• ¿Por qué se nos hace agua a la boca cuando se nos antoja algo? – Sugerido por Cesar Rivero
Un experto revela que con el simple hecho de oler o ver una comida que nos resulta apetitosa, hace que se produzca más saliva en nuestra boca. Es decir, el cerebro envía señales a las glándulas salivales que comienzan a producir mayores volúmenes de saliva en la presencia de una comida sabrosa.
En principio la salivación es un estímulo asociado a la comida y su olor, pero el cerebro puede asociar la respuesta a estímulos de otro tipo como la vista, un simple recuerdo u otros más complejos según cada experiencia personal. La salivación se vincula a estímulos positivos, a alegría y emoción.
Gordon Proctor, profesor en biología salival del King’s College de Londres, explica qué nuestro cerebro produce más saliva con apenas el olor de un pan; y que, además, la saliva contribuye a la digestión ya sin ella, sería casi imposible masticar y tragar alimentos.
Esto se produce a consecuencia de un reflejo de secreción gástrica, cuyo hallazgo hizo célebre al fisiólogo y psicólogo ruso Iván Pávlov. El fisiólogo ruso formuló la Ley del reflejo condicional en 1890, tras que su ayudante observara que los perros de su laboratorio empezaban a segregar saliva y jugo digestivo cuando olfateaban o veían la comida. Enseñados a asociar el timbre con el reparto de pienso, el organismo de los animales se preparaba para la digestión con solo escuchar un timbrazo, aún mucho antes de que el ayudante entrará con las raciones diarias.
A nosotros, nos sucede igual que a los perros. Con oler o ver una comida que nos resulta apetitosa, ponemos a cien nuestras glándulas salivales y la secreción de jugo gástrico.
Fuentes:
• ¿Por qué se considera a la Grecia como cuna de la civilización? – Sugerido por Marcelo Peralta
Grecia puede ser visitada en barco, recorriendo los mares Egeo y Jónico, lo que permite apreciar montañas y costas rocosas flanqueadas de planicies y olivares. El verano griego es caliente y seco y el invierno es suave y húmedo.
En la antigüedad, esa tierra soleada era conocida por sus habitantes como Helos. La parte continental de Grecia forma parte de la península balcánica, ubicada al sur de Europa.
Aproximadamente a comienzos del primer milenio a. de C. en el territorio que en la actualidad ocupa el estado de Grecia, floreció las más avanzada de las civilizaciones del mundo antiguo y la cuna de la cultura europea. En ella, se establecieron las bases del conocimiento occidental y se desarrollaron disciplinas como la historia, la filosofía, las matemáticas, el derecho, el teatro, la medicina y la geografía. Además, en la esplendorosa Atenas de Pericles, nació la forma de gobierno más utilizada en el mundo contemporáneo: la democracia.
Una de las herencias que más ha perdurado de la antigua Grecia son los Juegos Olímpicos, competencias deportivas que se recrean todavía. Los griegos cultivaron la razón para resolver los problemas a través del debate, la política y son los padres de las ciencias modernas.
Fuentes:
• ¿A qué se debe la misofonía? – Sugerido por aKKaCreiSi
La misofonía es una de las afecciones que implican baja tolerancia al sonido, en conjunto con la hiperacusia y la fonofobia.
En las personas con misofonía, el cuerpo reacciona de cierta manera cuando es expuesto a determinados estímulos sonoros.
Aumenta la frecuencia de los latidos del corazón, aparece un sudor frío, y la persona se siente muy irritada al escuchar esos sonidos que tanto le alteran: realmente tiene ganas de salir corriendo para no tener que oír más.
Esta reacción física se debe a una asociación de emociones negativas con estos sonidos, los cuáles no tienen características físicas especiales (no tienen por qué ser muy agudos, muy graves o muy fuertes), a diferencia de lo que sucede en la hiperacusia, por ejemplo.
Las personas con hiperacusia no toleran los ruidos fuertes, porque sus vías auditivas son más sensibles que los de la población en general.
Pero en el caso de la misofonía, como decíamos, los sonidos se han asociado a emociones negativas y por eso se desencadena esta desagradable reacción en el organismo.
¿Cómo funciona la misofonía?
El proceso de oír incluye básicamente dos etapas: en la primera el oído recibe los sonidos, los transforma en un impulso eléctrico y el mismo viaja hasta el cerebro mediante las neuronas que forman los nervios.
En la segunda etapa este impulso es interpretado por el cerebro de diferentes maneras, dándole importancia a ese sonido o no. Si el cerebro decide que no es un sonido importante, entonces será como si no lo escucháramos.
Por eso la madre de un bebé pequeño es capaz de dormir profundamente durante una gran tormenta con truenos, pero despierta al oír un débil gemido de su hijo.
El cerebro comienza a dar importancia a unos sonidos y a no prestar demasiada atención a otros a lo largo de un aprendizaje.
Algunos sonidos, como el ruido de un disparo o un gran estruendo, son interpretados por el cerebro como motivo de alarma, y el cuerpo se prepara para “pelear o huir”: sube la adrenalina, aumentan los latidos del corazón, se incrementa la ansiedad, etc.
Lo que sucede en los casos de misofonía es que, por alguna razón, sonidos tan comunes como los de masticar o hablar desencadenan en las personas esta desagradable reacción de “pelear o huir”.
El cerebro interpreta erróneamente estos sonidos como amenazadores y por eso aparecen los síntomas de irritabilidad, agresividad y ansiedad en las personas que padecen esta afección.
No se sabe exactamente cuáles son las causas de la misofonía, pero se cree que determinadas experiencias en la niñez podrían predisponer a las personas a sufrir misofonía, porque en esas experiencias se asociarían emociones negativas a determinados sonidos.
Por ejemplo, algunos pacientes refieren que probablemente su trastorno comenzó a instalarse cuando eran niños y escuchaban los sonidos que hacían sus familiares al comer, lo cual les causaba un profundo desagrado.
Es fácil imaginar que a medida que estos estímulos continuaban presentándose, la persona iba interiorizando una respuesta emocional negativa, que al cabo de unos cuantos años se transforma en misofonía.
Otra teoría indica que la misofonía podría ser parte de otro síndrome de hiperactividad ante determinados estímulos sensoriales.
Esto podría explicar por qué algunas personas también reaccionan ante estímulos visuales.
En resumen, aún no está claro por qué las personas con misofonía reaccionan tan mal ante sonidos tan cotidianos.
Tratamiento de la Misofonía
Hasta el momento no se tiene una cura. Algunos de los tratamientos que se han utilizado son: La terapia cognitivo-conductual y la terapia de recapacitación del tinnitus o TRT, los cuales han ayudado a algunos pacientes, pero no a todos los que sufren de dicha alteración.
Fuentes:
• ¿Por qué se forman las lagañas y de qué están hechas? – Sugerido por Samayra Adame
Los ojos de los mamíferos terrestres, sean humanos, perros o elefantes, se encuentran cubiertos por tres capas proyectoras que les permiten cumplir sus funciones.
La capa más cercana al ojo es la glucocálix, y está formada casi completamente de moco.
Se encuentra sobre la córnea y atrae agua, lo cual permite una distribución uniforme de la segunda capa: una solución lagrimal basada en agua de unos cuatro micrómetros (tan grueso como un hilo de una telaraña).
A pesar de ese tamaño, esta capa es muy importante porque mantiene nuestros ojos lubricados y los limpia para prevenir infecciones.
Finalmente está la capa más externa, compuesta de una sustancia aceitosa, compuesta de lípidos como ácidos grasos y colesterol.
Las lagañas han evolucionado hasta adaptarse increíblemente al cuerpo de los mamíferos.
A temperatura normal del cuerpo humano, esta sustancia es un aceite claro con fluidez. Si baja un grado, se convierte en algo parecido a una cera blancuzca y sólida, las lagañas.
Las lagañas se pueden formar mientras duermes por dos razones. La primera, el cuerpo se enfría un poco durante la noche, de modo que parte de la sustancia aceitosa secretada por las glándulas meibomias se endurece un poco.
La segunda, de acuerdo con el oftalmólogo australiano Robert G. Linton y sus colegas, es que «el sueño hace que se relajen los músculos sobre las glándulas meibomias (…) lo suficiente como para generar un exceso de fluidos sobre las raíces de las pestañas durante el sueño».
En otras palabras, en las noches nuestros ojos están cubiertos de más meibomio de lo acostumbrado, y cuando se enfría, terminamos con esa basura pegajosa en los ojos.
¿Y qué función cumple?
Lo primero es prevenir que las lágrimas broten continuamente de nuestros ojos y corran por nuestras mejillas todo el tiempo.
Al mantener las lágrimas en nuestros ojos, las lagañas también ayudan a mantenerlos humectados. De hecho, algunos académicos han encontrado que los ojos de los conejos –a los que se les ha extraído la glándula de meibomio– pierden agua por evaporación 17 veces más que la tasa normal.
Fuentes:
• ¿Por qué los seres humanos nos enamoramos? – Sugerido por Jime Rodriguez
Desde el punto de vista bioquímico, el enamoramiento comienza en la corteza cerebral. Posteriormente pasa al sistema endocrino y se transforma en una respuesta fisiológica y en cambios químicos originados por la segregación de dopamina en el hipotálamo.
Todo comienza con una atracción física seguida por una atracción personal. El enamoramiento se dispara cuando existe el conocimiento o sospecha de que hay o puede haber reciprocidad.
Las características principales del enamoramiento son sintomáticas. Por eso varios científicos sociales han construido una serie de modelos teóricos que describen y explican el enamoramiento.
Cuando uno se enamora sufre las siguientes reacciones:
- Intenso deseo de intimidad y unión física con el individuo.
- Deseo de reciprocidad.
- Temor al rechazo.
- Frecuentes pensamientos del individuo que interfieren en su actividad diaria.
- Pérdida de la concentración.
- Fuerte actividad fisiológica ante la presencia del individuo.
- Tiene como único centro de atención al otro individuo.
- Idealización del individuo.
Elementos que intervienen en el enamoramiento
Psiquiatría: Durante al menos la primera fase, el amor es una reacción química. Una sustancia de nuestro cerebro llamada feniletilamina. Esta sustancia obliga a segregar dopamina cuyos efectos son parecidos a las “anfetaminas” que producen el estado de euforia natural cuando estamos con nuestra pareja.
Genética: los humanos al ser animales, llevamos en nuestros genes el instinto de procreación.
Fuentes:
• ¿Por qué se produce el hipo? – Sugerido por Rodrigo Rivera
El hipo es un movimiento involuntario del diafragma, que se contrae de forma súbita en medio de una respiración normal. Estos espasmos van seguidos de un cierre de las cuerdas vocales, que dan lugar a un sonido particular.
El diafragma desciende cuando inhalamos para que los pulmones se llenen de aire, y sube cuando exhalamos para facilitar la salida de aire de los pulmones. Cuando este mecanismo se altera y el diafragma sube o baja antes de lo normal, la respiración se hace diferente, provocando el hipo.
El hipo suele ser un trastorno pasajero y benigno, que apenas dura unos minutos y se resuelve espontáneamente, pero en casos excepcionales puede durar días, semanas, o meses, convirtiéndose entonces en hipo persistente, que necesita atención médica porque puede tener su origen en alteraciones gástricas, torácicas, metabólicas o neurológicas, e incluso ser un síntoma de enfermedades como úlcera de estómago, esofagitis o pancreatitis, entre otras.
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) explica que, “a diferencia de otros reflejos (tos, vómito, etc.), este síntoma no sirve como función protectora y no parece que desempeñe ninguna función fisiológica”.
Algunas posibles causas del hipo son:
- Comer en exceso.
- Comer muy rápido.
- Abusar del alcohol
- Irritación del diafragma.
- Alteraciones del estómago.
- Estados de nerviosismo o excitación.
- Cirugía abdominal.
- Consumir alimentos o líquidos picantes o condimentados.
- Padecer cualquier enfermedad o trastorno que irrite los nervios que controlan el diafragma.
Cómo detener el hipo
Cabe destacar que no hay un método definitivo, y un método que a ti te pudo haber funcionado, no necesariamente va a funcionar en los demás.
- Estornudar o toser.
- Tomar un vaso de agua fría.
- Beber agua agachando el cuerpo hacia delante.
- Aguantar la respiración y espirar después lentamente, repitiendo varias veces el proceso.
- Tomar una cucharada de azúcar.
- Respirar repetidamente dentro de una bolsa de papel.
- Tomar una cucharadita de limón o un poco de vinagre.
- Que te den un susto cuando te encuentres desprevenido.
Fuentes: