Un gran ejemplo de la relevancia del código Morse en la historia es la famosa señal SOS, la llamada de auxilio más conocida del mundo. Aunque mucha gente piensa que “SOS” significa algo como “Save Our Souls” o “Save Our Ship”, en realidad su origen es mucho más práctico que poético. Esta secuencia —tres puntos, tres rayas, tres puntos— fue adoptada oficialmente en 1906, durante una conferencia internacional en Berlín, con el objetivo de reemplazar al anterior código de emergencia, el menos claro “CQD”.
Desde entonces, SOS se convirtió en el estándar universal para pedir ayuda, especialmente en situaciones marítimas. Su simplicidad y facilidad para ser reconocida en condiciones extremas la volvieron un éxito. ¿Quién lo diría? Tres letras que han salvado miles de vidas.
Aunque hoy las comunicaciones modernas se basan en satélites, fibra óptica y señales digitales, no se puede negar el legado de los pioneros como Morse y Vail. Gracias a su ingenio, fue posible lograr comunicaciones inalámbricas en épocas en que eso parecía cosa de ciencia ficción.
Y sí, su aporte ha sido tan significativo que incluso tiene su propio homenaje: el 27 de abril se celebra el Día del Código Morse, en honor a quienes convirtieron los bip-bip en el primer lenguaje de larga distancia de la historia.
Así que la próxima vez que escuches un “pip-pip-piiip”, tal vez estés oyendo los ecos de una revolución.
Véase también ¿Cómo se orientan las aves?