Imagina esto: alguien te persigue con una katana en mano, corres sin descanso, pero de repente… ¡caes al vacío desde un rascacielos! Como si no fuera suficiente, tus dientes empiezan a caerse y, cuando intentas gritar, te quedas sin voz. Tranquilo, solo es una pesadilla. ¿Quién no ha tenido una de esas alguna vez?
Para algunos, estos sueños son más que un susto ocasional. Según la American Academy of Sleep Medicine (AASM), el 4% de los adultos ha sufrido al menos una pesadilla en los últimos tres meses. Pero en los niños, la historia es diferente: uno de cada cuatro menores de cinco años (25%) ha tenido pesadillas en el último trimestre.
La frecuencia sigue aumentando con la edad. Entre los 6 y 10 años, el 41% de los niños ha experimentado estos sueños aterradores, mientras que a los 11 años, la cifra baja al 21%.
Las pesadillas pueden ser más que un mal rato nocturno; en algunos casos, reflejan estrés, ansiedad o miedos profundos. Así que si los sustos nocturnos se vuelven recurrentes, quizá sea hora de analizar qué nos está diciendo nuestra mente mientras dormimos.

😨 Pesadillas: ¿un simple mal sueño o un mensaje del subconsciente?
Algunos expertos definen la pesadilla como un sueño disfuncional, una alteración del inconsciente que puede reflejar conflictos internos. Para ciertos especialistas, estas experiencias aterradoras son la forma en que nuestra mente nos alerta sobre problemas no resueltos. Otros, en cambio, creen que no tienen un significado profundo y son solo fallos del cerebro mientras dormimos.
El psicólogo Deirdre Barrett, de la Universidad de Harvard, defiende la primera teoría. Según él, las pesadillas pueden ser herramientas útiles porque obligan a las personas a reaccionar, afrontar sus preocupaciones y tomar decisiones pendientes. En otras palabras, funcionan como una especie de alarma psicológica.
Lo que está claro es que, al menos en adultos, las pesadillas suelen estar ligadas al estrés, la ansiedad y las preocupaciones diarias. No son solo un susto nocturno, sino un reflejo de aquello que nos inquieta en la vida real. Así que la próxima vez que despiertes sudando después de una pesadilla, quizá valga la pena preguntarte: ¿qué me está intentando decir mi mente? 💤

🌙 Pesadillas: ¿un susto pasajero o una señal de alerta?
“La pesadilla es un ensueño cargado de ansiedad”, explica Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño. Según él, aunque soñamos todas las noches, los adultos solo experimentamos pesadillas ocasionalmente. Sin embargo, el impacto emocional de estos sueños puede ser tan fuerte que incluso después de despertar, la sensación de inquietud persiste.
Pero, ¿qué las causa realmente? Las pesadillas esporádicas suelen ser una respuesta normal al estrés o la preocupación, una forma en la que nuestro cerebro procesa las tensiones diarias. No obstante, cuando se vuelven recurrentes, podrían estar alertándonos sobre problemas más profundos.
El estudio «Nightmares», realizado por James F. Pagel Jr., experto en Medicina del Sueño, y publicado en American Family Physician, sugiere que las pesadillas frecuentes pueden ser un síntoma de trastornos psiquiátricos. Esta conclusión fue respaldada por otra investigación de la Universidad de Turku y el Instituto Nacional de Salud de Finlandia, publicada en la revista Sleep. Los investigadores encontraron que la depresión y el insomnio aumentan significativamente la probabilidad de sufrir pesadillas.
Así que, si los sustos nocturnos son algo más que un evento aislado, quizá sea momento de prestarles más atención. 😴

🧠 Pesadillas y salud mental: ¿un síntoma de algo más profundo?
Las pesadillas no solo son producto del estrés o la ansiedad, también pueden estar relacionadas con enfermedades psiquiátricas y neurológicas. Según Diego García-Borreguero, del Instituto de Investigaciones del Sueño, prácticamente todos los trastornos psiquiátricos pueden incluir pesadillas entre sus síntomas, siendo la depresión la causa más frecuente.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es otro gran desencadenante. Quienes han vivido situaciones extremas como accidentes, agresiones o eventos traumáticos suelen experimentar sueños recurrentes y angustiantes. Además, las pesadillas pueden estar vinculadas a la esquizofrenia, trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) e incluso a ciertas enfermedades neurológicas, ya sea por la afección en sí o como efecto secundario de algunos fármacos.
Aunque el significado de los sueños sigue siendo un misterio (“hay mucha literatura, pero sin valor científico”, señala García-Borreguero), los estudios apuntan a que las pesadillas recurrentes podrían anticipar trastornos futuros.
Una investigación publicada en Sleep analizó a 6.800 niños y encontró que aquellos que sufrían pesadillas frecuentes (2-3 veces por semana) entre los 2 y 9 años, tenían 3,5 veces más probabilidades de desarrollar experiencias psicóticas en la adolescencia.
¿Podrían los malos sueños ser una señal temprana de problemas mayores? La ciencia sigue investigando. 🔍💤

Causas de las pesadillas: más allá del estrés y la ansiedad
No todas las pesadillas tienen un origen extremo o traumático. Un estudio publicado en Sleep (2015) encontró que factores como la genética, la fatiga y la insatisfacción con la vida también pueden influir en su aparición.
Existen además causas físicas. Una fiebre alta, por ejemplo, puede provocar sueños perturbadores. También hay factores fisiológicos, como la ansiedad, el estrés o el consumo de drogas. Incluso lo que comemos puede influir: cenar justo antes de dormir eleva el metabolismo y la actividad cerebral, lo que aumenta el riesgo de tener pesadillas.
El alcohol y las bebidas estimulantes como el café o la Coca-Cola también pueden alterar el sueño. Otras causas incluyen la falta de descanso, rupturas sentimentales, la pérdida de un ser querido e incluso ciertos trastornos respiratorios como la apnea del sueño.
🕒 ¿Cuándo ocurren las pesadillas?
Según la Asociación Española del Sueño, estas suelen manifestarse en la fase REM, es decir, en el sueño profundo, especialmente en la segunda mitad de la noche. Durante esta fase, la actividad cerebral es similar a la del estado de vigilia, pero la musculatura permanece paralizada. La respiración y la frecuencia cardíaca pueden alterarse, y aunque no lo notemos, nuestros ojos se mueven constantemente.
En resumen, las pesadillas pueden ser el reflejo de múltiples factores, desde lo emocional hasta lo fisiológico. 😴

¿Por qué ocurren las pesadillas durante el sueño REM?
Durante la fase REM del sueño, nuestra mente está procesando y reorganizando recuerdos, consolidando la información adquirida para archivarla a largo plazo. Es como un ordenador con memoria RAM: lo que no se procesa correctamente durante el día, lo reorganizamos mientras dormimos. Sin embargo, las pesadillas surgen cuando esta reorganización va acompañada de una hiperrespuesta empática, lo que aumenta nuestra actividad cardíaca y respiratoria, y activa las respuestas asociadas al estrés.
💡 ¿Qué hacer si tienes pesadillas?
Si una pesadilla te despierta, el doctor García-Borreguero recomienda despertar al durmiente para que se calme. También es esencial practicar una buena higiene del sueño. Evitar estímulos que alteren tu descanso, como ver películas de terror, es clave. Y lo que tal vez no sabías: irse a la cama tarde puede aumentar el riesgo de tener sueños ansiosos y aterradores.
Un estudio realizado por el equipo de Yavuz Selvi en la Universidad Yil de Turquía, publicado en Sleep and Biological Rhythms, reveló que las personas que se trasnochan tienen más probabilidades de sufrir pesadillas. En una escala del 0 (nunca se tienen pesadillas) al 4 (todas las noches), los trasnochadores tuvieron una puntuación promedio de 2.10, mientras que los madrugadores solo llegaron a 1.2
