Ver la reacción de tu perro cuando llegas a casa después de un viaje o quizás después de varias horas, o ver la tristeza que reflejan cuando no estás no son cosas simplemente por comida, va más allá que eso: es un sentimiento de confianza y más que eso, es amor.
Estos animales son de manadas y buscan pertenecer a un grupo, es por esto que demuestran tanta fidelidad con los seres humanos: les permitiste ser parte de tú manada.
Este también es el motivo por el cual le ladran a personas extrañas y tienden a atacar, porque están dispuestos a dar todo por sus seres querido, por su manada y tú eres su manada.
Además de esto, lo que hace que ambas especies (humano y perro) sean tan fieles (excluyendo ciertos casos) es la comunicación mutua. La confianza entre ambos es tanta que el lenguaje no es una contra para ninguno. Aprendemos a diferenciar ciertos tipos de ladridos como ellos aprenden a diferenciar ciertos niveles en el sonido cuando le hablamos.
Pero, ¿a qué se debe todo esto?
Esta conexión mutua proviene del pasado cuando estos animales fueron domesticados. Ambas especies comenzaron a evolucionar en conjunto, algo así como un inconsciente pacto mutuo para protegerse de los depredadores, haciendo que en nuestros genes y en los de ellos esté ese lazo comunicacional tan fuerte (porque si te has fijado, solo ha sido con el perro, con ninguna otra especie más).
Los investigadores originalmente creían que los perros se habían separado de sus ancestros los lobos cuando comenzaron a vivir con los humanos, sin embargo, otros estudios ha demostrado que estas dos especies filiales se separaron hace cerca de 135 mil años.
La evidencia arqueológica como huesos caninos encontrados enterrados en asentamientos humanos nos hace tener conocimiento de que hace cerca de 13 mil años los humanos y los perros compartimos vida.
“Algunos estudios revelan que los perros tienen más comportamientos parecidos a los humanos que ninguna otra especie incluyendo los primates.
Por ejemplo, un estudio reveló que los perros son capaces de sentir empatía por los humanos.
Durante este estudio se encontraba un humano, dueño o no de la mascota, llorando en la misma habitación que el perro. Lo que los especialistas notaron es que el perro no solo trata de consolar a su humano sino que también lo hizo con un completo extraño.” (mascotafiel.com)
Es por esto que, cuando estás triste, tu fiel amigo/a va donde ti y te hace cariño, así ya dejes de estarlo y vuelvas a ser feliz como ellos.