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A manera de fabuloso, pero también escalofriante testamento para la Humanidad, Nostradamus dejó escritas sus famosas profecías en un estilo oscuro, poético y críptico. Su obra se titula Les Prophéties y está compuesta por 10 centurias o tomos, cada uno con 100 predicciones escritas en cuartetos. O sea: mil predicciones en total. Nada mal para un solo astrólogo francés del siglo XVI.
Según él mismo explica en la introducción de su primera centuria, su método de adivinación no era el típico “bola de cristal” que uno esperaría. Nostradamus usaba un trípode frente a un recipiente de cristal lleno de agua. Se sentaba ahí durante horas, esperando recibir visiones proféticas como una llama luminosa. Sí, como una especie de influencer místico medieval en modo trance total.
Sus versos han sido interpretados de mil formas, y aunque muchos dudan de su autenticidad, otros aseguran que acertó en eventos históricos como el ascenso de Hitler, el gran incendio de Londres o incluso el 11 de septiembre. Claro, todo está escrito de forma tan simbólica que se presta para múltiples lecturas… pero eso solo ha aumentado su fama.
Lo cierto es que, más allá de lo esotérico, sus profecías siguen siendo estudiadas y analizadas con obsesión casi religiosa. ¿Casualidad o clarividencia? Ahí está la gracia: en no saberlo con certeza. Y por eso, siglos después, Nostradamus sigue siendo una figura fascinante que mezcla historia, misterio y predicciones apocalípticas.

La profecía de Nostradamus sobre Napoleón Bonaparte
Entre las tantas profecías atribuidas a Nostradamus, una de las más comentadas es la que supuestamente anticipa el ascenso de Napoleón Bonaparte. Escrita en el siglo XVI, se encuentra en la Centuria I, cuarteto 60, y dice así:
“Un emperador nacerá cerca de Italia,
que costará un alto precio al imperio,
dirán, los que con él se juntan,
que es más carnicero que príncipe.”
¿Coincidencia? Tal vez. Pero lo cierto es que Napoleón nació en Córcega, isla cercana a Italia pero entonces bajo dominio francés. Encaja perfectamente con lo del “emperador cerca de Italia”.
El “alto precio al imperio” también suena bastante familiar: las guerras napoleónicas vaciaron el tesoro francés y sumieron al país en años de conflicto. Y lo de “carnicero”… bueno, no fue precisamente un amante de la paz. Según el historiador José Luis Espejo Yarza, a Napoleón se le apodó “el carnicero” por la enorme cantidad de muertes que causaron sus campañas.
Aunque los versos de Nostradamus son crípticos y ambiguos (como todo buen enigma), muchos creen que aquí acertó de lleno. Otros dicen que son solo interpretaciones forzadas, pero la coincidencia sigue dando que hablar.
¿Realmente vio el futuro? ¿O simplemente dejó pistas tan abiertas que podemos adaptarlas a cualquier figura histórica? Esa es la magia —y el misterio— de Nostradamus.

Nostradamus y el ascenso de Hitler
¿Fue solo coincidencia o Nostradamus realmente predijo el ascenso de Adolf Hitler? En la cuarteta 35 de la centuria III, el profeta escribió:
“De lo más profundo del Occidente de Europa,
de gente pobre un niño nacerá,
que por su lengua seducirá a las masas,
su fama en el reino de Oriente más crecerá”.
Si esto no describe a Hitler, pega en el palo. Nació en Austria, en una familia humilde, y su habilidad para hablar y manipular emociones fue clave para seducir a las masas alemanas. Con sus discursos encendidos y una propaganda sin pausa, se abrió camino hasta convertirse en Canciller… y luego, en dictador. Lo de “reino de Oriente” puede interpretarse como su influencia en países del este de Europa y su obsesión con la expansión territorial.
Pero hay más. En la cuarteta 25 de la centuria II, aparece el nombre “Hister”, sorprendentemente parecido a “Hitler”:
“La mayor parte del campo contra Hister estará…”
Algunos sostienen que “Hister” era un antiguo nombre para el Danubio, pero no faltan los que ven aquí una mención directa al líder nazi. También habla de “bestias feroces” y de una gran oposición, lo cual muchos asocian con los Aliados luchando contra el Tercer Reich en Europa y África.
¿Casualidad o profecía? Difícil saberlo, pero de que da escalofríos, da.

Nostradamus y las bombas de Hiroshima y Nagasaki
Uno de los episodios más devastadores del siglo XX fue el bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki, y según algunos, Nostradamus ya lo habría predicho siglos antes. En la cuarteta VI de la segunda centuria, escribió:
“Cerca de las puertas y dentro de dos ciudades,
habrá dos azotes como nunca vio nada igual,
hambre, dentro de la peste, por el hierro fuera arrojados,
pedir socorro al gran Dios inmortal”.
Los intérpretes más entusiastas creen que la mención de “dos ciudades” alude claramente a Hiroshima y Nagasaki, devastadas por las únicas bombas atómicas lanzadas en un conflicto. ¿Y los “dos azotes como nunca vio nada igual”? Bueno, no se necesita mucha imaginación para relacionarlo con las explosiones nucleares y sus consecuencias: muerte instantánea, radiación, quemaduras, destrucción total.
Los versos finales son aún más sombríos: “hambre, peste”, y cuerpos “arrojados por el hierro”. Algunos lo ven como una alusión a las consecuencias del ataque: hambrunas, enfermedades por radiación, cuerpos lanzados por la onda expansiva, y la desesperación general de una población arrasada pidiendo auxilio divino.
¿Realmente Nostradamus predijo la llegada del terror nuclear? ¿O estamos forzando los versos para que encajen con los hechos? Tal vez nunca lo sepamos con certeza, pero lo que sí está claro es que, aunque sus cuartetas eran ambiguas, algunas parecen tener una inquietante resonancia con los eventos del futuro.

¿Predijo Nostradamus la muerte de John F. Kennedy?
Una de las cuartetas más comentadas de Nostradamus es la número XXVI de la primera centuria. Muchos creen que hace referencia al asesinato de John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos:
“El gran rayo cae de día,
mal y predicho por portador postulario:
siguiente presagio cae de noche,
conflicto en Reims, Londres, Etrusca bubónica”.
El primer verso aludiría al momento en que JFK recibió varios disparos durante una caravana en Dallas, a plena luz del día, el 22 de noviembre de 1963. Algunos sostienen que el “portador postulario” mencionado en el segundo verso sería una referencia simbólica a Jean Dixon, una vidente que, según relatos, advirtió a los hermanos Kennedy sobre un posible atentado. Advertencia que, de ser cierta, fue ignorada.
El tercer verso —“siguiente presagio cae de noche”— podría relacionarse con el asesinato de su hermano Robert Kennedy, ocurrido poco después de la una de la madrugada, también por arma de fuego. Y, curiosamente, la última línea de la cuarteta sitúa estos hechos en el tiempo: menciona conflictos en Reims y Londres (que coinciden con disturbios estudiantiles) y epidemias en ciudades italianas como Pisa y Florencia, ocurridas tras las inundaciones del río Arno.
¿Coincidencia, interpretación forzada o predicción real? Lo cierto es que, 400 años después de ser escritas, las cuartetas de Nostradamus siguen generando escalofríos.

¿Nostradamus predijo el atentado del 11 de septiembre?
El 11 de septiembre de 2001 quedó grabado en la memoria colectiva como uno de los días más oscuros de la historia reciente. Ese día, dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, generando teorías e interpretaciones de todo tipo, incluso relacionadas con las famosas cuartetas de Nostradamus.
Una de las más citadas es la número XCVII de la 6ª centuria:
“Cinco y cuarenta grados el cielo arderá,
fuego acercándose a la gran ciudad nueva:
al instante, gran llama esparcida saltará,
cuando se quiera a los normandos probar”.
Muchos creen que “la gran ciudad nueva” se refiere a Nueva York, mientras que el “cielo ardiendo” aludiría al impacto de los aviones y las explosiones que siguieron. Algunos incluso sugieren que los “cinco y cuarenta grados” podrían referirse a la latitud o al ángulo del ataque, aunque esa parte sigue siendo discutida.
Otra cuarteta vinculada al ataque es la LXXXVII de la 1ª centuria:
“En el fuego del centro de la tierra,
hará templar alrededores de ciudad nueva,
dos grandes rocas largo tiempo harán guerra,
luego Aretusa enrojecerá de nuevo el río”.
Aquí, el “centro de la tierra” ha sido interpretado como una alusión al World Trade Center, por el juego de palabras entre “centro” y “tierra” (“World” en inglés). Las “dos grandes rocas” serían las Torres Gemelas, y la “ciudad nueva”, otra vez, Nueva York.
¿Profecía cumplida o interpretación conveniente? Tú decides.



