Nelson Mandela falleció el 5 de diciembre de 2013 a causa de una infección respiratoria. El primer presidente negro de Sudáfrica y símbolo mundial de la lucha contra el apartheid, murió a los 95 años en su casa, tras una larga agonía. La noticia fue ampliamente cubierta por los principales medios del mundo, como era de esperarse por la relevancia histórica del personaje.
Pero aquí viene lo curioso: muchas personas juraban que ya había muerto… ¡años antes! Algunos afirmaban incluso recordar su funeral con lujo de detalles, como si lo hubieran visto en televisión. No, no estaban bromeando ni confundiendo a Mandela con otro líder. Realmente lo creían. Y no eran uno ni dos. Este fenómeno colectivo llamó tanto la atención que acabó bautizado como el efecto Mandela.
La expresión fue acuñada por Fiona Broome, investigadora aficionada a lo paranormal. Según ella, no solo recordaba la muerte de Mandela en prisión, sino también la reacción global ante su supuesto fallecimiento. Al compartir su confusión en Internet, descubrió que cientos de personas recordaban lo mismo. Así nació un fenómeno viral.
El efecto Mandela se refiere a esos momentos en que múltiples personas recuerdan hechos que, en teoría, nunca ocurrieron. Aunque los datos históricos los contradigan, para ellos sus recuerdos son tan reales como su café de la mañana. El conflicto aparece cuando la realidad dice una cosa… y el cerebro insiste en otra.