¿Alguna vez te haz preguntado por qué te gusta la música? y, ¿por qué no te gusta «aquel» género musical?
Existen bastantes respuestas, como por ejemplo decir que te gusta aquel estilo de música porque te representa, porque te gusta el mensaje que entrega aquel artista o porque algún familiar o amigo/a los escuchaba y te trae recuerdos de algún momento especial, pero es algo más complejo que eso.
En la música existe algo llamado Consonancia y Disonancia, los cuales son términos técnicamente complejos de explicar, pero a grandes rasgos.
La Consonancia es el conjunto de armonías que el oído humano percibe menos tensos que otros; son notas que se tocan de tal manera que se familiarizan y tienen cohesión.
En cambio, la Disonancia son notas que se tocan formando un acorde que para muchas personas sería incoherente o con poca cohesión musical, ya que son sonidos que no se familiarizan entre sí.
La mayoría de la población mundial diría que la Consonancia suena más agradable que la Disonancia, pero llega un momento en el que el oído desarrolla cierta habilidad para apreciar éste tipo de armonía.
El ser humano pasa por etapas y momentos que crean perspectivas, y se forjan formas de ser y actitudes personales. Éstas también influyen en los gustos musicales y todas sus variantes, ya que no es extraño conocer personas con un amplia gama de preferencias musicales.