Los seres humanos amamos la música por muchas razones: nos identifica, nos despierta emociones, nos transporta a otros momentos y nos une con quienes comparten nuestros gustos. Es una parte esencial de nuestra cultura y, gracias a ello, existen innumerables estilos y géneros.
Pero, ¿qué pasa con otras especies? ¿Pueden experimentar la música como nosotros, o simplemente la perciben como un ruido más?
La ciencia ha estudiado el impacto de la música en distintos animales y ha descubierto hallazgos sorprendentes. Algunas especies, como los pájaros cantores y los elefantes, parecen reaccionar de manera especial a ciertos ritmos y melodías. Incluso, se ha observado que algunos primates y delfines pueden responder a la música de forma similar a la humana.
Entonces, aunque tal vez no la disfruten exactamente como nosotros, la música podría tener un efecto en otras especies. La pregunta sigue abierta: ¿hasta qué punto pueden sentirla?

¿Pueden los animales elegir su música favorita?
Responder a esta pregunta no es fácil, ya que, obviamente, no podemos simplemente preguntarles qué opinan. Sin embargo, la ciencia ha buscado formas creativas de investigarlo.
El neurocientífico cognitivo Josh McDermott diseñó un experimento para averiguarlo. Colocó a varios primates en un laberinto con forma de V, donde cada extremo tenía un altavoz reproduciendo distintos tipos de sonido: Mozart, nanas, música tecno y silencio.
La idea era simple: si los animales mostraban preferencia por un camino específico, podría indicar una inclinación musical. ¿Elegirían la calma de las nanas? ¿O se sentirían atraídos por el ritmo del tecno?
Los resultados fueron inesperados, pero antes de revelarlos, pensemos: ¿realmente los animales pueden disfrutar la música o solo responden a los sonidos de su entorno?

¿A los animales realmente les gusta la música?
Después de realizar el experimento, McDermott descubrió (para su profunda decepción) que los monos siempre optaban por el silencio. Aunque parecían preferir la música más lenta sobre la agitada y bailable, invariablemente, su pieza favorita era el silencio absoluto.
Parece que las complejas combinaciones sónicas que los humanos disfrutan, simplemente incomodaban a los primates. Un claro recordatorio de que lo que es música para nosotros, puede ser un caos para ellos.
Pero, como todo en la ciencia, siempre hay nuevos descubrimientos. En un estudio publicado en la revista Physiology and Behavior, un equipo de la Universidad de Glasgow (Escocia) decidió investigar qué música preferían los perros. Para ello, crearon cinco listas de reproducción diferentes, que incluían géneros variados como música clásica, pop, Motown, reggae y rock suave.
Los investigadores analizaron tanto factores físicos (como el ritmo cardíaco y los niveles de la hormona del estrés, el cortisol) como factores conductuales, observando los ladridos y comportamientos de los perros mientras escuchaban cada tipo de música.

¿Qué música prefieren los perros y los gatos?
La reacción de los perros varió considerablemente de uno a otro. «Diferentes perros respondían de manera distinta. Posiblemente haya una preferencia personal, al igual que en los seres humanos», comentó Neil Evans, investigador en salud animal.
Sin embargo, hubo patrones consistentes: en general, la música tenía un efecto calmante. De los cinco géneros probados, el rock suave y el reggae fueron los más eficaces para reducir el estrés en los perros.
En cuanto a los gatos, un estudio realizado en la Universidad de Wisconsin-Madison mostró que estos felinos se sienten más atraídos por un tipo de música compuesta específicamente para ellos. Curiosamente, los compositores adaptaron la música a las frecuencias y tonos que los gatos encuentran más agradables, demostrando que incluso entre especies, hay algo de personalización en sus gustos musicales.

La pregunta de si los animales disfrutan de la música ha fascinado a científicos y amantes de los animales durante años. Aunque no podemos saber con certeza si los animales experimentan la música de la misma manera que los humanos, la ciencia ha demostrado que muchos seres vivos son sensibles a los sonidos y ritmos, y algunos incluso reaccionan positivamente a ciertos tipos de música. Desde perros que se relajan con melodías suaves hasta elefantes que responden a ritmos complejos, está claro que la música puede impactar su bienestar.
Sin embargo, la percepción de la música en los animales varía según la especie y cómo procesan el sonido. Los estudios muestran que, aunque no necesariamente disfruten de la música como nosotros, los animales pueden encontrar consuelo o incluso estimulación a través de ella, dependiendo de sus características auditivas y emocionales. Algunos estudios sugieren que géneros como la música clásica o sonidos naturales pueden tener efectos relajantes en varios animales.
En última instancia, la relación entre los animales y la música sigue evolucionando. Aunque aún hay mucho por descubrir, lo que sí está claro es que los sonidos tienen un efecto profundo en los seres vivos. Ya sea como una forma de comunicación o simplemente como respuesta a estímulos sonoros, la música parece tener la capacidad de tocar las fibras sensibles de muchas especies, de maneras que todavía estamos aprendiendo a comprender.

Esta prueba también aplica para los perros. En la mayoría de los casos, es posible que tu perro te mire indiferente y no reaccione ante la música. Sin embargo, deberás prestar atención a los detalles: si, frente a un sonido, se siente relajado y sigue durmiendo, probablemente le guste y no le moleste que suene de fondo. Pero si el sonido lo despierta, lo hace rascarse o se pone muy nervioso, es probable que no sea la música adecuada para dejarle mientras está solo en casa.
Aún así, se necesita mucha más investigación para saber si los animales disfrutan realmente de la música creada por el Homo sapiens



