Naturaleza

Las algas son plantas ¿o no?

Quizás es un tema que no te has detenido a pensar a menos que estés familiarizado con él, pero ¿son las algas plantas?. Es natural que pienses que sí; son organismos verdes, con aparentes hojas alargadas que crecen y se desarrollan en el mar, ¿hacen fotosíntesis además verdad?, ¿son plantas pero acuáticas, o no?. Pues no, si bien comparten ciertas similitudes y los límites entre plantas y algas pueden parecer desdibujados incluso para los expertos, actualmente las algas no entran en la clasificación de plantas. Entonces ¿Qué son?, aquí está la versión larga para sacarte de dudas y, de paso, que tengas un tema interesante para tu próxima conversación.

¿Qué son las algas?

El término “alga” abarca una gran diversidad de organismos vegetales, tanto unicelulares (de células individuales) como pluricelulares (de múltiples células), que viven en un medio acuático, ya sea marino o de agua dulce, y son capaces de realizar fotosíntesis oxigénica, obteniendo materia orgánica a través de la luz obtenida por el sol.

A grandes rasgos, podemos clasificar las algas en dos grupos según su tamaño: microalgas y macroalgas, donde, como su nombre lo dice, las microalgas son organismos microscópicos como los dinoflagelados o las diatomeas, los cuales no podemos observar a simple vista pero generan eventos naturales como, por ejemplo, las “mareas rojas”. Existen más de 600.000 tipos de microalgas de las cuales solo alrededor de 50.000 han sido descritas por los científicos.

Por otro lado, las macroalgas son todas aquellas que sí podemos observar a través del ojo humano, como por ejemplo, el cochayuyo o el conocido alga nori, o las algas gigantes que llegan a medir metros de longitud que vemos en películas o en fondos marinos. Las macroalgas a su vez se subdividen en 3 grandes grupos: las algas verdes (Phylum Chlorophyta), las algas pardas o cafés (Clase Pheophyceae) y las algas rojas (Phylum Rhodophyta), grupos dentro de los cuales nuevamente se estima que existen miles de variedades distintas pero solo se han descrito un porcentaje limitado de estas hasta la fecha.

Ahora, si hacen fotosíntesis y parecen plantas, ¿por qué no las llamamos así? Bueno, aquí es donde entra el drama taxonómico.

¿Por qué no son plantas?

En el mundo de la biología existen distintos reinos que clasifican a los seres vivos según su línea de evolución y, independiente de las semejanzas morfológicas que puedan tener diferentes individuos (como en este caso las plantas y las algas), para pertenecer a un mismo reino dichos individuos deben cumplir con semejanzas dentro del tipo de respiración, locomoción, reproducción y tipos de células para ser reconocidas dentro de un mismo reino.

Los reinos y los lineamientos que encasillan a cada ser vivo dentro de alguno de estos, siempre están sujetos a actualizaciones y cambios a medida que la biología avanza y comprende cada vez más nuestro mundo y las especies que lo habitan, pero actualmente se distinguen dentro de los reinos biológicos a los reinos Bacteria, Chromista, Protozoa, Animalia, Plantae y Fungi.

Las plantas, helechos, árboles y cactus, pertenecen al reino Plantae. Tienen estructuras especializadas como hojas, tallos y raíces, y su ADN está organizado en un tipo de células llamadas eucariotas. También tienen clorofila, el pigmento que les da su característico color verde y les permite realizar la fotosíntesis.

Por otro lado, las algas en lugar de raíces, hojas o tallos, suelen tener estructuras más simples, como el talo, que es una masa de células no diferenciadas. Otro punto que separa a las plantas de las algas es su estructura interna. Mientras que las plantas tienen tejidos vasculares que transportan agua y nutrientes a través de todo su organismo, las algas carecen de esta sofisticación.

¿Entonces, dónde encajan las algas?

Las algas son un grupo mucho más diverso y encasillarlas dentro de un solo reino es complicado y ha dado lugar a diversos debates y cambios en la forma de clasificarlas. Algunas son eucariotas (como las algas verdes y rojas), mientras que otras son procariotas (como las cianobacterias, también conocidas como «algas verdeazuladas»). La gran mayoría de las algas no comparten un ancestro común con las plantas. Esto significa que evolucionaron de forma independiente y no tienen todas las características que definen a las verdaderas plantas. Así, las algas se han ordenado en diversas clasificaciones, algunas, como las algas verdes, están más emparentadas con las plantas porque comparten un antepasado común relativamente reciente. Sin embargo, otras, como las algas pardas y las diatomeas, están en una rama completamente distinta del árbol evolutivo. Esto hace que las algas no puedan meterse en una sola categoría de forma unánime y cómoda, sin embargo, actualmente podemos encajar a las algas principalmente en el reino Chromista.

Los chromistas eran organismos que solían clasificarse dentro del Reino Protozoa pero las nuevas descripciones de especies y la constante búsqueda de mejorar las clasificaciones de las mismas llevaron a que el Reino Protozoa se separara en los reinos actuales ya mencionados, de esta forma, algo que caracteriza al actual Reino Chromista es la presencia de una clorofila especial pero distinta a la de las plantas en las especies que lo integran.

El impacto de las algas en nuestra vida

El mundo de las algas es extenso, muchas veces ambiguo e incluso contradictorio, pero muy interesante y en constante descubrimiento y expansión así como todo el conocimiento humano y, aunque en primera instancia pareciera que las algas no están tan presentes en nuestra vida cotidiana más allá de las veces en las que vamos a la playa o ríos y las vemos por ahí, estas en realidad juegan un papel crucial tanto en la ecología como en nuestra sociedad, economía, alimentación y sostenibilidad.

En la naturaleza, las algas forman una parte fundamental de la cadena trófica. A través de la fotosíntesis absorben el CO2 y producen oxígeno, el cual permite la respiración de diversos organismos acuáticos, además sus estructuras sirven como hábitat y refugio para miles de especies. Por otro lado, muchas especies de algas pueden absorber la contaminación presente en el agua e incluso filtrar microplásticos presentes en las mismas. Actualmente las algas son la base de múltiples investigaciones que buscan a través de las mismas aportar soluciones a problemas como el cambio climático, la contaminación producida por la actividad ganadera o aportar en la generación de biocombustibles.

Además, las algas también pueden ser un indicador de la salud ambiental. Por ejemplo, un aumento excesivo de algas en un lago o río (conocido como «floración algal») puede señalar problemas de contaminación, como el exceso de nutrientes provenientes de fertilizantes. Estas floraciones pueden ser perjudiciales para la vida acuática, ya que consumen grandes cantidades de oxígeno cuando se descomponen, creando zonas muertas en el agua.

Como fuente de alimento para los humanos, las algas han sido un ingrediente incorporado a nuestra dieta desde hace siglos y hoy muchas de ellas han sido catalogadas como “super-alimentos” por sus importantes aportes en vitaminas, minerales, fibra e incluso proteínas y aminoácidos esenciales. Por nombrar algunas, podríamos destacar la Spirulina, bastante popular como suplemento dietético, el agar agar, el cual se utiliza por sus propiedades gelificantes como una alternativa vegana a la gelatina convencional de origen animal, el alga nori utilizada en el sushi, o el cochayuyo, muy popular en la gastronomía de países costeros por su gran disponibilidad y versatilidad como ingrediente.

Incluso en la industria farmacéutica, las algas tienen un papel destacado. Se están investigando compuestos extraídos de algas para desarrollar medicamentos contra enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y las infecciones virales. Las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de estos compuestos los hacen candidatos prometedores para el futuro de la medicina.

En fin, podríamos estar aquí todo el día hablando de algas y aun así quedarían cosas en el tintero, pero si de algo te has de quedar, que sea con la importancia que estas representan para todo nuestro mundo y, si bien en general pasan desapercibidas como algo más que supuestas “plantas acuáticas” son todo un mundo aparte lleno de secretos por descubrir. Sí, no son plantas, pero eso no significa que sean menos importantes o menos interesantes. Las algas son vitales para la vida en la Tierra y tienen un potencial inmenso diversos campos de investigación, incluso muchos más de los que imaginamos.

Catalina

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