Facebook, la red social más grande y popular del planeta, sigue siendo un fenómeno global. ¿Quién no tiene cuenta en Facebook? Si no la tienes, es muy probable que la hayas eliminado en algún momento (aunque, vamos, que todos pasamos por esa fase de “ahora sí, ahora no”). Y es que, escapar de Facebook es casi como intentar evitar la pizza en una fiesta: simplemente no sucede.
Lo cierto es que, además de ser una herramienta para conectar con amigos y compartir memes, Facebook maneja una cantidad impresionante de datos de usuarios de todo el mundo, ¡y eso incluye los tuyos! Cada clic, cada publicación, cada «me gusta», forma parte de un gigante entramado de información que la red social recopila y procesa todos los días.
Y aquí viene lo curioso: aunque sabemos que nuestros datos están siendo recogidos, Facebook logra generar una especie de confianza. Es como ese amigo que siempre te pide prestado, pero nunca parece devolverte nada… y aun así, lo sigues dejando entrar a tu casa. Le damos acceso a datos personales, fotos, ubicación y hasta nuestras opiniones más profundas (¿quién no ha compartido un par de desahogos existenciales en Facebook?). Sin embargo, por alguna razón, seguimos usándola, probablemente porque es más fácil hacer scroll que leer la letra pequeña de los términos de servicio.
Facebook comenzó como una simple copia digital de los «facebooks» tradicionales que usaban las universidades de Estados Unidos. ¿Te suena raro? Los «facebooks» eran esos libritos que publicaban al inicio del año académico, con fotos y nombres de los estudiantes, pensados para que todos se conocieran. Pues bien, Mark Zuckerberg y su equipo pensaron: ¿y si esto lo llevamos a Internet? Así nació Facebook, primero exclusivo para los estudiantes de Harvard y, después, para cualquier persona con una cuenta de correo electrónico.
Todo empezó en 2004, cuando Zuckerberg, en ese entonces un estudiante de Harvard, decidió crear lo que en ese momento parecía un proyecto para su universidad. Nada de grandes expectativas ni sueños de conquistar el mundo, solo una plataforma para que los estudiantes pudieran interactuar y, quién sabe, tal vez hacer nuevos amigos (o al menos saber a qué fiesta ir). Lo que comenzó como un hobby se convirtió rápidamente en un fenómeno global. Facebook pasó de ser una idea local a un gigante digital que hoy en día tiene más de 2.000 millones de usuarios. ¿Quién hubiera imaginado que un simple «hola» entre compañeros de clase terminaría dominando nuestras vidas sociales, ¿no?
En su primer mes de funcionamiento, Facebook ya lograba captar a más de la mitad de los estudiantes de Harvard. ¿Impresionante, verdad? Pero no se quedó allí, pronto se expandió a otras universidades de prestigio como el MIT, la Boston University y el Boston College, e incluso comenzó a abrir sus puertas a otras instituciones de todo Estados Unidos. Facebook pasó de ser un proyecto universitario a una plataforma que rápidamente empezó a captar la atención de más jóvenes en el mundo académico.
Solo un año después, la red social alcanzó un hito impresionante: más de un millón de usuarios. Y no solo eso, Facebook ya contaba con una oficina en Palo Alto, California, el corazón de la tecnología, y había atraído inversores de peso como Peter Thiel (cofundador de PayPal), quien aportó 500 mil dólares, y el fondo Accel Partners, que inyectó unos impresionantes 12.7 millones de dólares. Con este empujón financiero, Facebook no solo se consolidó como un negocio viable, sino que también empezó a ganar terreno rápidamente.
Ese mismo año, la plataforma incorporó estudiantes de más de 25,000 escuelas secundarias y 2,000 universidades tanto en Estados Unidos como en el extranjero, lo que hizo que la base de usuarios creciera exponencialmente hasta alcanzar la cifra de 11 millones. Facebook ya no era solo un proyecto de estudiantes; se estaba convirtiendo en un gigante digital que pronto dominaría la comunicación online.
En 2006, Facebook dio un gran salto al expandirse a más universidades extranjeras y añadir nuevas funciones que lo hicieron aún más atractivo. Entre ellas, lanzó Facebook Notes, una herramienta de blogging que permitía agregar etiquetas, imágenes y hasta importar contenido desde plataformas como Xanga, LiveJournal y Blogger. Sí, en esa época los blogs eran lo más parecido a las redes sociales que teníamos. Además, en 2007 llegó Facebook Marketplace, una plataforma de compraventa que entró a competir directamente con Craigslist. Facebook ya no era solo para conectar amigos, sino también para hacer negocios.
Ese crecimiento atrajo aún más inversionistas. En 2006, iTunes cerró un acuerdo comercial con Facebook, y la plataforma recibió una inyección de 25 millones de dólares de gigantes como Peter Thiel, Greylock Partners y Meritech Capital Partners. Con más dinero y nuevas funciones, Facebook se estaba consolidando como la red social del momento.
Pero el verdadero hito de 2006 fue cuando la plataforma se abrió al público general. Hasta ese momento, solo podían acceder estudiantes de ciertas universidades y escuelas, pero ahora cualquier persona con un correo electrónico podía unirse. Facebook dejó de ser exclusivo y se convirtió en una comunidad global donde estudiantes, empresas y usuarios de todo tipo podían interactuar en redes personalizadas. La plataforma ya no solo conectaba amigos, sino que creaba un ecosistema digital basado en sus propios miembros. Lo que empezó como una red universitaria se estaba convirtiendo en un fenómeno imparable.
En febrero de 2007, Facebook alcanzó un nuevo hito: se convirtió en la plataforma con más usuarios registrados entre los sitios web orientados a estudiantes universitarios. Su crecimiento fue impresionante, llegando a más de 19 millones de miembros en todo el mundo, a pesar de que en ese momento solo estaba disponible en inglés. Pero eso no impidió que la fiebre de Facebook se expandiera a nivel global.
Para octubre de 2007, el crecimiento de la red social llamó la atención de gigantes tecnológicos. Microsoft vio el potencial de la plataforma y compró el 1.6% de Facebook por 240 millones de dólares. No era solo una inversión: Microsoft quería transformar Facebook en una máquina de negocios, donde las marcas pudieran ofrecer sus productos y servicios directamente a los usuarios. Aquí comenzó la era de la publicidad dentro de Facebook, un movimiento que más tarde convertiría a la red social en una de las plataformas más rentables del mundo.
En julio de 2009, el propio Mark Zuckerberg anunció un nuevo récord: Facebook había alcanzado los 250 millones de usuarios. ¡Un crecimiento brutal en solo dos años! La plataforma ya no era solo un sitio para universitarios, sino un fenómeno social global que seguía sumando usuarios a un ritmo imparable.
Y la historia no terminó ahí. Los números siguieron disparándose, las innovaciones no paraban y Facebook se consolidaba cada vez más como la red social dominante. Lo que comenzó como un pequeño proyecto universitario ya estaba cambiando la forma en que el mundo se conectaba.
¿Pero qué hizo a Facebook tan irresistible?
La respuesta es sencilla: nos dio todo lo que queríamos en un solo lugar.
Desde el principio, Facebook ofrecía funciones que atrapaban a cualquiera: subir fotos, etiquetar amigos, compartir lo que hacías en el día, conocer gente de otras universidades e incluso organizar fiestas. De repente, comunicarse era más fácil y divertido, sin necesidad de cadenas de correos electrónicos ni foros aburridos.
Pero ahí no terminaba la magia. Facebook tenía algo que lo hacía aún más atractivo: era extremadamente fácil de usar. Su registro era rápido, su interfaz intuitiva y, lo mejor de todo, cualquiera con un correo electrónico podía acceder. Esto hizo que la plataforma creciera como la espuma, impulsada por el boca a boca y el famoso «todos mis amigos lo usan, ¿por qué yo no?».
Y por si fuera poco, también podías jugar. Sí, los juegos en Facebook se convirtieron en otro imán de usuarios. ¿Quién no perdió horas en FarmVille o Pet Society? Facebook no solo conectaba personas, también ofrecía entretenimiento puro.
En resumen, era una plataforma completa, divertida y fácil de usar. ¿Cómo no querer ser parte de ella?
Temática sugerida por: Joseph Perez
