de las gotas cayendo se hacía cada vez más fuerte mientras ella se acercaba. Llegó al cuarto de baño y encendió la luz. Ahí mismo fue testigo de una escena horrible: colgando en la ducha estaba su perro, con un corte a lo largo de toda la garganta y la sangre goteando en la bañera.
En el espejo del baño, algo llamó su atención. Escrito con la sangre de su perro estaban las palabras: “NO SOLO LOS PERROS LAMEN“. La chica entró en pánico y salió corriendo hasta la granja más próxima, hasta el día de hoy no sabe quién o que mató al animal.
El titulo ha sido cambiado para no afectar el final de la historia, el titulo real es: no solo los perros lamen.
¿Tienes una anécdota de esta índole que te haya ocurrido?, Pues cuéntanosla, estaremos encantados de leerlas, y posiblemente, lo demás también.
Temática sugerida por: Valentina Ortiz