La Edad Media es una de las etapas más fascinantes de la historia, y se caracteriza principalmente por el Sistema Feudal. Este período, lleno de nobles, campesinos, vasallos y monarquías debilitadas, estuvo marcado por la gran influencia de la Iglesia Católica. Para comprender realmente cómo se desarrolló esta era, es esencial entender el papel central de la Iglesia Medieval.
La Iglesia no solo tuvo una influencia religiosa, sino que abarcó todos los aspectos de la vida medieval. Ningún sector de la sociedad se escapó de su impacto. Campesinos, nobles y monarcas vivían bajo la constante supervisión de la Iglesia, que dirigía tanto los asuntos espirituales como los materiales. Su poder se reflejaba no solo en la religión, sino también en la política, la cultura y la educación.
El siglo XI fue testigo del auge del cristianismo en Europa, y la Iglesia Católica alcanzó su máximo esplendor. Aunque existían otras religiones, Europa era en su mayoría cristiana. Este fue un período en el que se consolidó la idea de Cristiandad, un concepto que unió a los diversos reinos y territorios europeos bajo un mismo sistema de creencias religiosas.
La Iglesia jugó un papel crucial en la formación de una identidad cultural y religiosa en Europa, dejando huellas profundas que perdurarían durante siglos en la historia del mundo occidental.