Seguro te ha pasado: escuchas una canción y, sin darte cuenta, la repites mentalmente durante horas. A veces es porque te encanta, pero otras… ¡ni siquiera te gusta y sigue ahí!
¿Por qué sucede esto?
Los culpables de este fenómeno son dos factores clave: la estructura de la canción y la personalidad de quien la escucha.
Las canciones pegajosas suelen tener melodías repetitivas, ritmos simples y patrones predecibles, lo que facilita que nuestro cerebro las retenga. Además, si una canción tiene un gancho musical fuerte, es más probable que se quede dando vueltas en nuestra mente.
Por otro lado, la personalidad también influye. Estudios sugieren que las personas con mayor sensibilidad musical, ansiedad o tendencias obsesivas son más propensas a experimentar este fenómeno, conocido como «gusano musical» o earworm.
¿Te ha pasado con alguna canción en particular?