Retrato en blanco y negro de Sigmund Freud en su escritorio con biblioteca. Imagen histórica del padre del psicoanálisis. Accesible para personas con discapacidad visual.

La vida de Sigmund Freud: descubrimientos, teorías y controversias

A+A-
Reset

Sigmund Freud, médico neurólogo austriaco de origen judío, es considerado el padre del psicoanálisis y una de las mentes más influyentes del siglo XX. Aunque al principio su interés estaba centrado en la neurología, poco a poco se fue inclinando hacia la comprensión psicológica de las enfermedades mentales.

Durante su estancia en París, estudió las aplicaciones de la hipnosis para tratar la histeria. Más tarde, ya de regreso en Viena y junto a Josef Breuer, desarrolló el famoso método catártico, que buscaba liberar emociones reprimidas a través de la expresión de conflictos inconscientes. Con el tiempo, Freud sustituyó tanto la hipnosis como este método por la técnica de la asociación libre, resumida en: «diga todo lo que le venga a la cabeza», y por la interpretación de los sueños, piedra angular del psicoanálisis.

Sus investigaciones lo llevaron a proponer la controvertida teoría de la sexualidad infantil perversa polimorfa, que causó un escándalo en la conservadora Viena de principios del siglo XX. Por estas ideas, Freud fue tildado de pansexualista, pero eso no detuvo su influencia.

Hoy en día, su figura sigue generando debate. Para algunos, fue un científico visionario, que desveló el funcionamiento profundo de la mente humana. Para otros, más bien un filósofo que rompió tabúes, pero cuyas teorías fallan al ser examinadas científicamente.

Sea como sea, su legado sigue siendo un pilar en la psicología, la cultura y el pensamiento moderno.

Retrato de Sigmund Freud en tono sepia. Fotografía del psicoanalista con mirada seria. Accesible para personas con discapacidad visual.

El 28 de agosto de 1930, Sigmund Freud fue galardonado con el prestigioso Premio Goethe de la ciudad de Fráncfort del Meno, como reconocimiento a su actividad creativa e intelectual. Un broche importante en la vida de este influyente neurólogo y padre del psicoanálisis.

Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia, actualmente parte de la República Checa, dentro de una familia judía. Era el mayor de seis hermanos y, cuando tenía apenas tres años, su familia se mudó a Viena, buscando mejorar su situación económica tras la crisis del negocio familiar de lanas.

A pesar de crecer en un entorno con dificultades, sus padres priorizaron su educación. Freud, que siempre se definió como incrédulo, se identificó con la cultura judía, pero sin un vínculo religioso fuerte.

En 1873, ingresó a la Universidad de Viena para estudiar medicina, en un contexto donde el antisemitismo estaba en aumento. Durante esos años, adoptó el nombre con el que se haría famoso: Sigmund Freud.

Fue un estudiante poco convencional, pero brillante. En 1880 conoció a Josef Breuer, su mentor, clave en su futura carrera. Curiosamente, según cartas dirigidas a su amigo Eduard Silberstein, Freud aprendió español de forma autodidacta.

En 1881, se graduó como médico. Durante sus primeros años como investigador, fue pionero en proponer el uso terapéutico de la cocaína, investigando sus propiedades como estimulante y anestésico local, incluso realizando experimentos en el laboratorio del prestigioso patólogo Salomon Stricker.

La vida de Sigmund Freud: descubrimientos, teorías y controversias | 1

En 1884, Sigmund Freud publicó su trabajo Über Coca (Sobre la coca), donde exploraba las posibles aplicaciones de la cocaína en la medicina. Aunque Freud fue pionero en investigar sus efectos, no todos los reconocimientos le llegaron a él. Su colega Carl Koller, aplicando esos descubrimientos —pero sin mencionarlo—, utilizó cocaína en cirugía oftalmológica, logrando un gran éxito y prestigio científico.

Sin embargo, no todo salió como Freud esperaba. Intentó ayudar a su amigo Ernst von Fleischl-Marxow, adicto a la morfina, usando cocaína como tratamiento. El resultado fue desastroso: Fleischl terminó con dos adicciones y, lamentablemente, falleció. Incluso se sabe que Freud también consumió cocaína en alguna etapa de su vida, lo que hoy sería bastante polémico, pero en su época, era parte de la experimentación médica.

En 1886, Freud se casó con Martha Bernays y abrió su clínica privada en Viena, especializada en trastornos nerviosos. En esos años, trataba la histeria y otras neurosis con hipnosis y el método catártico, logrando resultados sorprendentes para la época. Sin embargo, con el tiempo, sustituyó estas técnicas por la asociación libre, donde animaba a los pacientes a decir lo primero que se les pasara por la cabeza.

El gran salto llegó en 1899, cuando publicó La interpretación de los sueños, su obra más influyente. Con ella nació oficialmente el psicoanálisis, revolucionando la forma de entender la mente humana, a pesar de la fuerte resistencia que sus teorías generaron.

La vida de Sigmund Freud: descubrimientos, teorías y controversias | 2

El primer reconocimiento oficial a Sigmund Freud como creador del psicoanálisis llegó en 1902, cuando recibió el nombramiento imperial como Profesor extraordinario en Viena. Pero su verdadero salto al reconocimiento internacional ocurrió en 1909, cuando la Universidad de Clark, en Estados Unidos, le otorgó el título doctor honoris causa, abriendo así las puertas de sus teorías al mundo.

Lamentablemente, su salud comenzó a deteriorarse en 1923, cuando le diagnosticaron un cáncer de paladar, probablemente provocado por su conocida adicción a los puros. Freud fue sometido a más de treinta operaciones, que le dejaron secuelas importantes: dolor crónico, dificultad para hablar y sordera en su oído derecho. Además, debía utilizar incómodas prótesis de paladar, que complicaron su vida diaria, pero no frenaron su trabajo intelectual.

Aunque toda su vida transcurrió en Viena, ciudad que amaba, en 1938 no le quedó más opción que huir. Tras la anexión de Austria por la Alemania nazi, Freud, como judío y fundador del psicoanálisis, se convirtió en un enemigo del Tercer Reich. Sus libros fueron quemados públicamente y su familia fue acosada brutalmente.

Pese a su resistencia inicial, comprendió que su vida estaba en peligro. Tristemente, cuatro de sus hermanas que se quedaron en Viena fueron detenidas y murieron en campos de concentración, confirmando sus temores. Para poder partir, Freud tuvo que firmar una absurda declaración en la que aseguraba haber sido tratado “con respeto” por el régimen nazi.

Retrato en blanco y negro de Sigmund Freud al aire libre. Fotografía del psicoanalista con expresión seria. Accesible para personas con discapacidad visual.

El 23 de septiembre de 1939, Sigmund Freud, agotado por el avance del cáncer de paladar y con dolores insoportables, le recordó a su médico personal, Max Schur, la promesa que le había hecho: aliviarle el sufrimiento con una sedación terminal. Freud falleció después de recibir tres inyecciones de morfina. Sus cenizas descansan junto a las de su esposa Martha en el crematorio laico de Golders Green en Londres.

A pesar de las críticas feroces que enfrentó en vida y después de su muerte, Freud sigue siendo una de las figuras más influyentes del pensamiento moderno. Puede que sus teorías no sean universalmente aceptadas, pero su impacto en la psicología, la filosofía y la cultura popular es indiscutible.

Las grandes innovaciones de Freud se centran en dos áreas clave: primero, la creación de una teoría de la mente y el comportamiento humano, y segundo, el desarrollo de una técnica terapéutica para tratar trastornos psíquicos. Uno de sus aportes más revolucionarios fue darle un estatus casi científico al concepto de lo inconsciente, aunque no todas las corrientes de la psicología lo respaldan.

En su obra estrella, La interpretación de los sueños, Freud explicó cómo podemos explorar ese mundo oculto que guía gran parte de nuestras decisiones. Además, propuso un modelo de la mente dividido en tres partes: el ello, el yo y el superyó. Gracias a esto, hoy entendemos que dentro de nosotros libramos pequeñas batallas internas que nos acompañan día a día.

Sigmund Freud junto a un busto de sí mismo, fotografía en blanco y negro. Imagen del psicoanalista con su escultura. Accesible para personas con discapacidad visual.

Lo que pocos saben es que antes de revolucionar la psicología, Sigmund Freud tuvo un fuerte interés por la neurología. Al principio de su carrera investigó temas como la parálisis cerebral, publicando numerosos artículos sobre el tema. De hecho, Freud fue de los primeros en demostrar que esta enfermedad existía mucho antes de lo que otros investigadores de su época creían. Además, se atrevió a cuestionar la explicación oficial de entonces. Mientras que William Little sostenía que la parálisis cerebral se debía a la falta de oxígeno durante el parto, Freud propuso que las complicaciones en el nacimiento no eran la causa, sino un síntoma de un problema previo en el desarrollo. Sorprendentemente, no fue hasta los años 80 cuando los científicos modernos le dieron la razón.

Más allá de su faceta médica, la influencia de Freud en la cultura es enorme y sigue vigente hoy. Conceptos como el lapsus freudiano, el complejo de Edipo o la interpretación de los sueños se colaron en el lenguaje cotidiano. Pero no solo en la conversación casual: sus teorías han servido de marco para analizar películas, libros y obras de arte. Freud veía el arte como una vía elegante para canalizar esos deseos reprimidos que todos tenemos, aunque no siempre queramos admitirlo.

Desde principios del siglo XX, sus ideas han inspirado corrientes como el surrealismo, donde los sueños y el inconsciente son los grandes protagonistas. En pocas palabras, Freud no solo analizó la mente, también dejó su huella en la cultura y el arte.

Sigmund Freud sentado y relajado, fotografía en blanco y negro. Imagen del psicoanalista en actitud distendida. Accesible para personas con discapacidad visual.

También te puede interesar