¿Por qué se nos hace agua la boca cuando se nos antoja algo?
Seguro que alguna vez te has sentido con la boca llena de saliva solo con ver o oler un platillo delicioso. Este curioso fenómeno tiene una explicación científica, y se debe a que nuestro cerebro activa las glándulas salivales cuando anticipamos que vamos a comer. Así, nuestro cuerpo se prepara de manera automática para la digestión, como si supiera que algo sabroso está por llegar.
La salivación es una respuesta natural ante la comida, pero el cerebro puede aprender a desencadenarla con otros estímulos, como una imagen, un recuerdo o incluso solo imaginar nuestro platillo favorito. De ahí que, al pensar en una pizza recién horneada o un trozo de chocolate, nuestra boca se llene de saliva de inmediato. Este reflejo está vinculado con el placer y la emoción, lo que explica por qué la comida puede ser tan reconfortante.
Según Gordon Proctor, profesor de biología salival en el King’s College de Londres, el cerebro puede empezar a producir saliva con solo percibir el aroma de un pan recién horneado. Pero no solo se trata de un reflejo automático relacionado con el hambre, ya que la saliva también es fundamental en la digestión, facilitando la masticación y la deglución de los alimentos.
Este fenómeno tiene sus raíces en los experimentos del fisiólogo ruso Iván Pávlov en 1890, quien descubrió que los perros salivaban al escuchar el sonido de un timbre, asociado con la comida. Pávlov demostró que nuestro organismo también aprende a anticipar la comida con estímulos, como una imagen o un aroma.
Así que la próxima vez que sientas que tu boca se llena de saliva al ver una hamburguesa o al oler un café recién hecho, recuerda que tu cerebro y estómago están perfectamente sincronizados, ¡listos para disfrutar del festín!

¿Por qué se considera a Grecia la cuna de la civilización?
Grecia es un país que ofrece una diversidad impresionante, y explorarlo en barco es, sin lugar a dudas, una de las experiencias más espectaculares. Navegar por los mares Egeo y Jónico permite descubrir un paisaje único, con imponentes montañas, costas rocosas y extensos olivares, que han sido testigos de miles de años de historia. El clima griego, con veranos calurosos y secos ideales para disfrutar de sus islas e inviernos suaves y húmedos, es otro de sus encantos.
En la antigüedad, Grecia era conocida como Helas por sus habitantes, y su ubicación en la península balcánica, en el extremo sur de Europa, jugó un papel crucial en el desarrollo de su civilización. Este territorio estratégico fue el hogar de una de las civilizaciones más avanzadas del mundo antiguo, alrededor del primer milenio a.C.
Grecia es considerada la cuna de la civilización por ser la cuna de la cultura europea, sentando las bases del conocimiento occidental. Fue allí donde nacieron disciplinas fundamentales como la filosofía, las matemáticas, la historia, el derecho, la medicina, el teatro y la geografía. Además, en la esplendorosa Atenas de Pericles, se originó una de las formas de gobierno más influyentes: la democracia.
Entre las muchas contribuciones de la antigua Grecia, una de las más icónicas son los Juegos Olímpicos, una tradición deportiva que sigue viva hasta hoy. Pero el legado griego no se limita al deporte; los griegos promovieron el uso de la razón como herramienta para resolver problemas, impulsaron el debate y la política, y sentaron las bases de las ciencias modernas. Su influencia es tan vasta que, miles de años después, seguimos construyendo sobre los cimientos que ellos establecieron.

¿Qué es la misofonía y por qué ocurre?
La misofonía es un trastorno neurológico que provoca reacciones intensas y negativas ante ciertos sonidos cotidianos. Se encuentra dentro de un grupo de afecciones relacionadas con la baja tolerancia al sonido, junto con la hiperacusia (sensibilidad extrema a ruidos fuertes) y la fonofobia (miedo irracional a ciertos sonidos).
Las personas que padecen misofonía no solo sienten molestia, sino que pueden experimentar una respuesta física y emocional extrema al escuchar sonidos específicos. Esto incluye aumento del ritmo cardíaco, sudoración fría e irritabilidad intensa. En casos graves, la reacción puede ser tan fuerte que la persona siente un deseo incontrolable de huir o confrontar la fuente del sonido.
¿Por qué ciertos sonidos desencadenan la misofonía?
Lo curioso de la misofonía es que los sonidos que la provocan no tienen características especiales como ser agudos, graves o extremadamente fuertes. En lugar de esto, la reacción se debe a una asociación emocional negativa que el cerebro ha creado con esos sonidos.
¿Cómo funciona la misofonía en el cerebro?
El proceso de escuchar tiene dos etapas principales:
- Recepción del sonido: El oído capta las vibraciones y las convierte en impulsos eléctricos, que envía al cerebro a través del nervio auditivo.
- Interpretación del sonido: El cerebro decide qué sonidos son importantes y cuáles pueden ignorarse.
En la misofonía, el cerebro interpreta ciertos sonidos cotidianos como amenazas. Por ejemplo, sonidos como alguien masticando, tecleando o respirando fuerte pueden desencadenar una respuesta de estrés similar a la que se experimenta en una situación de peligro real.
¿Qué causa la misofonía?
Aunque la causa exacta de la misofonía aún no se comprende completamente, existen varias teorías:
- Experiencias en la infancia: Se cree que la misofonía puede desarrollarse a partir de experiencias negativas con ciertos sonidos en la niñez, creando una asociación negativa que persiste en la adultez.
- Hipersensibilidad sensorial: Otra teoría plantea que la misofonía forma parte de un síndrome de hiperreactividad sensorial, lo que explicaría que algunas personas reaccionen no solo a los sonidos, sino también a ciertos estímulos visuales o táctiles.
¿Existen tratamientos para la misofonía?
A pesar de que no existe una cura definitiva para la misofonía, algunos tratamientos han mostrado efectividad:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a cambiar la respuesta emocional ante los sonidos desencadenantes, reduciendo la ansiedad y el malestar.
- Terapia de Reentrenamiento del Tinnitus (TRT): Técnica que busca habituar al cerebro a los sonidos problemáticos mediante exposición gradual.
Si bien estos tratamientos no funcionan para todos, muchos pacientes aprenden a manejar la misofonía con estrategias como el uso de auriculares con ruido blanco o evitando situaciones que desencadenen su malestar.

¿Por qué se forman las lagañas y de qué están hechas?
Si alguna vez te has despertado con los ojos pegajosos y residuos en los párpados, es probable que hayas notado las temidas lagañas. Aunque pueden ser molestas, estas acumulaciones cumplen una función vital para la salud ocular.
¿Cómo se forman las lagañas?
Los ojos están protegidos por tres capas de defensa esenciales para su salud y funcionamiento:
- La capa más interna: Glucocálix – Una fina capa de moco que recubre la córnea y atrae agua.
- La capa intermedia: Solución lagrimal – Compuesta principalmente por agua, esta capa mantiene el ojo húmedo y libre de infecciones.
- La capa más externa: Meibomio – Esta sustancia aceitosa, formada por lípidos como ácidos grasos y colesterol, evita que las lágrimas se evaporen demasiado rápido.
Las lagañas son el resultado de la forma en que actúa la capa más externa, el meibomio, mientras dormimos. A temperatura corporal normal, este aceite es fluido, pero cuando la temperatura baja un poco durante el sueño, se solidifica, formando las pequeñas costras blanquecinas que vemos al despertar.
¿Por qué se acumulan más lagañas por la noche?
Existen dos razones principales por las que las lagañas se forman durante el sueño:
- Enfriamiento natural del cuerpo – La temperatura corporal desciende ligeramente mientras dormimos, lo que hace que parte del meibomio se endurezca y se acumule en los párpados.
- Relajación de los músculos oculares – Según el oftalmólogo australiano Robert G. Linton, cuando dormimos, los músculos que rodean las glándulas de Meibomio se relajan, lo que provoca una mayor secreción de esta sustancia aceitosa. Como no parpadeamos mientras dormimos, el aceite se queda acumulado y se solidifica, formando las lagañas.
¿Para qué sirven las lagañas?
Aunque las lagañas puedan parecer un simple desecho, en realidad, cumplen una función protectora fundamental:
- Mantienen los ojos lubricados, evitando que las lágrimas se evaporen rápidamente.
- Previenen que las lágrimas fluyan incontroladamente, evitando que parezca que estamos llorando sin razón.
- Protegen contra infecciones, atrapando partículas de polvo, suciedad y microorganismos que podrían afectar la salud ocular.
De hecho, estudios realizados en conejos han demostrado que los ojos pierden agua hasta 17 veces más rápido cuando se les extraen las glándulas de Meibomio, lo que evidencia la importancia de esta protección.
En resumen, aunque las lagañas no sean lo más estético, son una parte esencial del mantenimiento de nuestros ojos. ¡La próxima vez que despiertes con ellas, agradece a tu cuerpo por hacer su trabajo mientras duermes!

¿Por qué los seres humanos nos enamoramos?
El enamoramiento es un fenómeno complejo que involucra una interacción entre la bioquímica, la biología y las emociones. Este proceso comienza en la corteza cerebral, donde se procesan las emociones y la atracción, y luego se transmite al sistema endocrino, provocando cambios químicos que resultan en una respuesta fisiológica intensa. Uno de los neurotransmisores más importantes en este proceso es la dopamina, que se libera en el hipotálamo, generando sensaciones de placer, motivación y el característico cosquilleo al estar cerca de la persona que nos atrae.
¿Cómo comienza el enamoramiento?
El enamoramiento suele iniciarse con una atracción física, seguida de una atracción emocional y personal. Sin embargo, es el momento en que el cerebro percibe o intuye que hay reciprocidad lo que intensifica este sentimiento. En otras palabras, nos sentimos atraídos por alguien, pero el enamoramiento se dispara cuando creemos que esa otra persona siente lo mismo.
Síntomas del enamoramiento
El enamoramiento no es solo un estado emocional, sino también un fenómeno fisiológico y conductual. Algunas de las reacciones más comunes que experimentamos son:
- Un deseo intenso de cercanía e intimidad con la persona amada.
- Necesidad de reciprocidad en el sentimiento.
- Miedo al rechazo, lo que puede generar ansiedad.
- Pensamientos obsesivos sobre la otra persona, incluso cuando interfiere en la vida diaria.
- Dificultad para concentrarse en otras tareas.
- Reacciones fisiológicas intensas (sudoración, aumento del ritmo cardíaco, nerviosismo).
- Idealización de la persona amada, viéndola como perfecta.
Elementos que intervienen en el enamoramiento
El enamoramiento no es solo un fenómeno emocional, sino que también involucra factores biológicos y psicológicos. Entre los más relevantes se encuentran:
- Psiquiatría: Durante las primeras fases del enamoramiento, el cerebro libera feniletilamina, un compuesto que estimula la producción de dopamina. Este neurotransmisor genera una sensación de euforia y bienestar, muy similar a los efectos de las anfetaminas, provocando un “subidón” emocional al estar cerca de la persona amada.
- Genética: Aunque el amor se experimenta de forma única en cada persona, tiene una base biológica fundamental. La genética humana nos impulsa a buscar pareja para garantizar la reproducción y la supervivencia de la especie, aunque el amor haya evolucionado más allá de la simple procreación.
En resumen
El enamoramiento es un fenómeno fascinante que combina química, biología y emociones en un cóctel explosivo que nos impulsa a conectar con otros. Esta experiencia intensa nos hace experimentar uno de los sentimientos más poderosos que existen: el amor.

¿Por qué se produce el hipo?
El hipo es ese molesto espasmo involuntario que puede interrumpir una conversación o hacernos sentir como un personaje de dibujos animados por unos minutos. Se trata de un movimiento involuntario del diafragma, el cual provoca una contracción repentina en medio de una respiración normal. Como resultado, las cuerdas vocales se cierran abruptamente, generando el característico sonido «¡hip!».
¿Cómo funciona el diafragma y por qué provoca hipo?
El diafragma es un músculo en forma de cúpula que separa el tórax del abdomen y tiene un papel crucial en la respiración:
- Inhalación: Durante la inhalación, el diafragma desciende para permitir que los pulmones se llenen de aire.
- Exhalación: Al exhalar, el diafragma asciende para ayudar a expulsar el aire.
Cuando este mecanismo se altera, el diafragma se contrae de manera repentina y no sincronizada con la respiración. Esto provoca una rápida absorción de aire y el cierre abrupto de las cuerdas vocales, generando el sonido típico del hipo.
¿Es el hipo peligroso?
En la mayoría de los casos, el hipo es un fenómeno benigno y pasajero que desaparece por sí solo en pocos minutos. Sin embargo, existen casos raros en los que el hipo puede durar días, semanas o incluso meses. Este tipo de hipo persistente puede requerir atención médica, ya que podría estar relacionado con trastornos gástricos, torácicos, metabólicos o neurológicos.
Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el hipo no cumple una función protectora como otros reflejos, como la tos o el vómito. En pocas palabras, el hipo es un «fallo técnico» del cuerpo sin una función fisiológica clara.
Causas comunes del hipo
El hipo puede ser provocado por diversos factores, entre los que se incluyen:
- Comer en exceso o muy rápido.
- Beber alcohol en grandes cantidades.
- Irritación del diafragma (por reflujo gástrico o inflamación).
- Nerviosismo o excitación extrema.
- Cirugías abdominales recientes.
- Consumo de alimentos picantes o muy condimentados.
- Alteraciones en los nervios que controlan el diafragma.
Cómo detener el hipo
No existe un método infalible para detener el hipo, ya que lo que funciona para una persona puede no servir para otra. Sin embargo, algunos trucos populares pueden ayudar a interrumpir el reflejo y hacer que desaparezca más rápido:
- Toser o estornudar.
- Tomar un vaso de agua fría.
- Beber agua mientras te inclinas hacia adelante.
- Aguantar la respiración y soltar el aire lentamente.
- Tomar una cucharada de azúcar.
- Respirar dentro de una bolsa de papel (sin exagerar).
- Beber una cucharadita de limón o vinagre.
- Recibir un susto inesperado.
Aunque algunos de estos métodos pueden parecer extraños, muchos de ellos funcionan al estimular el nervio vago, que desempeña un papel clave en la regulación del diafragma.
En resumen
El hipo, aunque molesto, generalmente es inofensivo y pasajero. Sin embargo, si el hipo persiste por más tiempo o se vuelve recurrente, es recomendable consultar a un profesional de la salud para descartar posibles problemas subyacentes.
