Sin duda, a lo largo de los siglos los seres humanos nos hemos hecho verdaderos expertos en destrozar especies, llevándolas a la extinción de formas tan dispares como la destrucción de su hábitat, la caza indiscriminada o la captura de ejemplares vivos para diferentes fines.
Por eso mismo, a día de hoy son muchos los científicos que quieren resarcir a la humanidad de sus crímenes, devolviendo a la vida a muchas de estas especies extintas, con el fin de retomar la biodiversidad que hemos ido mermando con los años. Que, gracias a la ingeniería genética, podrían volver a estar entre nosotros. Ya ha habido algunos intentos, como el del bucardo, o cabra pirenaica, pero sin duda en este caso es mucho más relevante mirar al futuro, en el que, según un artículo de Business Insider, podrían volver a existir estas 25 especies. Hoy les traemos una recopilación de las 6 más interesantes según nuestro criterio.
Megatherium
Conocido como Perezoso Gigante o megaterio. Extinto hace 8,000 años. Cuando se alzaba en sus dos patas podía llegar a medir 6 metros de altura.
En el sur, estos perezosos terrestres florecieron hasta hace 10,500 años datados por radiocarbono. Varios autores han citado la aparición de la población en expansión de los cazadores humanos como una de las causas de su extinción. El uso de modelos bioclimáticos indica que las áreas de los hábitats adecuados para Megatherium se encogieron y se volvieron más fragmentados a mediados del Holoceno. Aunque esto por sí solo no hubiera causado su extinción, ha sido citado como un posible factor que contribuyó a su desaparición.
Hay muchos restos de los cuales poder conseguir ADN, y no ha pasado tanto tiempo desde su extinción.
Coelodonta Antiquitatis
Conocido como rinoceronte lanudo, es un mamífero extinto cuyo hábitat se localizaba en zonas esteparias de gran parte de Eurasia, en el periodo conocido como Pleistoceno.
Un animal que pertenecía a la familia de los Rihnocerotidae, que consiguió extenderse por áreas tan amplias como desde el centro de la Península Ibérica, hasta Mongolia o Siberia. El rinoceronte lanudo era un animal robusto y grande que podía llegar a medir 4 m de longitud, tenía cuernos largos que alcanzaban 1 m de longitud y eran más planos. Se cree que utilizaban sus cuernos para apartar la nieve en invierno y así poder acceder a los pastos, motivo por el cual no necesitaban cambiar de localización por falta de alimento.
Una de las causas de su desaparición es debido a la caza realizada por los humanos modernos y los neandertales. Otras teorías son el cambio climático asociado con el retiro de los glaciares y la hipótesis de la «superenfermedad».
El rinoceronte lanudo puede ser un ejemplar para la ciencia ya que se ha descubierto recientemente un ejemplar hembra completo, y cuando decimos completo hablamos de huesos, piel y cuernos.
Smilodon Fatalis
También conocido como Tigre Dientes de Sable, es una especie ya extinguida de félido Machairodontinae. El aspecto del tigre dientes de sable fue imponente, pero con una mandíbula de menor potencia que la de un león actual y con un mordisco débil. Animal solitario, con unas garras delanteras de las que se ayudaba para derribar a sus presas inmovilizándolas con su potente musculatura cervical, momento en el que clavaba sus espléndidos caninos en la garganta. La sangre dejaba de llegar al cerebro y la muerte se producía de manera inmediata. No necesitaba, por tanto, una mandíbula tan potente como los felinos actuales.
Su principal característica, y por lo que recibe su nombre, es por su mandíbula que podía abrir 120°, albergando unos potentes colmillos de “sable”, que podían llegar a alcanzar los 10 cm de longitud.
El Tigre Dientes de Sable se extinguió a finales del período Pleistoceno, posiblemente debido al cambio climático, aunque según restos encontrados, también el hombre podría haber sido el responsable de su desaparición.
Otro ejemplar candidato ya que se han conseguido encontrar individuos muy bien conservados en los Estados Unidos, en unas pozas naturales de alquitrán, gracias a lo que se ha podido preservar tanto la piel como los huesos e incluso la carne.
Macrauchenia Patachonica
Conocida como Macrauquenia, un extraño mamífero de la familia de los Litopterna, con cuerpo parecido al actual camello y una especie de trompa corta. La longitud de la Macrauquenia era de unos 3 metros y su altura de 2, con casi una tonelada de peso.
Se cree que la función de la trompa era para poder agarrar, poder respirar si se introducía en una laguna, airearse y quitarse molestos insectos. Según los estudios realizados a los restos encontrados, se piensa que se trataba de un animal extremadamente inteligente.
Un candidato más gracias a los restos encontrados provisto de materia blanda en Argentina. Una esperanza para conocer mucho mejor a este animal extinto.
Mammuthus Primigenius
También conocido como Mamut Lanudo o Mamut de Tundra, mamífero perteneciente a la familia de los Elefántidos. Animales cuya característica más conocida es la cantidad de pelo largo, marrón y enredado, totalmente adaptado a los climas extremos, teniendo en cuenta que habitó en la tierra en la edad de hielo. Su hábitat ocupaba una extensión de terreno que abarcaba desde Siberia hasta Norteamérica e incluso se han encontrado restos en el Ártico.
El ADN del mamut lanudo se ha encontrado prácticamente intacto en ejemplares congelados en Siberia.
El tamaño del Mamut Lanudo era aproximadamente del mismo tamaño que los elefantes de la actualidad. Otro buen candidato ya que tenemos restos de hasta siete ejemplares en buenas condiciones de conservación, donde podemos encontrar ejemplares jóvenes y adultos, con sus órganos intactos, huesos, piel, etc.
Raphus cucullatus
Más conocido como Dodo, era un ave no voladora endémica. El dodo, así como otras aves del océano Índicomás, estaba relacionado con las palomas que habían dejado de volar para volverse terrestres. Este animal vivía en un hábitat sin ningún tipo de depredador.
Sin embargo, después de que los humanos llegaran a la Isla de Mauricio, en la que vivía, arrasaron con él, llevándolo irremediablemente hacia la extinción a finales del siglo XVII. Los descubridores portugueses llamaron «dodo» («estúpido» en el habla coloquial portuguesa) al ave por su torpeza y la facilidad con que podía ser cazada.
La llegada del hombre acarreó la propagación de nuevas especies en la isla, incluyendo cerdos, macacos cangrejeros, perros, gatos y ratas, la aparición de nuevas enfermedades y la propia destrucción de los bosques, de los cuales dependía en gran medida la subsistencia del dodo. Se estima que el saqueo de sus nidos por parte de las nuevas especies tuvo un efecto más devastador que el de la caza. Como consecuencia se produjo la completa extinción de esta ave un siglo después de la llegada de seres humanos a la isla.
Afortunadamente en el año 2007 se encontró el que se considera el esqueleto mejor conservado de este animal y, gracias al ADN contenido en él, podría ser uno de los animales extintos devueltos a la vida por los científicos.
Temática sugerida por: Rafael Maldonado
Fuentes: