Partamos por lo primero… ¿Qué es la metamorfosis?
La metamorfosis, en el estudio de los animales, es el gran cambio que sufren algunos animales en su evolución. Los animales que sufren este cambio pueden ver como su cuerpo muta totalmente, pareciendo otro animal completamente distinto, e incluso pueden llegar a cambiar de género. De ahí su nombre que proviene del griego («meta», cambio y «morfe», forma) y significa “transformación”.
Muchos animales sufren metamorfosis, aunque principalmente la sufren los invertebrados, siendo los anfibios los únicos animales vertebrados que sufren este gran cambio.
La muda
Para entender el proceso de metamorfosis en los insectos, primero hay que hablar sobre la muda. ¿Qué es la muda y por qué es tan importante para los insectos y los artrópodos en general?


Todos los animales regeneran de alguna forma sus tejidos más superficiales, aquellos en contacto con el medio y que los protegen de las agresiones externas. Los mamíferos recambiamos periódicamente las células epidérmicas; muchos reptiles mudan con frecuencia su piel; pero, ¿y los artrópodos?
Los artrópodos, grupo en el que se enmarcan los hexápodos (el cual incluye a los insectos), están recubiertos externamente por un exoesqueleto más o menos endurecido. A diferencia de las capas externas de otros animales, el exoesqueleto no se desprende progresivamente, y su falta de elasticidad limita el crecimiento del organismo. De esta manera, a medida que crecen éste se convierte en una barrera que limita su tamaño, por lo que deben romperlo y deshacerse de él para seguir creciendo.


Tipos de metamorfosis en los insectos
Existen, esencialmente, dos tipos de metamorfosis: la hemimetábola (sencilla o incompleta) y la holometábola (compleja o completa). ¿Cuáles son sus diferencias?
Metamorfosis hemimetábola
En la metamorfosis sencilla los insectos jóvenes pasan por varias mudas sucesivas hasta alcanzar la etapa adulta sin que ello suponga pasar por un estadio de inactividad (pupa) y sin dejar nunca de alimentarse.
Nada más nacer, la cría recibe el nombre de ninfa, la cual guarda cierto parecido con el adulto, pero sin presentar aún alas ni órganos sexuales.
En este tipo de metamorfosis, las ninfas pasan por varias mudas de crecimientos sucesivas conforme se van formando las alas progresivamente. Finalmente, la ninfa realiza la última muda, tras la cual surgirá el organismo adulto capaz de reproducirse y con las alas totalmente desarrolladas.


Metamorfosis holometábola
Es el caso más radical de metamorfosis en los insectos y, probablemente, el más conocido por todos. Uno de los ejemplos más típicos es el de los lepidópteros (mariposas y polillas).
En la metamorfosis compleja los insectos eclosionan en forma de larva, una fase muy prematura del organismo en desarrollo que dista mucho morfológicamente de la fase adulta. Estas larvas crecen mediante mudas sucesivas hasta que alcanzan el tamaño suficiente para sobrellevar el proceso de metamorfosis propiamente dicho, momento en el que llevan a cabo su última muda.
Tras la última fase larvaria, la larva entra normalmente en un estadio de inactividad, en el cual deja de alimentarse y permanece inmóvil; esta fase recibe el nombre de estadio pupal. En ocasiones, al término de esta fase los organismos ya empiezan a parecerse bastante al adulto debido a las reorganizaciones estructurales que tienen lugar a nivel anatómico y a la aparición de nuevos órganos y tejidos.
Una vez finalizado el proceso de transformación, el organismo se reactiva y adquiere definitivamente su forma adulta sexualmente madura y unas alas plenamente formadas.


Origen y función de la metamorfosis en los insectos
Los insectos son uno de los animales con mayor éxito evolutivo. Entre un 40%-60% de todas especies de insectos son holometábolas (metamorfosis completa), por lo que deducimos que la holometabolía es un fenómeno que ha sido seleccionado positivamente; de hecho, los registros fósiles sugieren que la holometabolía surgió únicamente una vez, por lo que todos los insectos holometábolos procederían del mismo ancestro.
Entonces ¿Cuál sería la razón de esta selección positiva?
La ventaja de la metamorfosis es que permite a los insectos vivir en condiciones y ambientes distintos y colonizar diversos hábitats, permitiendo evadir algunas situaciones adversas.


Esto ocurre porque poseen hábitos y forma de vida en el ciclo larval totalmente diferentes al estadio adulto; el hecho de que en distintas fases de un mismo ciclo vital se exploten recursos distintos evitaría la competición intraespecífica (competición por los recursos entre organismos de una misma especie). Este hecho supondría una ventaja enorme para estos organismos, motivo por el cual el desarrollo holometábolo, que se caracteriza por la sucesión de fases muy diferenciadas, podría haber tenido mayor éxito que el desarrollo hemimetábolo.
Así pues, podemos decir que el sentido funcional principal de la metamorfosis sería minimizar la competencia intraespecífica por los recursos.
Así pues, igual que la aparición de las alas promovió la expansión y diversificación de los insectos por todo el globo, la metamorfosis podría haber actuado como motor diversificador al aumentar la capacidad para explotar más y mejor los recursos.
Fuentes:

