«Bohemian Rhapsody» no es solo la canción más importante de A Night at the Opera, sino que también es el tema que catapultó a Queen a convertirse en uno de los actos musicales más grandiosos de todos los tiempos.
La producción de A Night at the Opera fue la más costosa de la banda, con un presupuesto de £500,000, lo que provocó que desplazara a Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles como el disco más caro de la historia. Para su grabación, se utilizaron seis diferentes estudios (Roundhouse, Sarm East, Rockfield, Scorpio, Lansdowne y Olympic). Esta estrategia permitió a Freddie Mercury (vocales), Brian May (guitarras), Roger Taylor (percusiones) y John Deacon (bajo) trabajar en distintos detalles sin retrasar el trabajo de los demás.
Fue un álbum decisivo para la banda, ya que la gran cantidad de dinero invertido significaba que su fracaso podría haber significado el fin de la carrera de Queen, a pesar de los éxitos anteriores de la banda.