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La migración venezolana ya no es “un tema más” de la región: es, literalmente, el remezón demográfico más grande en la historia reciente de América Latina. Hoy hablamos de más de 7,7 millones de venezolanos que han salido del país, y cerca del 85 % se quedó en América Latina y el Caribe.
Una ola desbordada, instituciones al límite
Colombia, Perú, Brasil, Chile y Ecuador concentran la mayor parte de esta diáspora; solo Colombia ronda los 2,8–2,9 millones, Perú más de 1,5 millones, y otros cientos de miles se reparten entre Chile, Brasil y Ecuador. Esta migración venezolana masiva e irregular pilló a todos con sistemas migratorios pensados para flujos pequeños, no para caravanas, pasos clandestinos y ciudades fronterizas colapsadas.
No se trata de exagerar: se trata de reconocer que el Estado venezolano colapsó, y la región recibe la factura en forma de fronteras desbordadas, servicios públicos tensionados y un caldo perfecto para la inseguridad y la explotación.

Seguridad: del miedo a las cifras incómodas
Hablemos claro: en ciudades de Colombia, Perú y Chile la percepción es que la delincuencia se disparó con la migración venezolana. Varios casos mediáticos, bandas como el Tren de Aragua y crímenes especialmente violentos reforzaron esa idea. En Chile, por ejemplo, la tasa de homicidios se ha más que duplicado en pocos años, en un contexto donde la migración venezolana es mayoría entre los extranjeros y la migración irregular se disparó a más de 330.000 personas, tres cuartas partes venezolanas.
La parte incómoda es doble: sí hay bandas transnacionales venezolanas que han exportado secuestros, extorsión y trata. Pero, al mismo tiempo, los estudios serios muestran que, a nivel global, la migración venezolana no explica por sí sola el aumento total de la criminalidad; la mayoría de migrantes no delinque, y también son víctimas.

Colombia, Perú, Chile: donde la crisis se siente en la calle
En Colombia, con casi tres millones de venezolanos, la presión se nota en ciudades de frontera y grandes urbes. En algunos territorios específicos, los homicidios cometidos por migrantes venezolanos crecieron con fuerza, mientras las capturas totales también subían. No es fantasía: hay más conflicto, más economías ilegales y más vulnerabilidad concentradas en los mismos barrios.
En Perú, la opinión pública asocia fuertemente delincuencia con migración venezolana; sin embargo, datos del propio Estado muestran que solo una fracción mínima de venezolanos ha sido denunciada por delitos (del orden de décimas de punto porcentual). Aun así, informes señalan sobrerrepresentación en ciertos delitos económicos y de drogas.
En Chile, el mix es explosivo: ingresos por pasos irregulares, aumento de homicidios y bandas violentas que capturan titulares. Las cifras revelan más extranjeros en condenas por robos y homicidios, mientras expertos piden distinguir entre migración en general y crimen organizado profundo.

Economía y trabajo: informalidad, competencia y talento desaprovechado
La migración venezolana llegó a economías ya frágiles, con informalidad altísima. Resultado: millones de personas sin papeles terminaron en trabajos precarios, sin contrato, sin cotizaciones y con salarios a la baja. R4V y ACNUR hablan de millones de venezolanos sin estatus regular, atrapados en la combinación tóxica de irregularidad migratoria + informalidad laboral, que golpea tanto a ellos como a trabajadores locales.
Eso tiene efectos concretos:
- Mayor competencia en trabajos de baja calificación, donde se aceptan sueldos miserables con tal de comer.
- Presión sobre arriendos en barrios populares, con hacinamiento brutal.
- Servicios públicos saturados: salud, educación, transporte.
Esto entre otras cosas.

Países más afectados por la migración venezolana en la región
Según ACNUR, OIM y la plataforma R4V, los países que hoy concentran mayor cantidad de refugiados y migrantes venezolanos, y por tanto mayor impacto en seguridad, cultura y economía, son:
- Colombia – Alrededor de 2,8–2,9 millones de venezolanos.
- Perú – En torno a 1,5–1,7 millones.
- Brasil – Más de 500.000.
- Chile – Cerca de medio millón, principal nacionalidad extranjera.
- Ecuador – También en el rango de medio millón.
- Argentina, Panamá, República Dominicana, Guyana, islas del Caribe (Trinidad y Tobago, Aruba, Curazao) – Menos en números absolutos, pero con fuertes impactos locales por la capacidad limitada de absorción y la alta proporción de migrantes respecto a la población total.
La región puede mirar hacia otro lado… o asumir que esta crisis ya es parte de su propio futuro.

Cultura, cohesión social y la política del miedo
Culturalmente, la migración venezolana ya cambió el mapa urbano: acentos, arepas, emprendimientos, música. En muchísimos barrios hay más vida, más oferta cultural y más mezcla, pero también más roces cotidianos, prejuicios y conflictos por el uso del espacio público.
La sobrecarga en colegios y consultorios, sumada a la sensación de inseguridad, alimenta un relato peligroso: “el problema son los venezolanos”. Estudios de opinión en la región muestran que una parte importante de la ciudadanía culpa a la migración del aumento de la delincuencia, aunque los datos no sostengan una relación directa.
Ser realista implica aceptar varias cosas a la vez. Sí, la migración venezolana masiva y desordenada ha deteriorado la seguridad en zonas específicas, facilitando que bandas como el Tren de Aragua se expandan, captando tanto venezolanos como locales vulnerables. Sí, la irregularidad ha permitido que mafias de trata, tráfico ilícito y explotación laboral hagan su agosto en toda la región.
Pero también es cierto que criminalizar a todo un pueblo es falso e irresponsable. La mayoría de los venezolanos que llegaron a la región huyen de la misma violencia y pobreza extrema que hoy nos preocupa dentro de nuestros propios países.
La salida no es el slogan fácil ni “cerrar todo”: es control fronterizo serio, regularización rápida, persecución focalizada del crimen organizado transnacional y políticas que saquen a millones de personas de la clandestinidad laboral. Ignorar el problema solo deja el terreno libre al odio… y al crimen.
Fuentes:
- Situación de Venezuela – ACNUR
- Personas refugiadas y migrantes de Venezuela en América Latina y el Caribe – Plataforma R4V
- Los migrantes venezolanos brindan oportunidades económicas a América Latina – Fondo Monetario Internacional
- Impacto social, económico y cultural de la migración es notoriamente positivo – CEPAL
- Impacto del fenómeno migratorio en Chile y América Latina – Biblioteca del Congreso Nacional de Chile



