¿Cuál es el Verdadero Origen del Día de San Valentín?

El Día de San Valentín se celebra oficialmente desde el 14 de febrero del año 496, cuando el papa Gelasio I decidió incluirlo en el calendario litúrgico católico. Pero la historia de esta festividad romántica no empieza con rosas y chocolates… sino con ritos paganos bastante más intensos. 😅

Todo se remonta a la Antigua Roma, con la celebración de la Lupercalia, un festival de fertilidad que tenía lugar entre el 13 y el 15 de febrero. Era una forma de darle la bienvenida a la primavera… aunque de una manera un tanto peculiar. Según el profesor Noel Lenski, de la Universidad de Colorado Boulder, los jóvenes romanos se desnudaban y azotaban a mujeres con látigos hechos de piel de cabra o perro. ¿El objetivo? Aumentar la fertilidad. Nada romántico, pero muy simbólico en su contexto.

Con el tiempo, la Iglesia Católica quiso cristianizar esta tradición, y ahí entran los famosos San Valentín. Según la Catholic Encyclopedia, existieron al menos tres mártires con ese nombre: un sacerdote romano, un obispo de Terni (antigua Interamna) y un tercero del que apenas se sabe, salvo que murió en África junto a sus compañeros.

Todos habrían sido ejecutados un 14 de febrero, y la historia más famosa es la del médico romano convertido en sacerdote, que dio su vida por su fe… y quizás, por el amor también.

Este tal San Valentín no solo fue un romántico, también fue un rebelde con causa. En pleno siglo III, bajo el gobierno del emperador Claudio II “El Gótico”, se prohibieron los matrimonios entre jóvenes. El emperador creía que los solteros eran mejores soldados, ya que no tenían familia ni distracciones. Pero Valentín, un sacerdote cristiano de Roma, no estuvo nada de acuerdo con esa idea. Así que decidió casar a las parejas en secreto, desafiando directamente al poder imperial. Obviamente, no tardaron en descubrirlo y fue encarcelado.

Estando preso, un oficial romano lo retó: si realmente tenía fe, debía devolverle la vista a su hija Julia, que había nacido ciega. Valentín aceptó el desafío… y lo logró. Según la leyenda, Julia recuperó la vista, y nació entre ellos un vínculo especial.

El sacerdote fue ejecutado el 14 de febrero del año 270, y Julia, agradecida, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. Por eso, el almendro es hoy símbolo de amor y amistad duraderos.

Claro que esta historia tiene varias versiones. Una dice que fue decapitado por desobedecer al emperador, otra que se enamoró de Julia y le escribió una carta firmada “de tu Valentín” antes de morir. También se cuenta que fue ejecutado simplemente por negarse a renunciar a su fe.

Sea cual sea la versión, quedó claro por qué hoy San Valentín es el patrón de los enamorados… ¡y de los que no se rinden fácilmente!

Después de que el papa Gelasio I declarara oficialmente el 14 de febrero del año 494 como el primer Día de San Valentín, la festividad fue incluida en el calendario litúrgico católico y celebrada durante más de 15 siglos. Pero como todo en la historia, nada es para siempre.

En 1969, bajo el pontificado de Pablo VI (ojo, no Pablo IV), y tras el Concilio Vaticano II, el día de San Valentín fue eliminado del calendario litúrgico. ¿El motivo? Demasiadas versiones, poca claridad histórica y bastante confusión sobre su verdadero origen. Aun así, aunque la Iglesia lo sacó del calendario, el santo se mantuvo vigente… y la fecha ya estaba demasiado instalada en el corazón (y el bolsillo) de la gente.

A esas alturas, el 14 de febrero ya era sinónimo de romanticismo. Y para el siglo XX, se transformó en una máquina comercial. Gracias a la revolución industrial, se empezó a producir en masa uno de los íconos del día: las tarjetas de felicitación. Después vinieron flores, chocolates y toda la artillería del amor express.

Para que te hagas una idea del tamaño del negocio: en Estados Unidos, se gastan más de 18.900 millones de dólares en regalos para San Valentín, según datos de la Federación Nacional de Comercio. O sea, el amor mueve montañas… ¡y carteras!

La fiebre por San Valentín no empezó ayer. En pleno siglo XIX, cuando el amor aún se enviaba por correo y no por emoji, la artista y empresaria Esther Howland vio una oportunidad dorada. Las tarjetas de San Valentín llegaban en masa desde el Reino Unido, y solo en Nueva York se recibían más de 40.000 felicitaciones, según la Sociedad de Anticuarios. Howland pensó: ¿por qué no hacerlas más bonitas? Así nació su negocio: diseños llamativos, papel decorado y mensajes cursis (pero efectivos). El resultado: ganancias anuales de más de 100.000 dólares, según The Washington Post. Nada mal para una idea romántica, ¿no?

Pero Howland no fue la única con olfato para los negocios. En el Reino Unido, Richard Cadbury, heredero de una compañía de chocolate, tuvo una idea igual de dulce. Pensó: si ya regalamos cartas, ¿por qué no agregar algo comestible? Así nacieron los bombones en cajas decoradas para San Valentín. La estrategia fue un éxito, y las cajitas Cadbury se convirtieron en un clásico del amor… y del marketing.

Desde entonces, el combo tarjeta + chocolate se volvió un símbolo del 14 de febrero. Hoy, regalar bombones en formas creativas es casi una tradición. Y aunque los mensajes han pasado del papel al WhatsApp, lo cierto es que esta industria del romance sigue muy viva… y facturando millones.

Aunque muchos piensen que el 14 de febrero es la única fecha donde el amor se celebra en todo el mundo, en Hispanoamérica hay varias versiones bastante curiosas del asunto. Por ejemplo, en Argentina, se le conoce como el Día de los Enamorados, pero nada de tarjetas con ositos. Lo típico es regalar flores y bombones, sin mucho romanticismo cursi al estilo anglosajón. Eso sí, no es la única ocasión amorosa: en julio se celebra la Semana de la Dulzura, una excusa perfecta para regalar caramelos y besos sin demasiadas explicaciones.

En Bolivia, la cosa cambia bastante. Allí el Día del Amor y la Amistad se festeja el 21 de septiembre, aprovechando que marca el inicio de la primavera. En esta fecha, las parejas suelen intercambiar flores, regalos y tarjetas. ¿Y el 14 de febrero? Ni hablar, esa fecha se recuerda por un evento histórico clave: la invasión de Antofagasta en 1879, que dio inicio a la Guerra del Pacífico.

Por su parte, en Colombia se celebra el Día del Amor y la Amistad el tercer sábado de septiembre. Una de sus tradiciones más populares es el juego del amigo secreto, donde se sortean nombres para dar regalos de manera anónima. Durante la semana previa, es típico “endulzar” al otro con dulces, cartas o flores hasta llegar al regalo final… o hasta que alguien no aguante más y revele su identidad.

En España, el Día de San Valentín comenzó a celebrarse a mediados del siglo XX, impulsado por motivos más comerciales que románticos. Se dice que fueron los grandes almacenes Galerías Preciados quienes promovieron esta fecha para incentivar las compras. Desde entonces, cada 14 de febrero se celebra con regalos, flores y cenas especiales.

En México, esta fecha también está dedicada al amor, pero con un toque particular. Se regalan rosas, chocolates y otros detalles entre parejas, esposos o incluso amantes. Para la amistad, tienen su propia fecha: el 30 de julio, declarado como el Día Internacional de la Amistad.

En Perú, el “Día del Amor y la Amistad” se celebra con tarjetas, peluches, bombones rellenos y, sobre todo, con orquídeas, una flor muy valorada y típica de la región. En esta fecha todo se vuelve dulce y decorado con corazones.

En Uruguay, la primavera trae consigo el verdadero Día de los Enamorados, en octubre. Sin embargo, el 14 de febrero ha ido ganando terreno en los últimos años, sobre todo entre los más jóvenes.

En República Dominicana, esta jornada tiene varios nombres: Día del Amor y la Amistad, Día de San Valentín o Día de los Enamorados. Las celebraciones incluyen intercambios, serenatas, postales, cenas y hasta códigos de vestimenta como llevar ropa roja o rosada.

En Puerto Rico, también se celebra con entusiasmo el 14 de febrero, combinando detalles románticos y regalos entre amigos, especialmente en escuelas y oficinas.