Déjà vu, que en francés significa “ya visto antes”, es una sensación curiosa y desconcertante de paramnesia del reconocimiento. Este fenómeno, a diferencia de las paramnesias del recuerdo, se refiere a la experiencia de sentir que un suceso vivido en el presente ya ha ocurrido en el pasado. Extraño, ¿verdad? Básicamente, es como si viviéramos una experiencia nueva, pero con la firme sensación de que ya la hemos vivido antes. Aunque es bastante raro, algunas personas lo experimentan con frecuencia.
Este término fue acuñado por el investigador psíquico francés Émile Boirac en su libro L’Avenir des sciences psychiques (El futuro de las ciencias psíquicas), un ensayo que escribió mientras estaba en la Universidad de Chicago. Boirac exploró este fenómeno como una sensación de que lo que está sucediendo en el presente ya lo habíamos vivido en algún momento del pasado.
Una de las teorías más conocidas para explicar el déjà vu sugiere que los eventos se almacenan en la memoria antes de que nuestra parte consciente del cerebro reciba y procese la información. Sin embargo, esta hipótesis ha sido objeto de críticas. Los escépticos argumentan que el cerebro no sería capaz de almacenar información sin una entrada sensorial inicial. ¿Quién tiene la razón? ¡El misterio sigue sin resolverse!

Otra teoría interesante sobre el déjà vu sugiere que el cerebro procesa la información sensorial (o incluso todas las entradas sensoriales) como una “memoria en curso”. En este caso, durante el evento mismo, uno podría sentir que se está recordando algo del pasado. ¿Curioso, verdad? Según una encuesta realizada por Brown, aproximadamente dos tercios de la población mundial ha experimentado al menos una vez este fenómeno. Sin embargo, cuando el déjà vu es particularmente prolongado, frecuente o va acompañado de otros síntomas como alucinaciones, podría ser señal de un trastorno neurológico o psiquiátrico.
La sensación que acompaña al déjà vu es bastante intensa: suele haber una fuerte sensación de familiaridad combinada con una experiencia extraña de “sobrecogimiento”, “extrañeza” o “rareza”. A veces, la experiencia se atribuye a un sueño previo, aunque en muchos casos la sensación es tan vívida que se cree que la situación realmente ocurrió en el pasado.
Además, el déjà vu no es un fenómeno reciente, ya que se encuentra referenciado en varias obras literarias antiguas. Esto indica que, aunque no podamos reproducirlo fácilmente en un laboratorio, el fenómeno tiene siglos de historia. De hecho, recientemente, algunos estudios han logrado inducir la sensación de déjà vu mediante hipnosis, un avance que abre nuevas posibilidades para entender este fenómeno misterioso.

En los últimos años, el déjà vu ha sido objeto de intensas investigaciones psicológicas y neurofisiológicas. La explicación más plausible es que no se trata de un fenómeno de “precognición” o “profecía”, sino de una anomalía de la memoria: la sensación de que una experiencia está siendo “recordada”. Esta teoría se apoya en el hecho de que, aunque la sensación de “recuerdo” es fuerte en el momento, los detalles de la experiencia pasada (cuándo, dónde y cómo ocurrió) suelen ser bastante difusos o inciertos. Muchos expertos creen que esta anomalía de la memoria sucede cuando la mente consciente tiene un pequeño retraso en la recepción de las entradas perceptivas. Es decir, el cerebro inconsciente percibe el entorno antes que la conciencia, lo que provoca que, en un instante, sintamos que estamos reviviendo algo que, en realidad, acaba de suceder.
Además, el déjà vu se ha relacionado con diversos trastornos neurológicos y psiquiátricos. Se ha encontrado una correlación clínica con condiciones como la esquizofrenia y la ansiedad, y se ha observado que la probabilidad de experimentarlo aumenta en personas que padecen estas afecciones. Sin embargo, la relación más fuerte es con la epilepsia del lóbulo temporal, un trastorno neurológico que puede generar descargas eléctricas indebidas en el cerebro, lo que resulta en la sensación de memoria errónea. Esta conexión ha llevado a algunos investigadores a plantear que el déjà vu podría ser una anomalía neurológica vinculada a estas descargas. ¡Vaya misterio en el cerebro humano!

Se ha encontrado que ciertas drogas pueden aumentar la probabilidad de experimentar un déjà vu. En algunos casos, la combinación de fármacos también parece desencadenar este fenómeno. Un estudio de Taiminen y Jääskeläinen (2001) documentó el caso de un hombre saludable que comenzó a tener intensas sensaciones recurrentes de déjà vu al tomar amantadina y fenilpropanolamina para aliviar los síntomas de la gripe. Los investigadores sugirieron que esto podría deberse a la acción dopaminérgica de estos fármacos, que estimulan áreas específicas del cerebro. Tras estudiar los hallazgos previos de estimulación cerebral mediante electrodos, especularon que el déjà vu podría ocurrir debido a una hiperdopaminergia en las zonas medial y temporal del cerebro.
En cuanto a las teorías neuronales, a finales del siglo XIX y principios del XX, se pensaba que el déjà vu podía originarse por lapsos temporales en la sinapsis neuronal, el proceso mediante el cual se transmiten los impulsos nerviosos entre dos neuronas. Se especulaba que este retraso causaba que el cerebro interpretara un estímulo como si fuera la segunda vez que se experimentaba, cuando en realidad era simplemente el mismo evento percibido de manera ligeramente desfasada. Existen diversas variaciones de esta teoría, que incluyen fallos en la comunicación entre los hemisferios cerebrales o una sinapsis neuronal demasiado rápida. Sin embargo, una de las teorías más aceptadas es la teoría del retraso en el recorrido óptico, que sugiere que el déjà vu podría ser el resultado de una entrada visual retardada de un ojo. ¡Parece que el cerebro tiene sus propios trucos para hacerte sentir que ya has estado allí.

Desde el punto de vista de la parapsicología, el déjà vu ha sido asociado con fenómenos como la precognición, la clarividencia y las percepciones extrasensoriales. Muchos creen que esta experiencia puede ser evidencia de habilidades “psíquicas” en la población general. Las explicaciones no científicas sugieren que el déjà vu podría ser el resultado de profecías o visiones (como las obtenidas en sueños), o incluso recuerdos de una vida pasada. ¡Un toque místico que siempre genera curiosidad!
Una de las teorías más fascinantes propone que el déjà vu es, en realidad, la memoria de los sueños. Aunque la mayoría de los sueños se olvidan rápidamente, durante el sueño el cerebro muestra una intensa actividad en las zonas relacionadas con la memoria a largo plazo. Se ha sugerido que los sueños se «extraen» directamente de esta memoria, pasando por alto la memoria a corto plazo. De ser así, el déjà vu sería simplemente una memoria de sueños olvidados que contiene elementos comunes a lo que estamos viviendo mientras estamos despiertos.
En este sentido, el déjà vu podría ser una forma de que el cerebro nos avise sobre algo que percibe, pero que no necesariamente pensamos de manera consciente. También se teoriza que estos momentos pueden originarse por instintos o patrones almacenados en nuestra memoria, los cuales se activan inconscientemente. Así, incluso si nunca hemos vivido una situación exactamente igual, el cerebro interpreta que es algo familiar porque hemos experimentado situaciones similares antes. ¡Una especie de déjà vu “instintivo”!

Un estudio realizado por la Universidad de St. Andrews en Escocia intentó desentrañar los orígenes del déjà vu mediante resonancias magnéticas. El científico Akira O’Connor sugirió que este fenómeno podría ser un mecanismo que usa el cerebro para verificar que nuestra memoria funciona correctamente. ¿Quién diría que algo tan misterioso tiene un propósito tan útil?
El estudio involucró a 21 voluntarios, quienes fueron sometidos a resonancias magnéticas mientras experimentaban un déjà vu. Según O’Connor, este fue el primer estudio en el que se observó la actividad cerebral de personas en pleno déjà vu. Durante el procedimiento, los investigadores esperaban que las áreas relacionadas con la memoria se activaran. Sin embargo, fueron las regiones vinculadas a la toma de decisiones las que mostraron una mayor respuesta. ¡Un giro inesperado!
El experimento consistió en leer a los participantes una lista de palabras como “sueño”, “noche”, “almohada” y “cama”. Aunque no se les mencionó la palabra “dormir”, esta palabra abarcaba todo lo que habían oído. Al final, los voluntarios respondieron que no habían escuchado ninguna palabra que empezara con la letra “D”. Pero, al preguntarles específicamente por “dormir”, la mayoría afirmó haberla oído.
O’Connor explicó que algunos participantes muestran una menor tendencia a detectar errores en sus recuerdos, lo que los hace más propensos a experimentar un déjà vu. Aunque la razón de esta diferencia aún no está clara, el estudio sugiere que el déjà vu podría ser una señal de que el sistema de control del cerebro está funcionando correctamente. Además, esta explicación podría explicar por qué es más común en los jóvenes y menos frecuente en los adultos mayores, cuyas memorias tienden a deteriorarse con el tiempo. A pesar de estos avances, O’Connor concluyó que aún se necesitan más investigaciones para comprender completamente el fenómeno. ¡El misterio continúa!
