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Casco astronauta reflejo. Imagen de primer plano de casco espacial reflejando la estación espacial. Exploración espacial y tecnología.

Mitos que la ciencia comprobó: ¡No eran tan falsos como creías!

Existen muchos mitos populares que suenan convincentes, pero la mayoría no resisten un análisis científico serio. Por eso, la ciencia se ha dedicado a desmentirlos uno por uno, con paciencia y pruebas.

¿Funcionan los mensajes subliminales?
Se dice que los mensajes subliminales, esos que supuestamente percibimos sin darnos cuenta, pueden cambiar nuestro comportamiento. La historia más famosa es la de James Vicary, un publicista que en 1957 afirmó que al proyectar frases como “Bebe Coca-Cola” o “Come dulces” en una sala de cine, logró aumentar las ventas de esos productos. El problema es que… se lo inventó. En 1962, Vicary admitió haber falseado los datos. Desde entonces, ningún estudio serio ha demostrado que los mensajes subliminales realmente funcionen.

¿Una moneda lanzada desde un rascacielos puede matar a alguien?
Otro mito bastante dramático. Imagina tirar una moneda desde lo alto de un rascacielos. ¿Podría convertirse en un proyectil mortal? La respuesta es no. Por su forma y peso, la moneda cae planeando, como una hoja en otoño. Aunque puede causar un buen susto (y quizás un morado si tienes mala suerte), no alcanzará la velocidad necesaria para matar a alguien. En cambio, una bala, que sí está diseñada para ser aerodinámica, es otra historia.

Así que ya sabes: ni los mensajes ocultos te manipulan, ni las monedas voladoras son armas letales. ¡La ciencia al rescate del sentido común!

Edificios acristalados perspectiva. Fotografía arquitectónica de rascacielos con reflejos dorados. Vista desde abajo de arquitectura moderna.

¿El pelo y las uñas crecen después de morir? Pues no, aunque es un mito que se resiste a morir con nosotros. Lo que realmente ocurre es que, al fallecer, el cuerpo deja de recibir oxígeno, y la piel —que es en un 80% agua— empieza a deshidratarse. Esto provoca que se encoja, dando la ilusión de que el pelo y las uñas han crecido, cuando en realidad lo que ha encogido es la carne que los rodea. Así que no, nada sigue creciendo… ni siquiera después de la muerte.

Ahora bien, hablemos de otra creencia curiosa: detectar mentiras como un detector humano. Hay quien jura que tiene un “don” para saber cuándo alguien miente. Y lo interesante es que, según un estudio de 1999 en EE. UU., sí existen personas con una habilidad superior para esto, pero con una peculiaridad: presentaban daños en el lóbulo frontal izquierdo del cerebro.

Esas lesiones reducían su capacidad para comunicarse verbalmente, pero a cambio desarrollaban una gran destreza en leer el lenguaje no verbal. Es decir, no captaban bien las palabras, pero eran unos cracks descifrando gestos, posturas o expresiones faciales. Así que, más que un sexto sentido, es una especie de compensación cerebral que les permite identificar mejor las mentiras… aunque probablemente no les sirva para ganar en el póker.

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¿Contar ovejas ayuda a dormir? Pues… no. Por más tierno que suene, este método clásico fue desacreditado por la Universidad de Oxford en un estudio de 2002. Investigadores analizaron a dos grupos de personas con insomnio: uno debía contar ovejas, y el otro no. ¿El resultado? Ninguna diferencia significativa en el tiempo que tardaban en quedarse dormidos. Eso sí, los del grupo “ovejero” confesaron que se aburrieron bastante, pero el aburrimiento no los llevó directo a los brazos de Morfeo.

Lo que sí parece funcionar, según ese mismo estudio, es imaginar una escena tranquila, como una playa desierta, un bosque sereno o tu cama flotando entre nubes. La clave está en relajar la mente, no en ponerla a hacer sumas mentales de ganado lanudo.

Y hablando de cosas que caen… ¿los gatos siempre caen de pie? Sorprendentemente, sí. Y no es magia ni instinto, es pura biomecánica felina. Investigaciones de los años 80 demostraron que los gatos tienen una columna vertebral extremadamente flexible y no tienen clavícula como nosotros. Esto les da una agilidad brutal en el aire, permitiéndoles girar su cuerpo con precisión para caer sobre sus patas.

De hecho, cuanto más alta es la caída, más tiempo tienen para maniobrar y aterrizar con estilo. Eso sí, no vayas a probar esto en casa con tu gato, ¿eh? Que aunque sean expertos en caídas, también tienen su límite.

Gatos apilados fondo negro. Imagen divertida de tres gatos naranja uno encima del otro. Animales domésticos y mascotas graciosas.

¿Tenemos una memoria infalible? Ojalá. Pero no, nuestra memoria no es una grabadora fiel ni mucho menos. Aunque nos guste pensar que recordamos las cosas tal como sucedieron, la realidad es que la memoria es más artista que notaria. Es decir, no guarda los hechos al pie de la letra, sino que los reconstruye cada vez que intentamos recordarlos.

Lo que recordamos es una mezcla entre lo que realmente vivimos y lo que nuestro cerebro “rellena” basándose en emociones, creencias, expectativas y hasta lo que nos contaron otros. Así que sí, ese recuerdo tan nítido que tienes… probablemente tenga algún toque de ficción. Y no, no es que estés loco, es simplemente cómo funciona la mente humana.

Y ya que hablamos de cosas increíbles: ¿se puede morir de risa? Aunque parezca cosa de dibujos animados, la respuesta es un rotundo sí. Existe un fenómeno real llamado hilaridad fatal, y suena tan dramático como es. El primer caso documentado fue el del filósofo griego Crisipo de Soli, quien no soportó la risa al ver a su burro comiendo higos (sí, higos).

Pero esto no es cosa de la antigüedad. En 1989, el físico danés Ole Bentzen murió de un ataque cardíaco mientras veía la película Un pez llamado Wanda. Su pulso se disparó hasta 500 latidos por minuto por culpa de la risa. Así que ya sabes, reír es sano, pero… ¡mejor en dosis moderadas!

Hombre sombrilla roja parque. Foto de hombre asiático riendo con sombrilla en banco del parque. Tiempo libre y felicidad al aire libre.

¿Las mujeres hablan más que los hombres? Seguro has oído este mito más de una vez… y probablemente también lo has discutido. Muchos hombres responderían sin dudar: “¡Obvio que sí!”. Pero, sorpresa: la ciencia dice otra cosa.

Estudios han demostrado que, en promedio, tanto hombres como mujeres usan unas 16.000 palabras al día. Sí, igualitas. Lo que cambia no es la cantidad, sino el estilo y el tono. Las mujeres tienden a expresar sus emociones y pensamientos con más apertura, y además tienen una habilidad superior para captar la comunicación no verbal. Eso puede hacer que parezca que se comunican más, pero en realidad están usando el mismo “paquete de datos” diario.

Ahora bien, ¿por qué algunos hombres sienten que las mujeres “hablan demasiado”? La respuesta podría estar en el tono de voz femenino. Resulta que suele tener una entonación más variada, un tono más alto y más inflexiones. Esta riqueza vocal, aunque encantadora para muchos, puede llegar a resultar irritante para ciertos oídos masculinos si están expuestos por mucho tiempo. Nada personal, es cosa de biología y percepción.

Así que la próxima vez que alguien diga que las mujeres no paran de hablar, puedes soltar con confianza: “En realidad, hablamos lo mismo… ¡solo que ellas lo hacen con más estilo!”

Mujer telefono cerca. Foto cercana de mujer hablando por celular. Comunicación y tecnología en la vida diaria.

¿Existe realmente la gravedad cero en una nave espacial? Pues no, aunque lo parezca en las películas cuando los astronautas flotan como si fueran globos. El término “gravedad cero” es un poco engañoso. En realidad, lo que ocurre es un fenómeno llamado microgravedad. ¿Y eso qué significa? Que sí hay gravedad, pero tan bajita que casi ni se nota. En este estado, la nave y todo lo que va dentro de ella (personas incluidas) están en caída libre constante hacia la Tierra, pero también se mueven a gran velocidad de forma horizontal. ¿El resultado? Esa sensación de estar flotando. Algo similar le pasa a la Luna, que también está en órbita: siempre cayendo, pero sin llegar a estrellarse.

Y ya que estamos desmintiendo mitos… ¿Es cierto que la boca del perro es más limpia que la del humano? Spoiler: no. La confusión viene de que la saliva de los perros tiene propiedades cicatrizantes, por eso se lamen las heridas. Pero de ahí a pensar que tienen una boca digna de dentista, va un buen trecho. Su flora bacteriana es distinta, y aunque no significa que sea automáticamente peligrosa, sí pueden transmitir infecciones si, por ejemplo, te dan un lametón justo sobre una herida abierta. Así que sí, tu perro puede ser un amor, pero eso no convierte su lengua en un desinfectante natural.

Perfil perro feliz. Foto cercana de cabeza de perro sonriendo. Mascotas felices y animales domésticos.

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