Ciencia

Astronomía y Astrología: Ciencia y creencias bajo el mismo cielo

Aunque la astronomía y la astrología miran hacia el cielo, sus enfoques no podrían ser más distintos. Sí, ambas se interesan por las estrellas y los planetas, pero hasta ahí llega el parecido. Decir que lo único que comparten son las cinco primeras letras no es exageración, ¡es casi un resumen perfecto!

Por un lado, la astronomía es una ciencia natural seria y bien establecida. Se encarga de estudiar las propiedades físicas y químicas de los cuerpos celestes, desde planetas hasta galaxias enteras. Su trabajo incluye entender cómo evolucionan estos cuerpos con el tiempo, cómo nacen, cómo viven y, eventualmente, cómo mueren. Así que si alguna vez te preguntaste cómo explota una estrella o qué es exactamente una supernova, la astronomía tiene la respuesta (y no, no tiene que ver con tu signo zodiacal).

Además, esta disciplina analiza fenómenos que ocurren más allá de nuestra atmósfera, como los meteoros, la radiación cósmica o los misteriosos agujeros negros. Todo esto, con el respaldo de observaciones, cálculos matemáticos y tecnología que parece sacada de una película de ciencia ficción.

En cambio, la astrología… bueno, eso es otra historia. Pero ya hablaremos de eso en otro momento.

Por ahora, basta con saber que la astronomía se basa en evidencia científica y juega un papel fundamental en nuestra comprensión del universo. Así que la próxima vez que mires las estrellas, recuerda que hay toda una ciencia detrás de su brillo.

La astronomía es una de esas disciplinas que lleva tanto tiempo entre nosotros que podríamos decir que nació con las primeras civilizaciones. Sus raíces se remontan a la antigua Babilonia, pero también fue practicada por culturas como los chinos, iraníes y mayas, que observaban el cielo con una mezcla de fascinación y precisión digna de admirar.

En aquellos tiempos, observar el firmamento era una cuestión casi sagrada. Se registraban los movimientos de los astros y se intentaban entender los ciclos celestes. Esta práctica estuvo muy relacionada con la astrometría, una rama que estudia el movimiento de los cuerpos celestes con una precisión matemática que deja sin aliento. Hoy en día, ese enfoque ha quedado más en manos de la astrofísica, término que en muchos casos se usa como sinónimo de astronomía, aunque no sean exactamente lo mismo (pero no te preocupes, no vamos a ponernos demasiado técnicos… todavía).

El verdadero punto de inflexión llegó con la invención del telescopio. A partir de ahí, todo cambió. Gracias a este aparatito con lentes (o espejos, según el modelo), los astrónomos dejaron de limitarse a observar a simple vista y comenzaron a ver más allá, literalmente. Desde entonces, hablamos de astronomía moderna, esa que usa tecnología de punta para explorar el cosmos.

Así que sí, mirar al cielo tiene historia, ciencia y también un toque de magia… aunque esa parte se la dejamos a la astrología.

Por otro lado, la astrología no juega en la misma liga que la astronomía. Aunque también mira al cielo, lo hace con otros fines. Se trata de una pseudociencia, es decir, una disciplina que no tiene validez científica comprobada, pero que aun así ha capturado la atención (y la fe) de millones de personas a lo largo de la historia.

La astrología se basa en la idea de que los cuerpos celestes influyen en la vida de las personas y en los eventos que ocurren en la Tierra. ¿Te suena eso de “Mercurio retrógrado arruinó mi semana”? Bueno, ese tipo de creencias vienen de aquí. Aunque no existe evidencia empírica que respalde estas afirmaciones, su popularidad sigue intacta, especialmente en revistas, redes sociales y, claro, en las aplicaciones que te dicen si hoy vas a encontrar el amor o solo tráfico.

El término “astrología” proviene del griego: “astron” (estrella) y “logos” (estudio). Así que, originalmente, significaba “el estudio de las estrellas”, algo que suena muy científico… hasta que te das cuenta de que se refiere a cómo el alineamiento planetario supuestamente determina tu personalidad.

Aunque la astrología ya no se considera ciencia, ha dejado una marca profunda en la cultura humana. Desde los antiguos zodíacos hasta los horóscopos actuales, su influencia sigue presente. Pero ojo, no la confundas con la astronomía, porque una busca respuestas en el universo… y la otra en tu carta astral.

Una definición más afinada de la astrología sería esta: un conjunto de creencias que sostiene que hay una conexión directa entre la posición de los planetas y los eventos que ocurren aquí en la Tierra. Es decir, lo que pasa allá arriba influye en lo que pasa acá abajo… al menos, según esta tradición milenaria.

El foco principal de esta práctica está en trazar el movimiento del Sol, la Luna y los planetas en el cielo para intentar entender cómo estas posiciones podrían afectar la vida de las personas. Y no solo eso: también se utiliza para predecir eventos futuros, como si el universo estuviera enviando señales codificadas para quienes sepan interpretarlas.

Normalmente, cuando alguien piensa en astrología, lo primero que viene a la mente son los horóscopos. Ya sabes, eso de “hoy Sagitario tiene un buen día para invertir en sí mismo”. Pero para muchos, esto va mucho más allá de unas frases en una revista. Hay quienes creen firmemente que la posición de los cuerpos celestes en el momento del nacimiento influye profundamente en la personalidad, el destino y hasta en las decisiones importantes de la vida.

Aunque no cuenta con respaldo científico, la astrología sigue siendo una creencia popular que ha marcado la historia cultural de muchas civilizaciones. Y sí, tal vez no predice el futuro con precisión, pero hay quienes encuentran en ella una guía, o al menos, una buena excusa para echarle la culpa a los planetas.

Tanto la astronomía como la astrología fueron fundamentales en civilizaciones antiguas como la de los mayas, quienes desarrollaron sistemas complejos para observar el cielo, seguir el movimiento de los planetas y predecir acontecimientos futuros. Para ellos, el firmamento no solo era un espectáculo visual, sino también una herramienta de organización social y religiosa.

Durante siglos, estas dos disciplinas estuvieron bastante entrelazadas. Pero todo cambió cuando surgieron teorías científicas como el heliocentrismo, propuesto por Copérnico. Esta idea revolucionaria —que la Tierra gira alrededor del Sol y no al revés— le dio un fuerte impulso a la astronomía y dejó a la astrología sin respaldo académico. A partir de ahí, una se fue por el camino de la ciencia y la otra, por el de la creencia.

Los expertos que se dedican a la astronomía se llaman astrónomos, y son los encargados de estudiar y analizar todo lo relacionado con el espacio exterior: galaxias, estrellas, planetas, cometas y más. Usan telescopios, ecuaciones y simulaciones para entender cómo funciona el universo, desde su origen hasta sus posibles futuros.

En contraste, quienes practican la astrología son conocidos como astrólogos, y utilizan la posición de los planetas, el Sol, la Luna y las constelaciones para crear horóscopos, interpretar cartas astrales y “leer” el destino o la personalidad de alguien. Aunque no sea una ciencia, su influencia cultural sigue vigente y, para muchos, sigue siendo una guía que consultan antes de tomar decisiones… o al menos para reírse un rato.

En pocas palabras, la astronomía es la ciencia que estudia los cuerpos celestes, como planetas, estrellas, galaxias y todo lo que se mueve (o flota) allá fuera en el universo. En cambio, la astrología es un conjunto de creencias que sostiene que la energía de los planetas influye en la vida humana, en nuestra personalidad y hasta en lo que nos depara el futuro.

A lo largo de la historia, la astronomía ha contado con figuras de renombre que dejaron huella en el conocimiento humano. Entre los más famosos están Aristóteles, Pitágoras, Copérnico, Galileo Galilei, Isaac Newton, Albert Einstein y Stephen Hawking. Cada uno, en su tiempo, aportó ideas que cambiaron por completo nuestra forma de entender el cosmos.

En cuanto a la astrología, aunque no cuenta con reconocimiento científico, también ha tenido personajes destacados que han ganado gran popularidad. Algunos de los más conocidos son Walter Mercado, con su estilo inconfundible y mensajes de amor universal; Rick Levine, uno de los astrólogos más consultados en la era digital; y Robert Hand, autor de numerosos libros sobre cartas natales y astrología tradicional.

Si bien la astronomía y la astrología hoy caminan por senderos separados, ambas han influido —de distintas maneras— en cómo las civilizaciones han interpretado el cielo. Ya sea buscando respuestas científicas o señales del destino, lo cierto es que mirar hacia arriba siempre ha despertado algo en nosotros.

Andrés R.

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